La Roux

Como en Goldfrapp, La Roux es un proyecto de electro pop en el que no queda nunca claro si hay un trabajo solista o una mirada más amplia de grupo. Es frecuente ese modo de trabajar: si pensamos en Dido, en Ladyhawke o incluso en Portishead, lo que tenemos adelante es a una cantante de gran sello personal apoyada en las bases y arreglos por un productor a quien no le interesa figurar más allá de lo estrictamente necesario, y quien renuncia a plasmar rasgos autorales en favor del pop más universal posible. La mujer en la portada de este disco, voz y videos adjuntos es Elly Jackson, colorina de timbre vocal agudo y enfático, de rasgos masculinos que le han valido comparaciones con la antigua Annie Lennox, y personalidad encantadora incluso cuando desde su boca salen encendidos reproches amorosos contra quien sea no la deja vivir sus romances en paz.

Las canciones de La Roux pueden verse como otro viaje sobrevendido al extenso prado de sintetizadores sobre el que brincaron los años '80, pero hay que reconocer que, desde su inequívoco pop de teclas enchufadas y baterías programadas (y con todo lo predecible que puede resultar esa fórmula a estas alturas), La Roux se las ha arreglado para armar melodías frescas y grabarlas de un modo cautivante. Éste es un disco que justifica la atención, por lo contagiosas que son melodías como "Bulletproof", por el crescendo inteligente que levanta "In for the kill", por la vaga melancolía que transmite "Cover my eyes".

Estas canciones son eslabones conectados con años de tardanza en la misma cadena que antes afirmaron Human League, Eurythmics y Yazoo; y aunque carecen del misterio que hemos admirado estos años en The Knife, por ejemplo, no resultan un ápice gastadas. En estos días en que el mundo ha vuelto a unirse en su aprecio del mejor pop, la música de La Roux es prueba poderosa de la vigencia eterna que tiene una canción que exudara prestancia cuando se para sobre la pista de baile y nos hace mover los pies.

—Marisol García