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Sundance se conmueve con documental sobre insigne víctima del terrorismo

Sergio Vieira de Mello fue uno de los funcionarios más queridos de Naciones Unidas. En agosto de 2003 una bomba explotó bajo su oficina en Irak, donde trabajaba buscando una salida pacífica a la guerra.

22 de Enero de 2009 | 08:31 | DPA
PARK CITY.- En agosto de 2003, las Naciones Unidas perdieron uno de sus funcionarios más carismáticos en uno de los peores atentados terroristas contra la organización. Ese trágico evento y el legado de este hombre son el centro del documental "Sergio".

El brasileño Sergio Vieira de Mello fue sin dudas uno de los funcionarios más queridos y respetados en la ONU durante sus más de 30 años al servicio de la organización. Desde su cargo como comisionado para los derechos humanos, su trabajo en Timor Oriental y hasta asumir como enviado del secretario general en Irak, Vieira de Mello siempre mantuvo su optimismo y su profunda convicción de que todos los seres humanos tienen derecho a vivir con dignidad.

"Hace unos años, cuando recrudeció la guerra en Irak, comencé a buscar una historia que reflejara mi convicción de que necesitamos encontrar una fórmula diferente para solucionar los problemas globales, que vaya más allá de la actitud actual: o estás con nosotros o estás en contra nuestro", comentó el director del documental, Greg Barker.

"Sergio", una coproducción de la BBC y HBO, es uno de los documentales en competencia en el Festival de Cine Independiente de Sundance, que se celebra del 15 al 25 de enero en Park City, Utah.

Barker, un corresponsal de guerra que trabajó en más de 50 países, notó la creciente mala reputación que el gobierno estadounidense estaba cobrando a nivel mundial y la necesidad de indagar con mayor profundidad en este fenómeno. Accidentalmente, se topó con la historia de Sergio durante una conversación con su amiga Samantha Power, una escritora ganadora del premio Pullitzer que estaba terminando de escribir su libro "Chasing the flame", sobre un funcionario de las Naciones Unidas.

Ambos se conocieron cuando Barker filmó el documental "Ghosts of Rwanda", producto de siete años de investigación por parte del cineasta y periodista para intentar comprender la incompetencia internacional ante el genocidio en Ruanda.

"Me di cuenta de que los verdaderos héroes en este mundo son las personas que logran navegar a través de las diferente tonalidades de gris que existen entre el bien y el mal. Sergio era un maestro a la hora de negociar con el mal, sin dejar de lado sus ideales. Incluso, bromeaba al decir que su biografía debería ser titulada 'Mis amigos: los criminales de guerra' ", agregó.

"Para ser honesto nunca admiré mucho a la ONU. La mayoría de sus funcionarios, incluyendo a Kofi Annan, fracasaron terriblemente en Ruanda y yo mismo vi como muchos de ellos se pasean de forma arrogante en sus camionetas blancas sin darse cuenta de la miseria humana que los rodea", añadió.

Sin embargo, cuanto más escuchaba sobre Sergio, más intrigado se sentía. "Samantha me contó sobre el atentado del 19 de agosto de 2003, el día que una bomba explotó debajo de la ventana de las oficinas de Sergio, en el tercer piso de la sede de la ONU en Bagdad, y la valentía con la que actuaron los dos soldados que intentaron sacarlo de los escombros", dijo Barker.

De inmediato, el cineasta se dio cuenta de la importancia de esta historia y decidió narrar los dolorosos eventos de ese día, mientras mostraba la increíble trayectoria y vida del funcionario, nativo de Río de Janeiro.

Considerado por muchos de sus conocidos como una mezcla entre James Bond y Bobby Kennedy, Vieira de Mello contaba con una personalidad carismática y seductora capaz de cautivar hasta al mismo ex presidente estadounidense George W. Bush, quien pese a la oposición de la ONU, ordenó unilateralmente la invasión de Irak.

Fue el mismo Bush quien buscó la ayuda de Sergio para logar alcanzar la estabilidad en Irak. Irónicamente, el brasileño, tras varios años de trabajo intensivo en Timor Oriental, no quería aceptar el puesto en Irak y finalmente había decidido legalizar su relación extramarital con la argentina Carolina Larriera, una empleada de la ONU a quien conoció durante su misión en Timor.

Con el apoyo de la comunidad internacional, Sergio arribó a Irak con un equipo de expertos dispuestos a buscar una solución pacífica al conflicto y en poco tiempo se vio acusado de ser simplemente una marioneta del gobierno estadounidense, lo cual lo puso en la mira de los terroristas. El documental narra su historia y sus últimas horas de vida.