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Locura y pop victoriano

Con sus anillos de castidad y el tremendo apoyo de la franquicia "Camp rock", el trío norteamericano simplemente hizo lo que sabe hacer: cantar y prometer un regreso muy pronto. Y los cuarenta mil adolescentes que repletaron el Club Hípico en éxtasis. ¿Las canciones? Ése es otro tema que a casi nadie le importa en verdad.

22 de Mayo de 2009 | 10:08 |
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Jonas, Jonas y Jonas. Los hermanos guapos del teen pop, en rigor el tween pop, marcaron un hito en la historia de los conciertos masivos y la locura colectiva.

Patricio Ulloa

Histeria, gritos, desmayos. Persecuciones del aeropuerto al hotel. Conferencia de prensa con más fans que periodistas. Gente acampando en las afueras del Club Hípico, esperando que la apertura de las puertas. En fin, el ambiente con que debutaron los Jonas Brothers en Chile tuvo todos los ingredientes de eso que llaman "fenómeno adolescente".

Tras el teleoneo de media hora de Demi Lovato (que junto a ellos protagoniza la franquicia "Camp rock" de la cadena Disney), a eso de las 20:15 el trío ingresó al escenario. El recinto casi se vino abajo. El público, en éxtasis. Sin embargo hay algo en sus canciones, en esa mezcla de power pop y R&B, que no cuadra del todo con el fervor del público. O mejor dicho, hay ciertas convenciones en este producto televisivo pop, que suena algo monótono a ratos. "Burnin' up" o "Hold on" perderían todo si no se apoyaran en la difusión televisiva de la franquicia y la mitología de niños buenos que los rodea. Recordemos que quieren llegar vírgenes al matrimonio mientras Lovato aseguró haber sido víctima de bullyng en el colegio. Aunque "Paranoid" no está mal y "Tonight" tiene un airecillo new wave, evidentemente el fuerte del trío no son las grandes canciones. Tampoco lo necesitan.

Es que el pop preadolescente, o mejor llamado tween, siempre ha sido "oído" desde dos visiones antagónicas. Por un lado tenemos la mirada "apocalíptica" que lo ve como una musiquilla ligera, manipuladora y producida en serie. Y por otro lado, la visión "integrada" que acepta que el pop juvenil "industrial" existe para alegrar los corazones, mover las patitas y que "es mucho más complicado hacer una canción que le guste a todo el mundo que andar experimentado".

Quizás la posición más peligrosa sea la segunda, porque les justificamos demasiadas cosas a los equipos compositores de Hanna Montana o los mismos Jonas. Sobretodo ahora que el tween ya es un género totalmente independiente con sus "clásicos" propios como High School Musical. Sin embargo está claro que entre el "Sugar Sugar" de los Archies y cualquier tema que sonó esta noche evidentemente hay cierta degradación compositiva desde el pop adolescente original y lo que suena ahora.

Sin embargo cuando Kevin, Joe y Nick se despedían prometiendo volver muy pronto, con sus anillos de castidad (¡esto si que es pop victoriano!) y el amor incondicional de cuarenta mil personas, uno se pregunta: para los más adultos, los que no entienden estos fenómenos tween ¿cuándo el rock, a excepción de Iron Maiden, se volvió un espectáculo frío y aun más predecible?.

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