DVD: "Transformers - La venganza de los caídos", una historia oxidada

La obsesión por los "Transformers" ha dejado claro que Steven Spielberg realmente tiene alma de niño. Su afición por la línea de juguetes se transformó en una obsesión que lo llevó a convertirse en el productor ejecutivo de una de las películas con los efectos especiales más complejos que se hayan creado: "Transformers" (2007).

Dos años más tarde, la lluvia de efectos especiales que transforman pedazos de chatarra digital en gigantes robots y vehículos de última generación, retornó a la pantalla grande en la misma línea: una grandilocuencia visual que hasta se hace difícil de seguir sin pestañear y una historia simple que es prácticamente un telón de fondo para lucir los últimos modelos de la tecnología digital en el cine.

Sin embargo, un par de años es demasiado poco. Las mejores secuelas son las que tardan en llegar y en este caso, el hambre por sacar un producto lo más rápido posible, mermó el que ya había sido el punto más frágil de la cinta original: su historia. En este capítulo el joven Sam Witwicky (LaBeouf) se prepara para ingresar a la universidad, un mundo que lo maravilla, pero que a la vez lo aleja obligatoriamente de sus padres y de su hermosa novia Mikaela (Megan Fox). Pero enfrentar este cambio -y el paso a la adultez- no es nada comparado con el desafío que lo vuelve a unir a los robots gigantes, luego que una pieza de metal extraterrestre despertara nuevamente a los temibles Decepticons. Los caídos se levantan para una nueva lucha con los Autobots, quienes hasta el momento han luchado secretamente junto a los humanos contra los robots enemigos, al más puro estilo Cazafantasmas, pese a que el gobierno ha puesto en duda esta colaboración.

Si en la primera película la historia era un telón de fondo que pasaba desapercibido, fuera de la belleza de Fox y el carisma de LaBeouf, para ver a los robots gigantes, esta vez realmente lo ideado por los guionistas estorba, con personajes innecesarios, obviedades que saltan como tuercas y, como ya es habitual en las secuelas, llevando el clímax a un lugar exótico para diferenciarse de la forma más básica de su antecesora. Para quienes gusten de los efectos especiales, al menos hay una avalancha tan fuerte como en la primera película, pero sí que molesta un guión construido sin ningún tipo de soldaduras.

Video

La transferencia al video es de una calidad incuestionable, con los colores bien definidos y nitidez en todo momento. El único problema es que, ante la complejidad de los efectos visuales y la rapidez con los que se presentan, se hace muy difíciles apreciarlos incluso en el hermoso formato de 2.40:1 con el que llega al DVD. Realmente es una película que visualmente se aprecia más en el cine o con la capacidad de observarla en una pantalla de grandes dimensiones.

Audio

Además de los efectos visuales, la película tiene un diseño sonoro que probablemente la volverá a tener nominada al Oscar en esta categoría técnica. La mezcla y los efectos se trasladan con gran naturalidad a una pista en formato 5.1, con opcionales doblajes al español y el francés. Sin duda que una pista en DTS hubiese sido aún un mejor regalo, pero el 5.1 hace bien su trabajo, utilizando los parlantes laterales intensamente. Las pistas de subtítulos se encuentran en los mismos idiomas: español, inglés y francés.

Material extra

La edición simple de un disco presenta sólo un extra: una pista de audiocomentarios con el director Michael Bay, acompañado por dos de los guionistas, Roberto Orci y Alex Kurtzman, que de paso son una de las duplas más solicitadas de Hollywood. El comentario cae más bien en la anécdota y sus momentos son más bajos son cuando toma la palabra Bay, quien ocupa la mayor parte del tiempo elogiando a sus colaboradores. Orci y Kurtzman, en los pocos minutos en que Bay les cede la palabra, entregan algunas apreciaciones más interesantes sobre la realización de la película, algunas de los temas que intentaron abordar en la cinta, teniendo claro cuáles son los verdaderos protagonistas.