Satélite

La banda de Los Ángeles lo hizo otra vez: lanzar un disco melódica e instrumentalmente impecable. Pero a diferencia de su álbum homónimo de 2007 las canciones suenan más duras y fuertes. Como si los lazos con el britpop canónico -Oasis, Blur, Supergrass- fuesen recargados con heavy blues y sintetizadores. Una colección de canciones inspiradas en las inquietantes teorías de 2012 como nuevo fin del mundo y cargadas a los estribillos monumentales, búsqueda recurrente del grupo. "Satélite", el primer single deja todo lo anterior clarísimo: "y cuando vuelo no sé adonde voy / estoy contento y no sé por qué / estoy riendo sin saber quién soy".

Otro de los méritos del disco es que va creciendo en cada escucha. Canciones como "Rinoceronte", considerada por la misma banda como su mejor pieza hasta ahora, o "Bajo el árbol", un piano rock con aires cabareteros, sorprenden por sus arreglos y timbres. En esta última hay secuencia de acordes mayores y menores que ya va siendo marca registrada de Primavera de Praga. Un recurso que aparece también en "Pájaro muerto", un cuento infantil que, tal como el beat sesentero se sostiene en la narración, el ritmo marchante y el piano en staccato. También hay rock de alta velocidad ("Paracaídas"), densos pasajes guitarreros ("Jendrix") y experimentaciones a lo Brian Eno modelo '73 ("Laberinto").

Satélite es un gran paso también para el Álvaro Henríquez productor, ya que enriqueció las canciones con guitarras, timbres y economía de recursos. Allí donde la banda se expandía en el disco anterior, el músico de Los Tres impuso la contracción. Por eso "Rinocronte", "Pájaro muerto" o el power pop de "La nave" -que insiste con la fantasía de escapar a otro planeta tras un desastre mundial- suenen tan certeros y al grano. Notable detalle, considerando que para referirse a un tema de los Bunkers Henríquez dijo que era "esa clase de canciones que no quieres que terminen nunca". Eso podría haber funcionado antes. Pero ahora, con una década de reinado del mp3, uno quiere que las buenas canciones se terminen para apretar "repeat" y escucharlas de nuevo. Y a juzgar por este disco, Primavera de Praga tendrán muchas más de esas en los discos por venir.

—JC Ramírez Figueroa