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Un concierto de Adviento y Navidad organizado por la Universidad Alberto Hurtado y el Instituto Cultural de Providencia dio señas de los avances de un nuevo coro, dirigido por el maestro Guido Minoletti.

22 de Diciembre de 2008 | 11:32 |
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El director del coro, Guido Minoletti, ha logrado avances en una temporada. Los solistas estuvieron en distintos niveles.

El Mercurio

Una interesante selección de coros, corales, dúos y arias de obras de Adviento y Navidad de Johann Sebastian Bach, ofrecieron el Coro de Cámara y el Conjunto Instrumental de la Universidad Alberto Hurtado junto a solistas de la misma agrupación vocal, todos bajo la dirección del maestro Guido Minoletti.

Ya hemos planteado en otras oportunidades que la interesante Temporada de Conciertos organizada por la Universidad Alberto Hurtado en conjunto con el Instituto Cultural de Providencia. Esta se desarrolla en base a un coro profesional de quince voces, creado recién este año en esa universidad. Y ésa es la razón por la que había que darle tiempo para lograr el afiatamiento requerido. Ese tiempo se está cumpliendo y en justicia debemos decir que sus voces se han homogenizado lo suficiente como para conseguir un hermoso sonido, al tiempo que no se observaron  problemas de afinación.

En el conjunto instrumental (dos violines, viola, chelo, oboe y órgano), en cambio, se contrastó el sonido que se asimilaba bien al estilo, con una afinación no siempre certera y un pulso que distaba de la regularidad, lo que a veces contribuyó a ciertos desfases con el coro o los solistas.

En el análisis de los seis corales que se alternaron con las otras obras, creemos que todos fueron cantados muy bellamente. Minoletti opta por un enfoque estrictamente musical, alejado del litúrgico, lo que es perfectamente válido para un concierto. Esto le permite hacer contrastes y progresiones dinámicas que enriquecen. El primero de los cuatro coros incluidos en la selección (“Cantata 61”) se inició un tanto débil, pero luego se perfiló muy bien en seguridad y en lo vocal. El coro de la “Cantata 28” con que finalizó la primera parte, sufrió del errático pulso de los instrumentos, no obstante fue cantado muy bellamente en una dinámica estrictamente medida.

Luego, en la segunda parte el coro de la “Cantata 122” permitió el lucimiento de cada una de las cuerdas, mientras que el coro conclusivo fue brillante y sin dudad el punto más alto del concierto, tanto por sus fraseos y claridad melódica, como por la madurez en el concepto interpretativo.

En el caso de los solistas, lamentablemente no supimos cuál contralto de las dos solistas anunciadas en el programa cantó y qué cantó. La razón es que no estaba apuntado en el impreso: diremos que la contralto que cantó el Aria del “Oratorio de Navidad”, lo hizo con hermosa voz y musicalmente. El dúo de la “Cantata 63” (la soprano Paulina González y el tenor Álvaro Zambrano) fue muy afiatado, con bellas voces, pero el tenor estuvo en el límite vocal en los extremos de la tesitura. Luego el dúo de la “Cantata 110” (con contralto y Zambrano como tenor) fue muy débil por el concepto diferente en su interpretación entre instrumentos y voces. Además la velocidad fue excesiva para las posibilidades de los solistas.

La hermosa y poderosa voz del bajo David Gáez cantó un aria de la “Cantata 152” con propiedad, pero con momentos no bien afinados debido a la poca precisión de los instrumentos. No obstante quisiéramos señalar la musicalidad del oboe en esta aria.

El aria de la “Cantata 157” que cantó el bajo Manuel Domínguez, fue el punto de mayores dudas durante el concierto. Su voz fue inaudible en las notas largas, sus fraseos no se entendieron y su pulso, como el del conjunto, no se encontraron jamás. El aria para soprano de la misma “Cantata 157” fue cantado por Paulina González con muy hermosa voz, a pesar de los fraseos y afinación dudosa del conjunto instrumental.

En síntesis un concierto de Navidad realizado en una de las Iglesias más hermosas de Santiago, el de las Hermanas de la Providencia, y donde fue posible observar los progresos de otro de los coros profesionales de la vida musical de Santiago, que de la mano de Guido Minoletti da pasos en su consolidación musical.