Catalina Saavedra interpreta a Raquel en ''La Nana''.
El Mercurio
PARK CITY.- Es muy común en América Latina tener una empleada doméstica que se hace cargo no sólo de las tareas del hogar, sino también de la crianza de los niños, creando de esta forma vínculos afectivos muy profundos. Sin embargo, pese a sentirse un integrante más de la familia, esta persona no lo es.
El cineasta Sebastian Silva- conocido por su película "La vida me mata"- se inspiró en su propia experiencia para crear "La Nana", un filme que relata un mundo en el que las diferentes capas sociales conviven, pero no se mezclan, donde las relaciones aparentan ser buenas pero existe una gran inconformidad en ambas partes, exponiendo una polémica relación entre empleado y jefe.
En "La Nana", la cual compite en la categoría dramática internacional del Festival de Cine Independiente de Sundance, su protagonista, Raquel, trabaja hace 23 años como empleada doméstica de una familia de clase media-alta en Santiago.
Raquel crea un universo propio en un hogar ajeno, relegando a su propia familia a un segundo plano y adoptando a un grupo de extraños como su nuevo núcleo familiar. Pese a considerarse indispensable y dueña de la casa, Raquel se siente oprimida por las mismas paredes que la rodean y comienza a sufrir desmayos y fuertes dolores de cabeza que le imposibilitan cumplir con sus tareas diarias, que la llevan a tener enfrentamientos con los hijos adolescentes de la familia.
Raquel se encuentra atrapada en un mundo del que quiere ser parte desesperadamente, pero que sabe que no le pertenece. Los años le transcurren lentamente sin haber vivido una vida propia, sin haber conocido la intimidad con un hombre y sin la ilusión de crear su propia familia.
Silva decidió rodar su segundo largometraje en la casa donde creció y pese a que sus personajes pertenecen a la ficción, físicamente se parecen mucho a los integrantes de su propia familia.
"Sebastián quería hacer una historia que reflejara esta realidad", señaló Gregorio González, productor ejecutivo del film.
Los choques entre dos universos sociales diferentes, los conflictos sobre cómo criar a los niños y los caprichos de los patrones, son elementos que resultan una mezcla explosiva.
"Muchos piensan que se trata de una película de suspenso, de un thriller, por la tensión que se puede observar en el rostro de Raquel", comentó el productor.
"Se trata de una mujer con una madurez emocional de una niña de 12 o 13 años, que prefiere ser parte de esta nueva familia, más bonita, más pudiente. Se trata de alguien que deja su hogar a los 18 años para trabajar con otra gente y termina por adaptarse a ese nuevo mundo", añadió.
González opinó que la película podría dar inicio a una polémica interesante en Latinoamérica. "Tras ver la película, la nana de Sebastián nos dijo que no se sentía identificada con la protagonista. Sin embargo, poco después renunció al trabajo, se buscó un novio y se compró un auto", dijo.
A medida que las sociedades latinoamericanas se van modernizando, la práctica de tener empleadas domésticas de tiempo completo se está perdiendo."Creo que las nuevas generaciones prefieren a alguien que venga unas horas a ayudar en la casa, pero luego se vaya. Muchas mujeres trabajan en la actualidad y necesitan a alguien, pero mantienen una relación más de empleado y empleador", comentó el productor.
Por otra parte, González se manifestó muy contento con su experiencia en el Festival de Sundance, que se celebra del 15 al 25 de enero. "Para nosotros es un sueño estar en Sundance", dijo.
El film despertó gran interés en la audiencia local y las preguntas planteadas por los espectadores resultaron interesantes."La gente nos preguntaba cosas como qué sucede cuando estas empleadas domésticas se jubilan o dejan de trabajar para estas familias. Las preguntas que nos hacían eran muy concretas sobre el destino de estas mujeres", concluyó.
