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Abogada Victoria Hurtado irrumpe en la literatura infantil

"El Pingüino Adivino" y "El Zancudo Vegetariano" son cuentos ilustrados con mucho más que una buena historia y además son bilingues.

05 de Junio de 2009 | 15:31 | Álberto Rojas M.
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''El Zancudo Vegetariano'', trata de un zancudo vegetariano, que es un estupendo pianista, pero no logra el reconocimiento y la valoración de sus pares y acaba demostrando todo su talento en. una colmena.

Ediciones B

SANTIAGO.- Un pingüino adivino, cuyo talento es descubrir a qué grupo pertenece cada animal, enfrenta su mayor reto cuando un ornitorrinco llega a pedirle sus consejos para así averiguar si es un ave, un mamífero o un pez; todo un desafío.

Algo parecido le ocurre a un zancudo vegetariano, que es un estupendo pianista, pero que no logra el reconocimiento y la valoración de sus pares. Y que acaba demostrando todo su talento en… una colmena.

¿Qué tienen en común estos dos cuentos? Que ambos relatos nacieron de la pluma de Victoria Hurtado, abogado de la Universidad de Chile y magister en Políticas Públicas de la Universidad de Harvard, que con “El Pingüino Adivino” y “El Zancudo Vegetariano” (ambos publicados por Ediciones B) demuestra su enorme talento en el campo de la literatura infantil.

La presentación de ambos libros será este domingo 7 de junio, a las 12:30 horas, en la 23ª. Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil de Providencia.

Profesora full time de la Escuela de Gobierno de la Universidad Adolfo Ibáñez en Negociación y Manejo de Conflicto desde el 2002, así como temas de ciencias políticas, instituciones y gobernabilidad, Victoria Hurtado ha reunido en sus cuentos —cuidadosamente ilustrados por Francisco Javier Olea y Alberto Montt— un conjunto de inquietudes sobre la importancia de valores universales como la tolerancia y la integración. Y no sólo eso, ya que además son cuentos bilingües, gracias a las traducciones de Kristina Cordero.

-¿Qué la motivó a escribir “El Pingüino Adivino” y “El Zancudo Vegetariano”?

“Como profesora universitaria de temas de políticas públicas, democracia e instituciones, me pregunté porqué no comenzar a enseñar estos temas a los niños directamente. Por otra parte, veía lo relevante que era la literatura infantil en otros países y sentí que podía haber un espacio para hacer libros que enseñaran virtudes para ser mejores ciudadanos. Fue así como se alinearon los astros y salieron estos textos como hace cinco años”.

-¿Cómo surgieron las historias y los personajes?

“Me parecía que la urgencia número uno en esta primera etapa era escribir libros que hablaran de identidad, de la no discriminación y de lo importante de valorar las diferencias y quería hacerlo con animales locales, con los cuales los niños chilenos se habían relacionado. El zancudo era un personaje al que todos nos podíamos referir y que fuera vegetariano (de hecho existen en la realidad zancudos vegetarianos) lo hacía peculiar. Por su parte, los pingüinos son del hemisferio sur, entiendo que han tratado de llevarlos a los países nórdicos y no han podido desarrollarse, están en toda nuestra costa, son gregarios, solidarios y muy simpáticos”.

-¿Y cuál fue su inspiración literaria? ¿Qué cuento o libro de su infancia fue referencial?

“Sin duda que el autor que más me ha influenciado es Dr. Seuss, y también hay algo de Orwell y Wilde. Pero quizás más inspirador fue tratar de retribuir de alguna manera los preciosos recuerdos de cuando era niñita, en una casa con muchos hermanos, mucha música y muchos libros y los veraneos en la cordillera del Maule entre leyendas y personajes inolvidables”.

-Las tramas de ambos cuentos contienen numerosos valores, como la tolerancia y el reconocimiento a la individualidad. ¿Cree que hace falta reforzar esos aspectos en nuestra sociedad?

“Hoy día es clave formar competencias para tener buenos ‘ciudadanos globales’ y esto no sólo para que sean profesionales exitosos, sino y por sobre todo, para que sean personas felices. Por una parte el libro del zancudo principalmente trata el tema de la tolerancia, y es que un niño que discrimina va a vivir en un microclima y totalmente desadaptado con lo que es el mundo globalizado. Por su parte, el cuento del pingüino trata de la identidad, un tema esencial cuando se está formando el carácter, pero también trata de las clasificaciones y lo arbitrarias que pueden ser. El desarrollo de un espíritu crítico que sepa que no todo es blanco o negro y que hay que atreverse a cuestionar los patrones me pareció importante”.

-¿Considera que la literatura infantil, juvenil o adulta, puede ser un canal efectivo para el desarrollo de políticas públicas?

“Los niños son voraces aprendices, quieren saberlo todo y tienen una curiosidad inagotable. Poder entregarles material para discurrir es clave. Mientras antes ocurra, mejor. Lo peor que puede pasar es subestimarlos y pensar que no van a entender. Es por eso que además apuesto al bilingüismo como algo natural en mis libros. Que les lean los cuentos en dos idiomas, aunque entiendan poco o nada, es muy importante para desarrollar el oído y la autoestima con ese segundo idioma”.

-¿Qué le gustaría más? ¿Que sus libros bilingües sirvan para que los niños chilenos se acerquen al idioma inglés o para que los extranjeros conozcan la literatura infantil nacional?

“Los libros ya tienen vida por sí mismos y ojalá se utilicen como más les acomode a mis pequeños lectores”.


-Cuando escribe, ¿lo hace la madre, el abogado o la experta en políticas públicas? ¿Quizá todas juntas?

“Es difícil responder porque uno es una persona que puede tener múltiples matices, incluso más allá de la trilogía que mencionaste. En todo caso, si de algo sirve, pertenezco al mundo que considera que los niños son bastante geniales y me importa genuinamente ganarme el respeto de ese gremio”.

-¿Sus hijos leyeron los libros? ¿Cómo reaccionaron?

“Con mi hijo Pablo, tenemos un rito diario de lectura con libros de varias culturas, generalmente en inglés y en castellano, así que hay harta competencia. Cuando le leo el pingüino le encanta que el ornitorrinco termine leyendo exactamente el mismo cuento que él está leyendo. En el otro cuento lo tiene muy intrigado el porqué el zancudo decide ser vegetariano. Mi otra hija, Leonor, tiene apenas 10 meses y está completamente aburrida de ser guagua, así que espero que muy pronto pueda darme su opinión”. 

-¿Continuará esta colección con nuevas historias?

“Me encantaría hacerlo. No faltan los temas, lo único que falta es darme el tiempo necesario entre mis labores académicas”.

-Dejando de lado ambos cuentos, ¿tiene otros proyectos como escritora?

“Siempre hay ideas dando vuelta, pero en lo concreto me invitó la directora Paula Leonvendagar a ser co-guionista de la serie de televisión “Creo”, ganadora del premio CNTV el 2008, que trata de las creencias de los chilenos en temas como el amor, la ética y el poder, en el contexto del bicentenario. Hemos estado varios fines de semana dándole intensamente a la escritura, así que espero ver pronto el resultado”.

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