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My way

24 de Octubre de 2009 | 14:23 |
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La supervivencia solista al quiebre con una banda clásica suele ser un muñequeo tortuoso, del cual pocos músicos salen bien parados. La clave del éxito suele estar en el fortalecimiento de una autonomía total, ojalá sin ex compañeros cerca, y, sobre todo, en un género alejado de aquel que te hizo popular. En el pop inglés hay tantos ejemplos felices (Morrissey, Damon Albarn, George Michael) como lamentables (Geri Halliwell), y no hay duda que a Ian Brown debe ubicársele del lado de los buenos. Más que sostener una discografía espectacularmente exitosa, el ex cantante de esa banda enorme que fueron los Stone Roses ha logrado identificar un tipo de ritmo y groove de baile que es caracterísitico y que ha sido muy bien ejecutado a lo largo de seis álbumes, aunque ya sin la imposición de gloria que el propio Brown enfrentó hace veinte años.

El gusto innato por la música negra (este es un álbum "dedicado a Michael Jackson", según su autor, y sin relación alguna con Frank Sinatra) fluye libre sin interés por los guiños rockeros. Si están, las guitarras no se notan en canciones que privilegian al órgano eléctrico como pulso conductor, y que se adornan con mucho bajo, programaciones y épicos bronces (como en el estupendo single "Stellify"). No es un disco parejo en atractivo, pero sí coherente: de principio a fin transmite un mismo ritmo mid-tempo que invita al baile desacelerado, sonriente, eterno. Puntos extra por el magnífico cover para "In the year 2525", viejo himno político del dúo Zager and Evans.

—Marisol García

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