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De copas con Ray Loriga, el viejo "niño terrible" de las letras hispanas

El escritor está en Chile presentando su novela "Ya sólo habla de amor", y entre una actividad y otra se dio tiempo de sentarse a la mesa con Emol, para conversar de su trabajo y de las etiquetas que lo han acompañado durante toda su carrera.

03 de Noviembre de 2009 | 08:42 | Eduardo Miranda, Emol

SANTIAGO.- Llegó recién el sábado y ya conoce casi todos los bares alrededor de su hotel, en Las Condes. A 15 años de su última visita, el escritor español Ray Loriga (42) llegó el fin de semana para presentar su última novela "Ya sólo habla de amor" (Alfaguara), y no deja de sorprenderse con lo que encuentra en Santiago.

"La ciudad está muy cambiada desde la última vez que vine", dice mientras camina con aires de cowboy rumbo a un bar que, según detectó, es el único entre los más cercanos que vende cervezas.

"Todo está lleno de centros comerciales absurdos y grandes. El resto está bien, me encanta Santiago y la acogida del libro ha sido muy buena. Me tiene muy contento encontrar nuevos lectores que aún no nacían cuando empecé mi carrera como escritor. Eso siempre es bueno, encontrar a gente nueva que se interese por lo que escribes".

El español se refiere a los tiempos en que su nombre recién comenzaba a sonar en el universo literario, gracias a títulos como "Lo peor de todo" (1992), "Héroes" (1993) y "Caídos del cielo" (1995), donde describía mundos habitados por jóvenes rebeldes, y sus relaciones con las drogas y el rock. Así el escritor —que en realidad se llama Jorge Loriga— se alzó como el "rockstar de la literatura española".

"Mirando hacia atrás, no me quejo. Pienso que esa construcción me ha permitido tener una carrera, y es una de las cosas porque vuelvo a Chile y que la gente lee mis libros. En cuanto al personaje de enfant terrible, sabía entonces que era un juego. Era una fantasía que tuvo su principio, su desarrollo y su final", cuenta el escritor, que junto a su ex mujer, la cantante Christina Rosenvinge, formaron una de las parejas más taquilleras de España.

En "Ya sólo habla de amor", Loriga presenta a Sebastián, un hombre de 40 años que no puede superar la pérdida del amor. Por eso decide embarcarse en un proyecto literario sin mucho futuro, y observar minuciosamente a las mujeres que lo rodean. ¿Alguna relación con su vida real? "Los libros son artefactos, muchas veces coinciden con cosas particulares que te han sucedido y has aprovechado esa experiencia para decirlas. En este nuevo libro no hay nada real, pero se relaciona con situaciones que he vivido y también coincide con otros libros que siempre he admirado", dice mientras fuma su tercer cigarrillo.

Loriga sigue ahondando en la relación con sus vivencias: "Son emociones por las que has pasado, que normalmente después reciclas en literatura, pero no es en absoluto un acta notarial ni yo soy Sebastián. De hecho, mi vida no tiene mucho que ver con la de él. Es una suerte de estudio riguroso del territorio de la derrota".

-Si el personaje ya sólo habla de amor, ¿de qué habla su autor?
-Yo sólo hablo de literatura, porque aunque el libro se llama "Ya sólo habla de amor", en cierta medida habla de las letras. Es un libro que me sirve para hablar básicamente de eso. También me he metido en un ensayo, que es algo que no había hecho antes. Es sobre la experiencia de la escritura, sobre mi punto de vista, pero relacionado con otros autores.

-¿Y tienes algún proyecto para una nueva novela?
-La nueva novela está a medias. Pienso que puedo volver al territorio de "Tokio ya no nos quiere" (1999), pero no es de ciencia ficción. Es sobre un tipo que de buenas a primeras se enfrenta a los grandes capos de la droga internacional. Creo que es la anti "Gomorra", porque parodia una realidad siniestra, donde uso datos a mi antojo. Lo digo para que la mafia no venga a matarme.

-Luego de ser apodado como "niño terrible", ¿te gustaría ser reconocido de otra forma?
-No me gustaría ser identificado por ningún tipo de construcción, sino que por cada libro en concreto. Lo que me interesa es la relación con el lector, y que cuando alguien lea el libro, se identifique. Los medios de comunicación son muy útiles para generar curiosidad sobre un trabajo de cualquier disciplina. Tienen el peligro de etiquetar las cosas, porque claro, hay que orientar al público de alguna manera. El trabajo de los medios es poner etiquetas, y mi trabajo es lograr quitármelas luego.

-Luego de "Héroes", ¿has pensado en usar más referencias musicales en tus novelas?
-Para ese libro en concreto, la música era la referencia inevitable. Si en las publicaciones posteriores no he incluido música es porque me pareció que no debía aparecer. Mi grupo de cabecera estas últimas semanas son los Cars, o sea que nada nuevo. No estoy mucho en la ola, la verdad.

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