Los Difuntos Correa recién terminaron de grabar el video de "Ilusionismo", single de su flamante disco llamado igual y editado por Alerce. "Tiene que ver con la manipulación dirigida desde el poder. Como la crisis financiera, provocada por la especulación con dinero que nunca existió y que termina afectándonos a todos", explica Andrés Olivos (voz y guitarra).
La banda, que editó su exitoso primer disco Tramposo amor (2004, EMI) sin demasiados recitales en el cuerpo, reconoce que recién ahora se sienten seguros en un escenario. Y también son capaces de abandonar el "latinaje" explícito para abrazar un sonido más rocker y moderno. "Más 2009, pero sin perder lo aprendido. Sacar el disco y empezar a tocarlo es como cuando nace la guagua y hay que presentarla a la familia", dice Olivos. Él, junto a Sergio Gómez (guitarra) conversan en esta entrevista sobre su nueva aventura.
-¿Cual es el cambio más importante de Ilusionismo en relación a los anteriores?
-Andrés Olivos: Después de girar tanto, que de por sí es un estado extrovertido, al encerrarnos en el estudio volvimos a la introspección. Nos miramos a la cara de nuevo y teníamos claro lo que queríamos hacer: un disco moderno. Y con letras menos festivas.
Sergio Gómez: Tratamos de que sonara más contemporáneo. Antes, por el asunto de los bronces sonábamos entre James Brown y la cumbia. En cambio ahora, que producimos nosotros mismos el disco, sabíamos que sonar "2009" era nuestra responsabilidad.
-Ustedes tocan mucho en regiones y pueblos apartados. ¿Eso ha influido en esta "toma de conciencia" sobre el sonido y la letra?
-Gómez: Claro. Cuando conversamos con la gente después de los recitales. Por ejemplo, el tema ecológico. Nosotros, que somos de Coyhaique, no estábamos metido en la causa de las represas. Ahora que fuimos allá nos dimos cuenta del problema, y no sólo de eso, sino que hay gente que apoya su construcción. Gente engañada por las empresas, que les compran cosas, les instalan Internet, les ocultan que están transformando la naturaleza e incluso sus relaciones sociales. Esos son temas presentes en Ilusionismo.
-¿Cómo evalúan su experiencia en el festival Peace and Love 2009 en Borlänge, Suecia?
-Olivos: Fuimos una especie de chiches de los organizadores. Les parecía novedoso nuestra música. En Europa existe esa imagen "mágica" de los latinos. Algo muy García Márquez, sin embargo no podían creer que nosotros tocáramos así. A los suecos el ritmo los vuelve locos. Además aprovechamos de cachar como tocaban otras bandas, el sonido, los instrumentos. Y así se nos ocurrían trucos para aplicarlos en nuestras canciones. Compartimos cartel entre otros con Manu Chao, The Hives, Mando Diao, Miss Li. Estos últimos estuvieron en la versión chilena del año 2008. También tocamos en el festival Allende Cien Años, Mil Sueños en Estocolmo. Nos impactó los hijos de chilenos exiliados en ese país. Personas increíbles, inteligentes, críticos. Pero a la vez sus papás siguen pegados en ese Chile antes del Golpe. Tocar ahí fue una cosa heavy, como volver en el tiempo. Había gente que nunca regresó al país y sin embargo esa población forma parte de nuestra identidad chilena aunque no se han integrado a la imagen país que tenemos.
-Gómez: Fue buenísima la experiencia. Incluso nos compramos un ukelele que lo utilizamos para nuestro disco.
-Ustedes produjeron este disco. ¿Tuvieron más control y libertad comparado con los anteriores?
-Olivos: Es que fuimos aprendiendo mucho. Con Leo García, productor de Tramposo amor aprendimos los primeros trucos de estudio y de como armar bien una canción. Con Mario Mutis en Resucitando la fe en un beso fatal (2006, EMI) fue un trabajo distinto. A él le encantaban los solos de guitarra y los pasajes extensos. Dos escuelas que nos ayudaron mucho para nuestra idea de hacer música popular, que es la que nos ha movido hasta ahora. Canciones de celebración casi mitológica.
-Gómez: Partimos con el concepto de banda perdida en el tiempo, que podía incorporar el sonido tropical con el rock o los bronces funkys. La música que uno escuchaba siempre en la radio. O en la calle. Recuerdo que en Coyhaique retumbaban los bajos de cumbia o la ranchera, e inevitablemente uno termina replicando eso en la sala de ensayo.
-Olivos: Pero ahora no queríamos repetirnos, porque en el camino van pasando cosas y uno nunca es igual.
-Difuntos Correa es una banda tremendamente popular más allá de Santiago. ¿Sienten que los medios musicales no se han hecho cargo de transmitir eso?
-Olivos: Difuntos nunca se ha vendido como una banda "alternativa". Los medios más especializados tienden a valorar esto último. Y así se dictan pautas. Nosotros en cambio, nunca hemos sido un grupo de elite ni para las elites. Estamos abiertos a lo popular, a las provincias, la mitad del grupo es de Coyhaique. Yo al menos me enorgullezco de no seguir las pautas de lo cool y todo eso.
-Ustedes se hicieron famosos por pertenecer a la serie animada de las agendas Julieta.
-Olivos: Esto en verdad es una historia familiar (se ríe). La que dibuja Julieta es mi hermana Florencia, que está casada con el baterista Carlos Gómez. Cuando todavía no éramos nadie, ella hizo los dibujos para los afiches de los recitales. Y resultó. Con el primer disco ganamos un Fondart y de repente estuvimos tocando en vivo al lado de Los Tres. El problema es que nunca habíamos hecho el circuito de bares y tocábamos muy mal.
-¿En serio? Ninguna banda es capaz de reconocer eso...
-Olivos: Es que era verdad. Tocábamos pésimo, pero animábamos a la gente. Ahora puedo decir que después de tocar tanto en vivo, lo hacemos bien.
-¿Podríamos hablar de una evolución en la forma de enfrentar la música?
-Olivos: Tramposo amor era pura intuición. No teníamos muchas herramientas y nos sirvió para descubrir quiénes éramos. Resucitando la fe en un beso fatal era exhuberancia y definición de nuestro estilo. Ahí metimos todo, mostramos todo. Recién ahora podemos sonar contemporáneos y avanzar.
-En algún momento ustedes rozaron la escena del "nu bailongo" (Juana Fe, Chico Trujillo, Banda Conmoción, Sonora de Llegar) ¿Decidieron desmarcarse de ahí también?
-Olivos: Sí y también del "sonido Concepción", que es muy influyente y copiado también. A nosotros nos interesa salirnos de las estructuras, jugar con los cambios de ritmo, usar cuerdas. Como en nuestra versión de "El tiempo en las bastillas" para la serie "Los '80" . Yo creo que trabajar con gente de la talla de Boris Quercia o Daniel Muñoz te potencia y te obliga a ser bueno también.
-En Viña tocaron acompañados del mismo Fernando Ubiergo...
-Olivos: Yo creo que con él fuera de la SCD los músicos nos quedamos bien huérfanos. Él fue cercano no sólo a los músicos de trayectoria sino también a los más jóvenes. Y era valiente. El loco tenía una visión clara y se la jugaba y la peleaba por todos nosotros. Fue muy rara su salida.
-Tal vez ideas como de cobrarle un "royaltie" a las empresas de Internet porque es evidente que se bajarán discos de ahí nunca fueron bien entendidas.
-Olivos: Exacto. Algo extraño pasó y él, consecuente a sus ideas, renunció. Aunque creo que no debería haberlo hecho, porque no hay razones. Eso de que el computador donde hacía su presentación tenía un Windows pirata, fue extraño.
-Volviendo a Difuntos Correa, ¿cuales son sus planes para con este disco?
-Gómez: Está la idea de internacionalizarnos en México. Pero primero queremos mostrar Ilusionismo acá (ver recuadro).
-Olivos: También sería interesante ir a España. Pero allá, a diferencia de México, no existe un precedente chileno. Allá en cambio a las bandas les va bien. Veremos que pasará.