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Las crónicas del viento
Lisandro Aristimuño

22 de Diciembre de 2009 | 00:13 |

Así como es diverso el horizonte de jóvenes cantantes y compositores chilenos de los últimos años, no tendría por qué ser menos amplio ese horizonte a escala continental. Hace años que los nombres de Drexler o Johansen han dejado de estar al final de la enumeración de nuevos autores de canciones del cono sur; y en ese lugar ya hay nuevos frentes, con todas las diferencias de rigor pero también con concidencias generacionales entre Ximena Sariñana en México, Paulinho Moska en Brasil, Martín Buscaglia en Uruguay, Leo Quinteros o Gepe en Chile, Florencia Ruiz, Coiffeur, Diosque o Lisandro Aristimuño en Argentina.

Este último llega aquí por partida doble. O triple. En estos dos discos, uno doble y otro simple, Aristimuño da muestras de la libertad que es el principal carácter de esta generación. Diversos materiales le sirven para construir sus canciones, desde los instrumentos acústicos, y no sólo guitarra sino también piano arreglos de cuerdas y de vientos, hasta bases programadas aplicadas a la canción. Es lo que está desplegado sobre todo en Las crónicas del viento (2009), su más reciente disco, en uno de cuyos volúmenes despliega ese campo de posibilidad mientras en el segundo se concentra sobre todo en cuerdas acústicas de guitarras de seis y doce cuerdas, laúd, mandolina y timple para mostrarse más instrospectivo.

Al mismo tiempo, Lisandro Aristimuño es una compilación editada en Chile con canciones de tres discos, Azules turquesas (2004), Ese asunto de la ventana (2005) y 39° (2007), con las que el cantante confirma ese perfil de "cantautor" contemporáneo y manifiesta además el ADN argentino del que tiene una buena cuota. "Que hagamos coro junto a los grillos del río Paraná", canta en un momento. Cosas como el placard aparecen a menudo en sus versos, y su voz aguda lo conecta con una figura tan inadvertida como la de Ariel Leira y con otra tan notoria como la de Fito Páez, que de hecho está invitado en una de estas canciones y al menos en ese momento debe sentir lo que siente un padre.

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