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Misión en trance hacia el sur

Es un grupo nuevo, pero sus integrantes no lo son. Con gente venida de Casino, Camión o The Ganjas entre otros rockeros chilenos recientes, Trancemission lanza este sábado su primer disco y luego de manda a tocarlo en gira por Chillán, Concepción, Lanco, Temuco y Valdivia.

28 de Agosto de 2009 | 10:28 |

Fueron diez meses los que pasó en Francia, pero bastaron para un cambio de rumbo. Hasta entonces Rodrigo Astaburuaga había sido guitarrista de bandas de rock como Camión y The Ganjas y desde antes se había dedicado a grabar en video gran cantidad de conciertos de rockeros nuevos ya a comienzos de esta década, pero a su regreso venía con equipaje suficiente para la misión de armar su propio grupo. Con nombre de misión incluido: Trancemission.

Entre diciembre de 2006 y octubre de 2007 Astaburuaga vivió en París, donde se dedicó a tocar con músicos chilenos residentes allá, entre ellos Memo Dumay, el guitarrista de Pánico, y a esbozar sus primeras canciones. A su regreso no perdió el tiempo. En diciembre de 2007 se incorporó al trío de rock Casino, en enero de 2008 debutó con Trancemission y ahora varias de esas canciones se escuchan en 5, el disco que el grupo lanzará este sábado y que seguirá presentando en otras ciudades (ver recuadro) en una gira al sur.

Desde su segunda actuación, en marzo de 2008, Trancemission está integrado por Rodrigo Astaburuaga (voz y guitarra), Pablo Giadach y Samuel Maquieira (guitarras), Pablo Rogers (bajo) e Iván Molina (batería). Y es un apropiado ejemplo de cómo el todo es más que la suma de las partes. Entre las historias de los integrantes se cruzan grupos chilenos de los últimos ocho años como Camión (Astaburuaga y Rogers), Casino (Giadach y Astaburuaga), The Ganjas (Maquieira, Astaburuaga y Giadach) y hasta una fugaz banda de covers llamada Catfish (Rogers y Molina), sin mencionar el historial del baterista, que viene tocando desde los años '80 en Emociones Clandestinas, Santos Dumont y Matorral.

Combo psicodélico

Esos caminos resultan en Trancemission, autodefinido como un combo de rock psicodélico con influencias de los años '90, entre cosas como el grunge de Soundgarden, el ruido eléctrico o noise de My Bloody Valentine, el vuelo introspectivo del llamado shoegazer y el vuelo desértico del stoner rock. Así es 5, un disco registrado en fugaces pero intensas ocho horas de canciones e improvisación en agosto del año pasado, en el club Mist de la capital acondicionado como estudio de grabación.

-En una tarde -recuerda Rodrigo Astaburuaga. -Fue súper rápida (la grabación) -agrega Iván Molina, el baterista-. Llegamos a Mist un día a armar como a las seis, fueron menos de ocho horas de ocho horas de grabación cuando ya estábamos desarmando, y teníamos un chorizo de música gigante.

-¿Tiene algún efecto hipnótico también grabar un disco entero de un viaje?
Molina:
Para mí es súper bacán. Pensaba el otro día que todas las bandas en las que he estado han tenido discos traumáticos. El de los Emociones (Clandestinas) tardó como un año y medio. El de los Santos, el Similia (Similia similibus), como tres años. El de Matorral (Resonancia en la zona central) demoró como cuatro años en salir. Y éste en ocho horas quedó listo, lo mezclamos en un rato y a sacarlo no más. Ha sido todo al revés. A mí me gusta así, espontáneo.

-¿Cómo se manejan tres guitarras simultáneas en un grupo, se diferencian por los timbres?
Astaburuaga:
Cada uno tiene un sonido medio definido. Yo uso otras afinaciones, Sam (Maquieira) a veces también, que dan otras texturas. Lo que me gusta harto de Trancemission, sobre todo en el disco, es saber que todos los sonidos que aparecen ahí son de guitarra. O de bajo y batería, claro. Pero de repente estás escuchando unos (órganos) Farfisa, unos teclados increíbles, y en realidad es una mezcla de la guitarra entre Sam y la mía, y se arman unas ondas ahí.
Maquieira: Y todo en vivo. El disco está grabado en vivo, no tiene ninguna guitarra doblada (vuelta a grabar) ni nada. La música es toda de un chorizo no más.

-¿Cómo ve Iván Molina a esos tres guitarrista desde el puesto de la batería?
Molina:
Como no soy guitarrista y no habíamos tocado juntos, aunque igual los conozco hace tiempo, no cachaba su dinámica, entonces tuve que preguntar cómo era, porque me sorprendió ese nivel de entendimiento que se siente. El resultado para mí es una masa total de sonido que me gustaba pero no diferenciaba. Ahora he ido aprendiendo.

Como tres discos más

Una carátula con motivos psicodélicos completa la experiencia de 5, hecha por la diseñadora Macarena Moreno, la misma autora de la portada del más reciente disco de The Ganjas, Loose (2008).

-La idea es cuidar mucho el arte (de la carátulas) -comenta Rodrigo Astaburuaga-. Yo había visto hartos dibujos y tatuajes de ella, que dibuja cosas completamente pelacables. Y además es cercana a nosotros. Queríamos que reflejara mucha imaginación y se logró.

-Puede ser anecdótico, pero eres el más chico (en edad) en este grupo.
Astaburuaga:
Absolutamente, lejos. Es divertido.

-¿Se nota eso en algo?
Maquieira:
… ni nos preocupamos de eso. Ahora que lo dices me doy cuenta. Sí, pues, aquí está, new blood ahí con todo.
Astaburuaga: En un caso puede ser porque, claro, Sam es de Ganjas, Pablito está en Casino… Pero aquí todos ponemos lo que podemos entre todos. Al final nos juntamos a tocar. Que me digan "armemos una banda con el Samuel, con el Pablito, con el otro Pablito y con el Iván" es qué mejor. Sí a todo. Y además les estoy pagando súper bien (risas).
Molina: Me gusta eso, que nunca ha habido una organización, como sí pasa en otros grupos. Funcionamos intuitivamente, eso nunca ha sido tema entre nosotros.
Astaburuaga: Y para mí lo más interesante es la etapa que viene ahora para Trancemission.

-¿Que es cuál?
Astaburuaga:
Empezar a componer con ideas entre todos. Ya tenemos como tres discos más. Y ya tenemos un sonido. Este disco fue encontrar ese sonido, y ahora es un poco más clara la película de lo que podemos hacer. Nos dimos duenta de que nos propusimos esto y lo sacamos en quince minutos.
Molina: Ahora hagamos uno en 25 minutos. El disco doble.

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