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Rock, experiencia y voz de mujer

Una de las pioneras rockeras chilenas, 27 años de carrera y una fusión temprana de rock y raíz folclórica. Son las señas de este grupo de rock chileno, que este jueves 23 de abril actúa en la Sala SCD de Plaza Vespucio y vuelve a la escena a la puertas de su primer disco en dos décadas, Poeta y cantor.

21 de Abril de 2009 | 23:59 |

Avanzaba la segunda versión de la Cumbre del Rock Chileno celebrada el 8 de enero pasado en el Club Hípico capitalino y ya habían desfilado diversos grupos recientes cuando a media tarde vino un momento documental. Fue el turno de un grupo que, como muchos ahora, mezclaba rock con raíces del folclor, pero que como pocos ya estaba haciendo esto en los años '80. Era Sol y Medianoche y su comienzo de año, en vivo y con sus fundadores al frente: la cantante Sol Domínguez y el músico Jorge Soto.

-Hacía tiempo que no tocábamos en algo masivo y quedamos súper conformes. Nos habría gustado más haber tocado en el otro escenario, obviamente -sonríe Jorge Soto al recordar el momento: el grupo fue parte del escenario reservado a los músicos más alternativos-. Pero la impresión que nos llevamos fue la recepción del público, de la gente joven.

-Aparte hay una generación que no nos conocía. Por lo que hemos visto en nuestro Facebook ha llegado mucha juventud de ahora, y eso es lo mejor que nos puede ocurrir -agrega Sol Domínguez, cuyo grupo se batió esa tarde con tres canciones: sus versiones para "Corazón maldito" y "Paloma ausente", de Violeta Parra, y "Querida mamá", del repertorio propio.

-Nos hubieran dado tres minutos más ya habríamos redondeado un nocaut -agrega él. La ocasión está cerca. Sol y Medianoche va a tocar este jueves 23 de abril en la Sala SCD Plaza Vespucio (ver recuadro), con un concierto propio en el que desplegarán una carrera iniciada en 1982, popularizada en esa década por un sonido que recibió el nombre de "cueca rock" y registrada en seis discos publicados entre 1983 y 1990. Una historia que en los próximos días además será reanudada por su primer disco en diecinueve años: Poeta y cantor.


Antes del pop de los '80: rock y latitud sur

El grupo ya está en edad de haber sido descubierto por un sello disquero chileno como Mylodon Records, especializado en música progresiva, que con Sol y Medianoche reanuda su recuperación de músicos históricos del rock chileno. El disco será una mezcla de estrenos como "Qué pasa, qué pasa" y "Poeta y cantor" y nuevas versiones de éxitos previos, como sus versiones para "El cigarrito" y "La cocinerita", de Víctor Jara, y "Arranca arranca", de la citada Violeta Parra, con los que Sol y Medianoche ganó fama antes de la aparición de grupos como Los Prisioneros en la segunda mitad de los '80.

-Nosotros siempre sonábamos en vivo de una forma y en los discos de otra. Fuimos a grabar a Argentina incluso, y era lo mismo. En esta oportunidad sí logramos eso -dice Jorge Soto, en alusión al más exitoso disco del grupo, 33°30' latitud sur (1985), grabado en Buenos Aires y reeditado en 2007. Y la historia previa se remonta hasta los años '70, cuando él tocaba en grupos como Ego, los populares Tumulto y los embrionarios Sol de Medianoche. De entonces datan las canciones "Desde la oscuridad" y la citada "Querida mamá", con la dedicatoria de un joven que desafía a sus padres.

-Esa canción habla de tener una experiencia personal -explica la cantante-. De probar con tu propia experiencia lo que es bueno y lo que no.

-La vuelta generacional de la música nos tiene en el mismo punto de antes -analiza Soto-. Cuando hicimos ese tema mi papá era otra onda, le gustaba el jazz, y a los padres en general les gustaba la cumbia. De hecho nosotros tocábamos rock y éramos mal mirados. Ahora los padres no se asustan tanto por el rock. Y los jóvenes tienen a padres como nosotros, que hablamos el mismo idioma. Ése es el acontecimiento importante.


América Paz: nueva generación

El último disco del grupo a la fecha se llama América Paz y apareció en 1990. Hoy, tal como entonces, América Paz es también el nombre de la hija de Sol Domínguez y Jorge Soto, con la diferencia de que ahora ella es la bajista invitada de la banda, además de tocar en los grupos Desterrados y Polímetro.

-Para mí nunca ha sido más grato tocar que en esta época de mi vida -dice el padre-. Antes para sacar "Querida mamá" había que ensayar una, dos semanas. Ahora la América se sabe todos los temas, vamos directo al grano. De hecho yo no sabía que tocaba tanto.

Jorge Soto se enteró de lo que tocaba su hija en 2004, cuando ella tenía catorce años y le pidió actuar con él en un concierto.

-Ella ya andaba con el bajo, y entonces le tiré una prueba más o menos pesada: "Mi viejo", de Piero, con un arreglo bien complicado que tenemos. "Si eres capaz de tocar el tema de aquí a mañana te regalo mi guitarra". Y después de que se lo aprendió, antes de tocar le dije "Tiene que haber cero pifia"… Y me quedé sin guitarra.

-Yo noté que dede chica ella amaba la música -explica Sol Domínguez-. Pero un día cualquiera me dijo "Mamá, me gusta el bajo". Y para mí fue súper extraño que eligiera ese instrumento. ¿Un bajo? No es un instrumentos melódico como el piano o la guitarra. Me llamó mucho la atención.

-¿Qué de nuevo agrega ella al grupo?
-Aporta un sonido actual, con nuevas técnicas, le pone de su cosecha, toca con slap -dice él, acerca de esa técnica de percutir la cuerdas del bajo, propia de géneros como el funk-. Y también ahí hay una onda muy rica, porque es como una mezcla de Jack Bruce, Stanley Clarke, América Soto…
-A mí me encanta tocar con ella, primero que nada porque es mujer -agrega la cantante-. Porque hay una afinidad, una comunicación exquisita. Ahí aflora la femineidad que siento que le faltaba al rock.


En busca del tiempo perdido: rock y voz de mujer

Sol Domínguez es a su vez una adelantada, no sólo por su historia en Sol y Medianoche, sino porque ya una década antes fue la cantante de un grupo rockero chileno aun más temprano, En Busca del Tiempo Perdido, a comienzos de los años '70.

-Ustedes estaban ahí: ¿por qué había tan pocas mujeres en los grupos de rock?
-Ahora hay una industria más fluida y enfocada al pop, a lo latino, a lo Kudai, donde hay más mujeres -dice Soto-. Yo creo que antes eran pocas mujeres, pero también menos hombres. En esa época era complicado grabar, de hecho en un momento no existieron los discos…

-Pero proporcionalmente en esos grupos igual había menos mujeres.
-Claro, porque viene del pasado eso -atribuye Sol Domínguez-. Hay que tomar en cuenta que en los '70 lo que llegó desde afuera fue Janis Joplin, que tuvo muchas críticas en su propio medio, donde fue rechazada por cierta sociedad establecida. Porque el rock lo que expresa es que tú cantas con potencia, y cómo era posible que una mujer interpretara estas cosas que se veían "tan varoniles". De hecho el rock tiene letras muy burdas para mi gusto, que hablan del hombre, de su moto, de las minas, y entonces irrumpe la mujer planteando cosas más finas, pero interpretando con potencia.

-¿Ustedes no se cuestionaban esto ya en la época de En Busca del Tiempo Perdido?
-Claro. Yo la andaba buscando hasta que la encontré -dice Soto.
-Y todavía me anda buscando -se ríe ella.
-A mí me gustaba mucho En Busca del Tiempo Perdido -agrega el guitarrista-. Para la época del golpe militar era uno de los discos que tenía. Y ya cuando tocábamos en Sol de Medianoche (1981-1982) me gustaba la voz de la Sol. Se dio una conexión sin darnos cuenta y estábamos tocando juntos.

-¿Estaban un poco más avanzados por la idea de tener una cantante?
-Sí -dice Sol Domínguez-, pero había que ser fuerte para imponerse en ese medio de hombres.


Sol y medianoche: el reencuentro

Después de la pausa iniciada a comienzos de los años '90, debieron pasar más de diez años para que el grupo volviera a actuar con regularidad. Fue en un festival en 2004 cuando coincidieron en un regreso doble Sol de Medianoche (con Jorge Soto, América Paz y el baterista Rudy Ferrada) y Sol y Medianoche (con Sol Domínguez y el guitarrista original del grupo, Tito Pezoa).

Al año siguiente ambos grupos volvieron a coincidir en la Radio Futuro, y entonces se dio la reunión definitiva entre Domínguez y Soto. Desde 2006, y con esa dupla al frente, han pasado por el grupo músicos como el guitarrista Sergio Farías, el bajista Ricardo Farías, el tecladista Pedro Muñoz y cuatro bateristas: Cote Bravo, Toño Silva, el fundador Nelson Olguín y Rudy Ferrada.

Varios de ellos participaron en Poeta y cantor, el disco que en los próximos días va a iniciar un nuevo capítulo en la vida de Sol y Medianoche. Hoy el grupo tiene en Sol Domínguez (voz), Jorge Soto (guitarra), América Paz (bajo), Nicolás Romero (teclados) y Rudy Ferrada (batería) a su formación actual. Pero no la definitiva, aclaran.
-La música es la definitiva -concluyen los dos de acuerdo-. Y el real ensayo de nosotros está arriba del escenario.

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