Tres son multitud

Durante la más reciente gira de Inti-Illimani Histórico a Europa, en julio pasado, un grupo nuevo aprovechó la oportunidad de presentarse ante el público en los intermedios de cada actuación. Parecía una especie de banda de música ligera con instrumentos acústicos que tocaba una composición instrumental como sacada de una película italiana. Salvo que en realidad no era nada de eso.

-Era una versión más acústica, para que cupiera en el escenario -explica ahora el pianista de ese grupo, de vuelta en Chile-. De hecho mucha gente pensaba que era una banda como de swing. Y engatusábamos en base a este estilo de música. Y vendimos como setenta discos por toda Europa.

Ese disco se llama Cazuela y amor y es el primero de Los Bipolares, que por el contrario es un trío de rock y pop con instrumentos eléctricos, pero que es capaz de amenizar el intermedio de un concierto de Inti-Illimani Histórico porque todos sus integrantes, Camilo Salinas (voz y teclados), Fernando Julio (voz, guitarra y bajo) y Danilo Donoso (voz y batería), son en paralelo músicos de ese grupo.

Y ahí no se agotan sus historias previas. Salinas ha tocado en los últimos diez años con Los Tetas, Los Tres, Pettinellis y Ángel Parra Trío; Julio ha sido bajista de Javiera & los Imposibles y el trío completo tocó en la banda de Anita Tijoux en 2006, antes de decidirse a debutar con su propio grupo.

-Fuimos viendo las canciones y el estilo que queríamos perseguir -dice Salinas-, porque hemos pasado por varias tendencias musicales, pero la idea tampoco era demostrar eso en el disco, ¿no? Que toco en un grupo de folclor, de pop, de música clásica, ni tocar como si fuera el último día de nuestras vidas, todas las notas posibles. Hacer el disco nos ayudó a entender cómo queríamos que sonara la banda. 

El cuarto fantasma

Después de terminado el álbum Esencial (2006) de Inti-Illimani Histórico, Los Bipolares grabaron Cazuela y amor en 2007, debutaron en vivo en septiembre de 2008 en el bar capitalino Ópera Catedral y en 2009 publicaron finalmente su disco.

-Ése es el timing -confirma Salinas-. Entremedio hemos viajado con los Inti como dos veces por año a Europa. Pero ahora ya nos planteamos poder grabar nuestro segundo disco de aquí a diez años más (risas).

-Este grupo nos tiró para adelante como músicos -agrega Julio-, nos hizo sacar cosas que no habíamos explotado antes: cantar, hacer letras, plantearse en el escenario, hablar al público, hacer un trabajo más de joyería, porque todo es responsabilidad tuya.

-¿Cómo ha sido el trabajo de cantar, de hecho?
Donoso: A mí me gusta harto cantar, hago coros en casi todos los temas y en Inti-Illimani de hecho he tenido que sacar la voz harto. Me han tocado temas peludos de los Inti y es brígida esa responsabilidad.
Julio: Hay que hacerlo con técnica pero también con onda. Éste es un grupo rock, hay que transmitir. Eso es algo nuevo que enfrentamos: transmitir con la palabra, con la voz.

La canción con ritmo de reggae "Sólo el amor" fue la primera presentación del grupo. "Decidimos hacer algo que produjera más quiebre. Más inesperado", explica Julio. "No como una banda que toque un rock normal chileno", agrega Donoso. Y ese sonido produce además la impresión de que hubiera al menos un bajista como cuarto integrante. Pero no hay tal: el bajo a menudo lo toca Salinas en las notas graves del teclado.

-Es poner las capacidades al máximo -define Julio-. Casi siempre nos dicen que suena como si fuéramos cinco. El planteamiento es una música hecha netamente por tres personas, con la gracia y las limitaciones que eso tiene. Si escuchas el disco, lo que suena es lo que hay. Nunca hemos invitado a nadie por eso mismo, por el hecho de reafirmar que somos tres. Aquí nos enfrentamos directo contra el… monstruo.

-¿Y no echas de menos tocar más el bajo, justo tú que eres bajista?
Julio: Igual en tres temas toco el bajo, y en otros tres toco el contrabajo. Pero me gusta mucho tocar la guitarra, es algo que siempre había querido hacer. Hay que ponerse al servicio de lo que la música requiere.

-¿Para Salinas es más difícil tocar el bajo en el teclado, o es como tocar otra melodía cualquiera?
Salinas: Es súper complejo, hay que disociarse. No sería tan complicado si no hubiera que cantar también, ahí entra un medio distractor. Hubo que hincarle el diente, pero es entretenido. Sientes que tienes un cuarto fantasma acompañante.

-¿Aparte dónde buscar inspiración para eso? Uno piensa en Ray Manzarek, de los Doors, pero ¿hay más?
Salinas: Entre los jazzistas. Jimmy Smith (fundamental organista de jazz) lo hace. Nosotros no tocamos ese estilo de música, pero sí es un buen ejemplo.

-¿Pero lo hace con los pedales o con la mano?
Salinas: Con los pedales, pero también a veces se acompaña con la mano. Pero, a ver ¿a quién más hemos visto que toca así…?

-¿… O Camilo Salinas es el segundo en la historia?
Salinas: Nooo… Bueno, sería la raja. Pero como quien dice lo único en común que tenemos con el grupo La Noche es que no hay bajista pero el bajo suena (risas).

-Un detalle anatómico: en un teclado se pueden hacer figuras distintas a las que la mano permite hacer en el bajo. ¿Tratas de emular lo que puede hacer humanamente un bajista con sus dedos?
Salinas: No, ocupo el concepto de piano para tocar esos bajos. Pero lo más funcional posible, no es que se floree mucho. Para que no haya una anarquía de dedos peleando.

El paso del oso bipolar

-¿Habían tenido antes una opción así de tocar rock, o ésta es la primera vez?
Salinas: Aquí hay ideas musicales que tenía desde años, que no se habían concretado en los grupos anteriores. En el fondo fue madurar una etapa de nuestra música. Y mortal porque ahora podemos mirar hacia delante, tenemos las ganas y la experiencia de este primer disco y la entretención de meterse a hacer otro.

-¿Para el baterista sí es un cambio pasar al rock desde los instrumentos y compases de música latinoamericana de Inti-Illimani?
Donoso: Yo partí en el rock, yo soy batero. Estudié batería, de curioso me fui metiendo en la percusión, una cosa llevó a la otra y me alejé de la batería. Y hace mucho tiempo que no tocaba rock, es muy agradable.

-¿Inti-Illimani es una escuela en todo caso, en las voces?
Salinas: Yo creo que el trabajo vocal se nos ocurre en gran parte porque con los Inti se trabaja, en eso no hay duda.
Julio: De ese trabajo rescatamos el usar todas tus posibilidades, que es una cosa que se hace en Inti-Illimani. Los siete músicos cantan, tocan otros instrumentos y es un método de trabajo.

-Éste es el mismo grupo que tocó y grabó un disco inédito con Anita Tijoux en 2006. ¿Hay alguna relación entre eso y Los Bipolares?
Salinas: Cuando hicimos ese disco también hizo que postergáramos a Los Bipolares, pero la Anita nos ayudó en un par de letras y fue mortal porque nos conocimos. Con el Danilo no habíamos tocado antes, y aprendimos mucho de las sonoridades de los teclados, Julio tocó guitarra…
Julio: Fue como una demostración de lo que podíamos hacer.
Salinas: Demostración de la bipolaridad.

-¿Las letras de hecho son medio bipolares? Un verso de la canción "Se pasó" dice "Qué tristeza me da tu felicidad", por ejemplo.
Salinas: Sí. Y de alguna manera este grupo es como empezar de cero también. Tenemos la experiencia práctica de haber tocado mucho, pero ahora es totamente distinto.

-¿Es bipolar: debutante experimentado?
Salinas: Y el concepto bipolar fíjate que después de vimos el significado. Al comienzo, a partir de los osos polares, echábamos la talla de que un oso que se pasa de un polo al otro sería un oso bipolar. Entre talla y hueveo, que somos malos pa' echar la talla, ahí caímos en la palabra.