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Diva del soul Diana Ross cumple 65 años

Junto a Aretha Franklin son las dos mitades femeninas del sonido pop negro de los años '60. La estrella de The Supremes ni siquiera se resiste al retiro: tiene capacidad para seguir en el escenario en gran forma.

26 de Marzo de 2009 | 10:45 | DPA

NUEVA YORK.- Aprendió a coser y soñó con un futuro como diseñadora de moda. En cambio, Diana Ernestine Ross, nacida en Detroit, se convirtió en una diva del Estados Unidos negro.

Como cantante de soul, Ross vendió más de 100 millones de álbumes. En 1976, la revista "Billboard" la nombró "artista del siglo". El libro Guinness de los Récords le dio en 1993 el título de "artista musical más exitosa de todos los tiempos".

Hoy, la hija de un operario de una fábrica, que se crió en un ambiente modesto y se convirtió en una de las mujeres más ricas de Estados Unidos, cumple los 65 años.

Motor del soul

Sin embargo, todavía no piensa en la jubilación: Diana Ross sigue llenando salas de concierto en todo el mundo. En diciembre se presentó en la gala de entrega del Premio Nobel de la Paz en Oslo, y poco antes en el tradicional Radio City Music Hall de Nueva York como "diva con corazón".

Algo antes de abandonar su cargo, el entonces presidente George W. Bush la honró, así como al director Martin Scorsese y al astro del cine Steve Martin, en una gala en el Centro Kennedy de Washington. También en Europa sigue siendo festejada con entusiasmo la que fuera en el pasado la mujer glamour de la música soul.

Durante algún tiempo, Ross fue motivo de titulares en la prensa por temas personales: un video de la policía que la mostró totalmente ebria, una pena de prisión, que tuvo que cumplir por segunda vez por haber recibido trato privilegiado, explosiones de ira en grabaciones televisivas y ataques físicos contra una agente de seguridad en el aeropuerto de Londres movilizaron a seguidores y medios.


Las supremas versus los fabulosos

Sin embargo, tras una temporada en un centro de rehabilitación para adictos, la tranquilidad volvió a su vida privada. La pequeña Diana se crió como la segunda de seis hermanos de la familia bautista Ross. Cantó en el coro Gospel de la iglesia y, con 15 años, fue incorporada al grupo doo wop de tres amigas, The Primes.

Motown Record, la primera discográfica en la que un productor negro contrató cantantes negros bajo condiciones relativamente justas, incorporó a las mujeres como cantantes acompañantes. En 1964, las Supremes, como se llamaban entonces, lograron su propio salto con la canción "Where Did Our Love Go", que se convirtió en el mayor hit que hasta ese momento había logrado un artista negro. Le siguieron otras doce canciones número uno. Las Supremes dominaron junto con los Beatles las máquinas de música y estaciones de radio de los años '60.

El "Motown-Sound", su estilo de música del soul hizo historia en la música de la noche a la mañana. Si bien la crítica también destrozó sus textos, la dinámica y el erotismo con el cual las Supremes gritaban, suspiraban y susurraban, acompañadas de bajos y panderetas, fueron únicos e inimitables.

La otra Lady Day

Cuando Diana Ross comenzó en 1970 su carrera como cantante solista, se anunció el fin del grupo femenino más exitoso de Estados Unidos. Ella vendió todavía más álbumes que antes. Su primer disco solista "Ain’t No Mountain High Enough" le fue, por así decirlo, arrancado de las manos.

En una biografía cinematográfica sobre Billie Holiday ("Lady Sings The Blues") se distinguió también como intérprete de jazz y en 1972 fue nominada para la categoría de mejor actriz para un premio Oscar. Recibió una segunda nominación por el título de la canción para la película "Mahagony".

En 1982, Ross se presentó en la Antigua Ópera de Frankfurt y un año después dio un concierto al aire libre en el Central Park de Nueva York, que congregó miles de personas. En Viena, en el concierto de Navidad del año 1992, se hizo realidad su sueño compartir el escenario con astros de la ópera, cuando se presentó con Plácido Domingo y José Carreras. Cincuenta años después del inicio de su carrera, después de dos matrimonios fracasados y con cinco hijos, la artista sigue entre las mejor pagadas en su rubro.