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Pifias a la cancelación del "Te Deum"

Nada más frustrante que prepararse para un concierto programado y que se suspenda sin aviso y a último minuto. Eso ocurrió con la obra religiosa de Arvo Pärt, aunque el público igualmente terminó aplaudiendo después de su reprobación inicial.

13 de Abril de 2009 | 12:23 |
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Mujer, saca la voz. El Coro Femenino de la UCV fue de menos a más y consiguió una gran aclamación sobre el final de este concierto de música sacra.

El Mercurio

Con algunos silbidos y gestos de desaprobación se recibió la noticia que en el cuarto concierto de los Encuentros de Música Sacra UC reemplazarían, por razones de fuerza mayor, el estreno del “Te Deum” de Arvo Pärt. Esta obra había congregado en el Campus Oriente de la UC a una gran cantidad de fanáticos de este compositor y su cancelación provocó entre ellos una gran desilusión.

La obra escogida en reemplazo está muy lejos del impacto que producen las obras de Pärt. Se trata de la “Messe Basse” de Gabriel Fauré, para coro femenino y órgano, que fue cantada, al igual que el resto del programa por el solvente Coro Femenino de la Universidad Católica de Valparaíso que dirige Boris Alvarado. Por razones no explicadas y que desconocemos no dirigió en esta oportunidad y fue sustituido por Paula Arancibia, una de las sopranos del coro, quien con gesto claro y simple condujo la amable obra.

El coro enfrentó la música con cierta prestancia y afinación no siempre exacta. Eso fue notorio en el “Sanctus”. En cuanto a la expresión, en general fue más bien plana y el desarrollo de las progresiones no fue siempre logrado. En el “Agnus Dei”, por ejemplo, algunas frases se desvanecieron sin gracia.

La solista del “Benedictus” posee bonita voz pero inexpresiva. A favor del coro debemos considerar su rendimiento en las otras obras, lo que nos lleva a concluir que tal vez tuvieron poco tiempo para reponerla en reemplazo del Te Deum. Eso explicaría algunas de las fallas. El organista estuvo correcto, aunque con algunos deslices en la digitación.

La Orquesta de la Universidad Mayor, dirigida por Luis José Recart, intervino acompañando las dos obras restantes del programa. El conjunto formado solo por jóvenes tiene una gran potencialidad y su rendimiento sería mucho mayor si el gesto del director fuera más preciso y menos blando. Eso incide en la precisión de los ataques tanto como en la expresión, que queda librada a la musicalidad de sus integrantes. Otro aspecto que deben mejorar es la afinación en algunos fragmentos.

El Coro Femenino PUCV cantó enseguida las “Letanías a la Virgen Negra de Rocamadour”. En esta obra el rendimiento del coro mejoró notablemente hasta llegar a a importantes niveles de expresividad. Finalizaron con el hermoso y nada fácil “Dona Nobis Pacem” de Peteris Vasks, compositor nacido en Letonia en 1946, que posee un estilo bastante libre (por no decir ecléctico), en lo que podemos llamar modernidad. En él confluyen desde la atonalidad hasta los vestigios del canto modal, e incluso el expresionismo, con uso de pedales de sustento melódico, como también en la búsqueda de atmósferas sonoras, mediante la mezcla de cuerdas y voces.

La obra es sin duda el punto más alto del concierto. Tiene una fuerte carga emocional, en torno a los textos “Miserere nobis” y el “Dona nobis pacem”, y aunque parezca contradictorio está envuelto en una fuerte tensión. A pesar de algunos defectos de afinación o pulsos difusos en la orquesta, fue un éxito gracias a la musicalidad de las voces y de las cuerdas.

Los contrastes expresivos de las partes concertadas con aquellas a la manera de interludios fueron creando una tensión creciente que culmina en la penúltima sección, antes del anticlímax emocional que cierra la obra y que se disuelve en la nada. El coro dio cuenta de su potencialidad vocal y expresiva, arrastrando en ello a la orquesta. Por eso es que el público no escatimó sus aplausos al concluir la interpretación.

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