Director de "Mandrill": Nos sorprende que no haya más cine de acción en Chile

VALDIVIA.- Tiene una mirada algo "tarantinesca" para ver las cosas y lo ha demostrado en cada una de sus películas junto a su amigo Marko Zaror. El director Ernesto Díaz Espinoza es un amante del cine que no reniega de sus influencias, que gusta ser un químico cinematográfico que mezcla distintos compuestos para crear sus propias fórmulas: locales y diferentes.

Así nació "Kiltro" hace tres años, con su propio héroe Jedi; luego apareció "Mirageman", un superhéroe neorrealista (por tanto, sin superpoderes). Y ahora está "Mandrill", un asesino a sueldo con la galantería de James Bond que parodia el cine de explotación de los '70. Sin embargo, ha pasado el tiempo y parece que la dupla Díaz-Zaror se mantiene en un solitario set del cine chileno, sin que nadie siga su huella.

En conversación con Emol, Díaz habla del éxito de la película, sus motivaciones, proyectos y reflexiona sobre la falta de consolidación del cine de género en Chile, como para llegar a hablar de un "chilexploitation" en el que cual tampoco le gusta encasillarse.

-¿Por qué las películas que han hecho gustan tanto en Estados Unidos?
-No sé. Creo que es una mirada diferente de las cosas que a ellos les gustan. Nosotros hacemos un género que viene de allá, acción. Quizás -y esto es algo que se me acaba de ocurrir- están un poco aburridos de ver siempre lo mismo, sin ningún giro, y nosotros se lo estamos dando para que sigan disfrutando de este tipo de cine.

-En el Fantastic Fest de este año, Marko Zaror ganó el premio al mejor actor, pero tal como con "Mirageman", nuevamente se premió a la película como tal. ¿Cómo te llega esto a ti, como realizador?
-Es muy placentero. Imagínate lo contentos que estamos de que cada vez estén gustando más las cosas que hacemos y que se consolide esta onda que tienen las películas. Que las reconozcan como películas, por supuesto que me cae a mi una satisfacción muy grande. Lo de Marko se siente como algo del equipo. Todos participamos de sus logros como actor, entonces es un pedazo que les llega a todos, es un premio del que varios nos sentimos orgullosos.

-¿Cuál es la semilla de la que nace "Mandrill"?
-"Mandrill" es mi pasión por James Bond, mezclado por mi gusto con el spaghetti western. Cuando pensé en el personaje, pensé en una mezcla entre James Bond y el cazarecompensas que hace Clint Eastwood en las películas de (Sergio) Leone.

-En las tres películas que han hecho siempre está presente el humor y la acción, pero también hay un protagonista con heridas internas. ¿Te llama la atención tener personajes de ese tipo, como Eastwood u otros protagonistas de Leone?
-Estamos en un género en el que lo que más importa son las escenas de acción, en general. Como cuando las películas de artes marciales las adelantan para ver las puras peleas. Lo que me interesa es que haya una historia, una razón para que este personaje haga lo que hace. Que enfrente, pelee y dispare. Tiene que haber dentro una herida grande para que sea eso posible en una persona. Me interesan los personajes humanos, con los que la gente pueda identificar. Que no sea el James Bond perfecto, inalcanzable, que nadie puede ser él. Me interesa que tú puedas ser Mandrill. Quizás si te pasa lo que a él le pasó, termines haciendo lo mismo. Ese trauma de niño lo lleva a ser un hombre violento y su fanatismo por el cine lo transforma en eso.

-Tanto en "Mirageman" como en "Mandrill", se comienza a hablar de posibles secuelas. ¿Hay verdad en eso, piensas en lo que le pasaría después a los personajes?
-Sí, las tres películas pertenecen a un género de estos héroes que continúan sus aventuras. "Kiltro" estaba pensado como una trilogía, como "Star Wars". Su secta es como los Jedi, él es como Skywalker. Mirageman es un superhéroe que podría tener muchas aventuras, y Mandrill es un Bond que podría tener 23 películas también. Por eso siempre tienen finales abiertos, queda la posibilidad de seguir, porque tengo la sensación de que la historia no termina ahí. Me encantaría hacer secuelas, pero no tan seguido. Cuando terminas una película, generalmente quieres hacer algo totalmente distinto, probar cosas nuevas.

-Para el remake de "Mirageman" en 3D, ¿estarás de alguna forma involucrado?
-No. Estamos vendiendo los derechos, pero somos amigos del nuevo director, que es Andy Cheng. Él fue doble de Jackie Chan y ahora es un gran director de segunda unidad de Hollywood, yo te diría que el mejor en cuanto a las escenas de artes marciales. Él va a trabajar con Marko, son amigos y hay una relación cercana. Pero yo no me voy a meter en el guión ni voy a dirigir.

-¿Qué te parece que después de tres películas todavía sean los únicos que hacen este tipo de cine en Chile?
-Yo creí que iba a salir algo más pronto, estoy sorprendido de que seamos los únicos. Hay muchos estudiantes que les encanta este género y que tienen muchas ideas, pero están todavía en la escuela. Quizás falta un par de años para empezar a ver más cine de acción. Nos sorprende que no haya más.

-¿Crees que cuando salga esa nueva generación se pueda hablar de un "chilexploitation"?
-Sí, totalmente. De hecho ese es un término que entre nosotros conversamos. Y "latinexploitation". De hecho, creo que una de las críticas de los reviews gringos nos encasillan en eso. Yo creo que se puede generar, pero con nosotros ha pasado espontáneamente. Nosotros no estamos haciendo cine comercial, ha resultado ser un cine más comercial que el de otros directores. Pero es por un gusto por el género, no porque queramos vender más entrenados. Para que sea “chilexploitation” tiene que ser una cosa consciente de apuntar a un público con ciertas pautas a seguir. Nosotros hacemos un cine más espontáneo.