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Utilizan ADN para desvelar misterios literarios de la Edad Media

Científicos intentan descubrir el lugar y la fecha de escritura de algunos manuscritos utilizando técnicas genéticas.

12 de Enero de 2009 | 13:26 | EFE
CAROLINA DEL NORTE.- Un equipo de investigadores estadounidenses intentará descubrir el lugar y la fecha de escritura de algunos manuscritos medievales utilizando técnicas genéticas que analicen el ADN presente en la piel animal que compone los pergaminos.

Durante la Edad Media, una etapa histórica llena de misterio, se escribieron laboriosos libros de los que aún hoy existen miles de ejemplares, aunque se desconoce el origen de muchos de ellos.

Los procedimientos empleados tradicionalmente para fechar y datar esas obras, basados en el estudio de la escritura manual y el dialecto, son poco fiables.

Ahora, investigadores de la North Carolina State University y el Southside Virginia Community College (EEUU) están trabajando para revelar esas incógnitas literarias, nada más y nada menos que con técnicas genéticas.

Su objetivo es extraer y analizar el material genético de la piel de animal que conforma los distintos pergaminos y crear una base de datos espacial y temporal de marcadores de ADN de los manuscritos cuya fecha y lugar de origen se conoce, que son cientos.

En declaraciones a Efe, el líder de la investigación, Michael Stinson, indicó que es frecuente encontrar las fechas de escritura en los libros de crónicas, historia, en calendarios y documentos legales y ocasionalmente en manuscritos literarios.

Una vez creada la base de datos, las muestras genéticas de los libros no fechados se compararán con los datos conocidos y así, mediante similitudes, podrán situarse en el lugar y en el tiempo.

Stinson explicó que ya se ha extraído ADN de cinco páginas de un manuscrito francés del siglo XV cuyo análisis ha permitido establecer que la piel procede de vacas domésticas de la misma manada.

El Laboratorio de Paleo-ADN de la Universidad Lakehead de Ontario (Canadá), especializado en el análisis de material genético ancestral, es el encargado de la parte más compleja del proceso de estudio.

Una vez que un organismo muere, el ADN de sus células empieza a deteriorarse en un proceso que progresa con el tiempo.

Los científicos del laboratorio utilizaron ADN mitocondrial (mtADN), el material genético de las mitocondrias -orgánulos que generan energía para la célula-, porque no se recombina, es decir, que los cambios que haya podido experimentar se deben a mutaciones a lo largo de numerosas generaciones.

Esa circunstancia, unida a que existen cientos de copias por cada célula, permite rastrear de forma efectiva los ancestros en la línea femenina -ya que el mtADN se hereda por vía materna- a través de miles de años, así como examinar las relaciones evolutivas.

Stinson pretende que con el tiempo pueda analizarse el ADN nuclear, que proporcionaría más información genética pero del que sólo “sobrevive,” si es que no se ha dañado o destruido, una unidad por célula y cuya extracción es más compleja.

El investigador también se ha propuesto refinar la técnica de extracción de muestras para no dañar los manuscritos y que así su método de investigación pueda utilizarse de forma segura en las bibliotecas de todo el mundo (actualmente se utilizan trozos de pergamino de 0,5 por 0,5 centímetros).

Además de terminar con los misterios de fecha y lugar de creación del manuscrito, Stinson pretende establecer la ruta de comercio de pergaminos que existió en la Edad Media, una información que arrojaría luz a la historia de la industria del libro.

El investigador presentará su método de investigación en la Bibliographical Society of America, en Nueva York, el próximo 23 de enero.
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