At Folsom prision: Legacy edition

En músicos como Johnny Cash todas sus historias tienen aires legendarios. Como este disco que registra las presentaciones de 1968 en la prisión californiana de Folsom. Allí dio dos shows junto a su banda, The Tennesse Three. Además invitó a artistas como Carl Perkins o la Carter Family. Se dice que la idea de tocar en cárceles le rondaba desde que vio un documental sobre Folsom en el servicio militar. Por eso también tocaría en la famosa San Quintín, de la que también saldría un disco: Johnny Cash at San Quentin (1969). Pero volvamos a Folsom. A diferencia de la versión expandida de 1999, esta reedición incluye las dos presentaciones. Y si bien el programa se mantiene muy parecido en ambos, tener estas actuaciones y comparar los matices en las interpretaciones, la vuelven un documento de la música de raíz estadounidense.

Luego de la presentaciones de Hugh Cherry -que le pide al rudo público que "se porten bien"- sube Cash, que ya era hace años un héroe del country moderno. Las interpretaciones de piezas como "25 minutes", "I got stripes" o "Cocaine blues", estremece. Sobretodo porque Cash junto a su banda llega a las fronteras mismas del rock and roll y el R&B. Es sabido que el ritmo galopante del country fue fundamental para músicos como Chuck Berry o el mismo Elvis Presley.

Por momentos, la avalancha de electricidad, música de raíz y las letras brutales ("Send a picture of my mother") golpean emocionalmente. Basta escuchar como el público brama y celebra al final de cada canción, sin perder el "orden" que pedía Cherry. Cash y sus invitados demuestran que el country está lejos de ser la música de los terratenientes o del republicanismo. Es revelador que ese 1968 el folk hace rato se había asimilado a la industria cultural (el músico folk-rock John Sebastian declaraba que lo suyo no era la política sino las quinceañeras). Mientras, Bob Dylan, los Byrds y The Band se pasaban al lado de Cash.

—JC Ramírez Figueroa