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02 de Junio de 2009 | 02:31 |

"Voy volando como un cóndor sobre la cordillera", se imagina Tea Time en uno de los versos de su canción "Barrio". Es una entre las imágenes de cientos de rimas que caben en un disco de hip-hop como éste, pero también es un indicio de cuál es el mundo del rapero y productor chileno. En un momento se ve la cordillera de los Andes, pero el resto del disco parece un viaje por varios otros lugares.

Camilo Castaldi será conocido como Tea Time y como uno de los fundadores de la banda de funk Los Tetas en 1993, cuando era adolescente, pero siempre fue claro que él era el rapero del grupo, y tras quince años hoy su debut como solista es un disco de hip-hop. Y funciona como autorretrato y autobiografía. "Recuerdo la primera vez que grabé, fue en caset, ahora son cedés, devedés y elepés", revisa en "Microphone junkie", y la canción "Recuerdos", con el Muro de Berlín en el cuarto verso, parece un recuento real de viajes de Tea Time, que ha vivido en Alemania, Chile o EE.UU. en distintos momentos.

También la autoestima siempre alta del hip-hop abunda en estas canciones. "Mi rap es traducido a más idiomas que la Biblia", asegura. "Mi cara ya la conocen porque la han visto en MTV / Y si no viste el clip me viste en vi a pí / voy acompañado mientras ahí te veo solo / tengo mil mujeres, cinco discos más uno de oro / con el sudor de mis manos ya me lo he ganado todo / mírate, no tienes nada, mientras sigues en el lodo", desafía en "Soñando", con el coro "Veo la envida en sus ojos cuando me están mirando". Y el borde gangster no se siente sólo en rimas como "Enemigos puedo ver en todas direcciones", de "Aquí estoy". El primer balazo se oye al minuto 32 de la primera canción, el segundo al minuto 3.22, el tercero al minuto 10 de "Vi" y un cuarto al minuto 2.23 de "Microphone junkies".

La misma línea internacional tiene el sonido del disco, a cargo del productor Charlie Checks junto a Black Billz, ambos de Valparaíso, sumada la particiacipn del músico Toly Ramírez (hijo), quien se encarga de una de las mejores canciones. Es "Mexicano", el retrato de un narco espalda mojada, rapeado y tocado con tensión, entre trompetas e imágenes de la Virgen de Guadalupe, cactus, desierto, Tijuana y Sinaloa. Tea Time rapea en español, inglés y spanglish, y una serie de raperos gringos y puertorriqueños aumentan el sabor importado de este disco. "Recorro la calle, como la sangre en mis venas, desde el primer día el barrio fue mi única escuela", dice hacia el final el dueño de casa. Y ese barrio podría ser cualquiera.

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