En ''El Fuego'', en el que aparecen las piezas del legendario, mítico y mágico ajedrez de Carlomagno enterradas en un lugar secreto por los padres de la protagonista.
EFE
MADRID.- "El Fuego", la nueva novela de la escritora estadounidense Katherine Neville, mueve ficha con la reaparición de la Reina negra, y reanuda, veinte años después, la partida de ajedrez iniciada en “El Ocho", su laureada obra y éxito de ventas en todo el mundo.
Neville escenificó en Madrid la presentación de la secuela de “El Ocho,” con una partida de ajedrez en la que se enfrentó a David Lariño, campeón de España de este juego.
La escritora explicó hoy que mientras que “El Ocho” comenzaba con la defensa india del Rey, “El Fuego” se inicia con la defensa india de la Reina negra.
Neville, que se define como "pésima jugadora" de ajedrez, un juego que aprendió ya de mayor y cuyo principal objetivo, según el libro, es obtener el poder, aprendió la jugada con la que se inicia "El Fuego" de Susan Polgar, campeona de ajedrez femenino del mundo.
El tablero de ajedrez de Carlomagno
Aseguró que la continuación de "El Ocho" se le ha resistido durante dieciséis años, ya que, aunque la quiso iniciar en 1992, cada vez que trataba de empezar a escribir "algo interrumpía la historia".
Finalmente comprendió, durante los atentados del 11-S en Estados Unidos, que "no estaba escribiendo el libro que quería", por lo que decidió guardarlo durante un año en un cajón.
"Uno no puede escribir la continuación de un libro que trataba sobre la OPEP, los árabes, Oriente Medio y el Islám, cuando está ocurriendo otra vez todo,” señaló.
Cuando lo retomó descubrió, gracias a una serie de hechos inesperados, “que una de las razones por las cuales el libro no quería ser escrito era porque los acontecimientos descritos en ’El Fuego’ todavía no habían ocurrido".
Neville está absolutamente convencida de que sus libros encuentran el modo de decidir “cuándo quieren ser escritos,” y que la autora lo único que tiene que hacer es seguir sus deseos.
Esta máxima se cumple también en "El Fuego", en el que aparecen las piezas del legendario, mítico y mágico ajedrez de Carlomagno enterradas en un lugar secreto por los padres de la protagonista.
Para descubrirlo deberá viajar desde Colorado (EE.UU.) hasta las lejanas tierras de Rusia y al mismo corazón de Washington.
Según Neville, en "El Ocho" tenía hasta cinco posibles finales para las piezas del famoso ajedrez de Montglane, aunque fue el editor jefe quien decidió que se enterrasen en un lugar secreto “por si algún día nos decidíamos a desenterrarlas".
Aunque la técnica literaria empleada en ambos libros es la misma, la de los relatos persas y las historias entretejidas dentro de otras historias, la escritora asegura que el ritmo en “El Fuego” es mayor.
"Si tuviera que compararlos en términos ajedrecísticos diría que ’El Ocho’ fue una partida de ajedrez compleja y difícil", mientras que “El Fuego” se parece mucho más a un juego rápido,” como el utilizado por Susan Polgar.
La escritora estadounidense se mostró convencida de que si el libro anterior fue un éxito mundial, el actual tiene “una base muy sólida” de personas dispuestas a saber cómo continúa una partida que ella misma no da por terminada definitivamente.
Los personajes “me gustan mucho y siempre tengo la sensación de que ellos no han terminado conmigo", concluyó.