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Santiago, laboratorio de la cumbia

Este miércoles 6 de enero en el Centro Cultural Michoacán de La Reina en la capital tendrá lugar la primera versión del Festival de Cumbia Experimental Festicumex. El gestor de esto es holandés y tiene nombre y apellido: Dick el Demasiado presenta aquí las cumbias experimentales, con socios chilenos entre Chico Trujillo, Banda Conmoción y otras bandas.

05 de Enero de 2010 | 14:27 |
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Experimentados: músicos de Chico Trujillo entre otros grupos darán forma este miércoles 6 desde las seis de la tarde al primer festival de cumbias experimentales en Santiago.

Foto: archivo de El Mercurio.

Festi por festival, cum por cumbias y ex por experimentales son los ingredientes literales de Festicumex, el festival de cumbia experimental que será celebrado por primera vez en Santiago este miércoles 6 de enero y en el que participarán músicos de grupos ligados a ese ritmo, como la Banda Conmoción y Chico Trujillo, pero también de otros tan diversos como Electrodomésticos y Los Tres.


Gestor del encuentro es un músico holandés y ciudadano del mundo que se ha dedicado a tocar y a organizar este festival durante los últimos catorce años en ciudades de Europa y de Latinoamérica. Responde al nombre de Dick el Demasiado, con su banda completa se amplifica a Dick el Demasiado y sus Exagerados, y está en Chile como huésped del cantante del combo de cumbias local Chico Trujillo, Aldo Macha Asenjo. De hecho ya actuó como invitado a los conciertos de aniversario de Chico Trujillo, en diciembre en La Cúpula del Parque O'Higgins.


-Macha me tenía planeado como sorpresa, y la idea era entrar como un submarino en el puerto, sin avisar, para así al menos asustar al público. Disfruté mucho de ver un remolino del fenómeno de la música. Me impresionó el poder de convocatoria y las ganas que tienen los chilenos de festejar. Es el deporte nacional -comenta el Demasiado sobre esa experiencia inicial, a las puertas de la versión extendida que habrá en las cinco horas de música de Festicumex.


Tres veces cumbia y a lanzarse


Gente con nombres como Mami-Dulce, Don Andes Teta Roja y Los Carajos del Tercer Milenio serán parte del elenco del encuentro. El lugar será el Centro Cultural Michoacán, en la comuna santiaguina de La Reina , la histórica casa que perteneció a la escritora Delia del Carril, llamada La Hormiguita , y donde vivió Pablo Neruda.


-¿Por qué eligieron ese lugar?
-El lugar y la casa son preciosos, modesto desde la calle, amplio y rudimentario atrás. Y tiene un anfiteatro en honor a García Lorca, que parece un capricho de millonario inglés. Ahí se hará el Festicumex, lugar ideal porque es a la vez pesado (es ahí donde Neruda empezó su "Canto general") y liviano y periférico (no es la casa que todos visitan). Es importante para un Festicumex que se haga fuera de un contexto de música normal. Nada de "templo de rock" o "bailanta de snobs".


-¿Qué tan transformada queda la cumbia experimental? ¿Qué cosas mantiene de la raíz?
-Lo bueno de la cumbia experimental es que justamente, aunque parezca una categoría, no lo es. La palabra  experimental combinada con una cosa tan fluida como la cumbia garantiza eso. Por lo general las categorías son prisiones de géneros, e intenté que no sucediera así. La idea es entrar de lo más amplio posible y no dejar que se ponga estrecho. Por eso algo de cumbia siempre habrá, pero cada participante averiguará por qué lado quiere entrar. ¿Será por el cencerro permanente, será por el bajo tan típico, por el tren de la guacharaca (instrumento de percusión)?


-¿Por qué lado entras tú?
-Cuando me pongo a hacer cumbias pienso tres veces, "cumbia, cumbia, cumbia" y de ahí me lanzo sin saber en qué dirección terminan mis canciones. Lo que sí sé es que en la cuna de Colombia aún no se levantó alguien que me diga que lo que hago no es cumbia. Todo lo contrario, me lo agradecen. Y eso que toqué en vivo ahí, en varias ciudades. Por lo general cocino mis canciones con mucho trabajo sonoro, efectos y sonidos, golpes bruscos, melodías de dibujos animados desquiciados y letras que dejan poco a entender.


Ni templo de rock ni snob


Dick el Demasiado nació en Eindhoven ("la ciudad Philips", explica, en alusión a la célebre trasnacional eléctrica holandesa), pero recuerda que ha venido viajando desde el año y medio de edad, por destinos tan distintos como México, Guatemala, Sudáfrica, Colombia y Francia.


Dos de ellos son particulares. En Argentina, país con el que siente especial cercanía, fue donde inició a Dick el Demasiado y sus Exagerados en 2003, junto a los músicos Diego Seoane, Nicolás Delporto y Pedro Buschi. Y en España sitúa el origen de esta cumbia experimental, en el pueblo aragonés de Calanda.


-El Festicumex se generó en Honduras, pero afinar el concepto y hacerlo más consistente fue algo que hice en Calanda, viviendo en ese pueblo del desierto donde nació Buñuel. España tiene eso: consistencia, rudeza y desenfreno para lo radical. Mucho es tan dormido, tan aplastado por tradicion, que por cada agujero que se pincha pueden de repente chorrear una serie de ideas bien buñuelinas.


-¿Estabas tocando con máquinas en lugar de músicos? ¿Qué efecto tuvo eso?
-Me encantan las máquinas. Me parece precioso que el hombre se atreva a buscar y sacar algo humano en esas cajas. Suena delirante, pero así lo siento. Más que de gente, estamos ya a la merced del pensamiento de aparatos, por eso hay que meterse en eso cuanto antes, son terrenos baldíos. Hacer música con eso tiene muchos lados. Está por ejemplo la soledad, no necesitas dialogar ni diluir tus ideas con partenarios de la banda. Está la disponibilidad eterna, para hacer música justo cuando tienes tiempo. Es ahí, jugando, que se crea lo que hago. Lo mío no es deber, ni trabajo, es agarrar un tigre por la cola y ver cómo termina.


-¿Cuáles son tus primeros recuerdos de la cumbia?
-Fundamental es que la cumbia salía del cuarto de la mucama. No estaba en la escuela, no estaba en la televisión, no estaba en el cine. Entonces era música de abuelos, como Los Wawancó, o gente en la sombra del lujo. Ya en esos tiempo yo le oía la hamaca o el caballito de la cumbia, tocotoc, tocotoc. Sabía que esa música se trataba de amabilidad, que es una forma muy buena de demostrar cultura.


-Has dicho que la cumbia tiene un vínculo con el dub. ¿Cuál es?
-Lo tiene, pero sólo es una hermandad sonora, quizás también de bienestar. Pero el dub (hipnótica música jamaicana basada en el ritmo y el bajo de reggae), el dub dub, no el imitación dub, tiene otro juego que me resulta difícil comprender. Es como un mago que te muestra un truco a mitad de velocidad y aún así no sabes dónde dejó la llave de sus ideas. Creo que la mano del dub tocó algo del cielo. La cumbia toca más el cuerpo.


Anti pachanga = pochongo 


El primer Festicumex fue celebrado en La Ceiba , Honduras, en 1996, y desde entonces el festival ha sido realizado en sitios como La Paternal , Córdoba y el bonaerense Hotel Bauen en Argentina, en Ciudad de México, en el Museo de Arte Moderno Van Abbe de Holanda y en un lugar llamado La Residencia en Bogotá, en 2008.


-La versión de Honduras fue la más natural porque ahí empezó, en toda humildad. Después la de Buenos Aires ya estaba temáticamente más curiosa. Ese Festicumex hizo que el evento transgrediera el divertimiento y se convirtiera en un referente de la experimentación con la cumbia, contando además el más grande, que fue en el Museo de Arte Moderno Van Abbe, en Holanda. Ése fue gigantesco. Se tocó sobre un barco de doce toneladas en la fuente del museo.


-¿Cómo llevaste esto a Argentina?
-Pues una vez que lo que yo hacía ancló en la cabeza underground de Argentina sucedió muy rápido, anduve viviendo mitad de mis tiempos en Latinoamérica y mitad en Holanda. El de La Paternal fue precioso, en un centro de educación muy periférico, fuera del mundo del rock argentino, a kilómetros del mundo del tango, con un público muy mezclado, cosa que se logra difícilmente, y una nueva manera de encontrarse con músicos. Todo el Festicumex olía a chorizos que se estaban haciendo sin que hubiera manera de sacar el humo.


-¿Y en el Bauen? El lugar era conocido además porque era un hotel administrado por sus propios empleados.
-El del Hotel Bauen fue simbólico también, era el hotel donde los militares se casaban en la dictadura, un lugar bien arriba, imitación Hilton… Ahí nos pareció buen lugar, ahora que estaba tomado por sus trabajadores, para hacer un Festicumex. Pensá que la cumbia hasta hace unos tres años estaba pateada en un rincón por la clase media. Resurrectar eso con una proyección tan provocadora fue un lindo proceso.


-¿Luego viene el de Colombia? ¿Por qué ése se llamó "anti-pochongo"?
-Se llamó anti-pochongo por lo siguiente: el baile es un tesoro, concuerdo, pero muchos lo piratean y se lo llevan a puro escapismo. Pachanga se llama eso, pero se puede interpretar como "ocúpenme el cráneo que lo tengo vacío". Entonces quise lo contrario de la pachanga: eso sería llamarlo anti y a la vez hacerlo masculino.

-¿Ha habido otras versiones más nuevas?
-Bogotá (en 2008) fue la última, a propósito. De repente todo el mundo "urban" coquetea con la cumbia y por eso está bien dejar descansar el fenómeno, que otros se lo lleven a la fiesta. No subirse al carrito de la montaña rusa que sube y sube y después baja. Las modas siempre terminan, y ahí perdemos una joya de juego.

Extra: los elencos

Carteles llenos de nombres sonoros han quedado como testimonio de las distintas versiones de Festicumex. En la primera, en Holanda, actuó gente como Los Jóvenes del Barrio, Los Del Fin, Subdesarrollados del Norte, El Fino Bericat, Rodolfo Franco e Hygiénica González, todos recordados por Dick el Demasiado.

-Los Del Fin entraban enmascarados y rompían sus teclados antes de tocar. El Fino Bericat es español, el mejor artista de arte sonoro de España, a mi gusto. Hace su música con las resonancias de un consolador. Rodolfo Franco ahora es poeta visual, vive en Mérida, España. Hygiénica González es la mujer a la que se atribuyó la canción "Sábado cultural", pero que en verdad es semi-mía, ya que es un ultra-cutup de Julieta y los Núñez.

En Argentina a su vez fueron de la partida Los Tres Deseos, Virgen Vapor, Ale & Marín  Brothers, La Orquesta del Gato Cabezón, Namuncura y los Indios Santos, Fantasma vs. Gran Faso, Mono Tenedor, el escritor y editor callejero Washington Cucurto, Mariana La Despaciada , Dead Menems, Aroldo Puteador Rodríguez, Tumba Zen, Pañal Adulto y Madonna Santa & los Ceferinos Insurrectos.

-Negro Faso averigua la cumbia por el lado villero. Rodrigo Puteador terminó beniendo un vaso de orina sobre el escenario. Ale Franov se juntó con unos hermanos Marín, cocineros de profesión, y se metieron en versiones más artesanales. Mono Tenedor es uno de los mejores violinistas de Argentina y aparece siempre con un tenedor en el cráneo. Washington Cucurto es la "traducción literaria" de la cumbia y del submundo paraguayo. Mariana La Despaciada canta canciones mías pero dos veces más despacio, de ahí su nombre, y dos veces más sexy que yo. Dead Menems son los más trash si bien tienen trabajos bien pagados. Madonna Santa y los Ceferinos Insurrectos fue como Abba mojado en LSD, cantado por su cantante mapuche Juan Namuncura. Y Pañal Adulto nunca llegó a tocar, pero toda la ciudad estaba cubierta de anuncios de Pañal Adulto, "el verdadero colchon higiénico", así que incluyéndolo en nuestro afiche el Festicumex parecía incluir un músico famosísimo.

-Para la versión chilena hay un nombre que ya aparece en las ediciones previas, Padre Teresa. ¿Quién es, es un grupo?
-Ahora cae la verdad: el Padre Teresa ya murió. Pero seguro que no le molestaría si diariamente lo levantamos de nuevo. Nació para la música. Fue el fundador de esto, haciendo cumbias con las composiciones de Johan Strauss para vengarse de que los austríacos se llevaron la Corona de Plumas de Moctezuma. En ocasión de este Primer Festicumex en Chile, el Padre Teresa será representado por el diálogo del violín con el contrabajo. Es una banda de cuatro personas, con sólo maracas de percusión.

-¿Y qué rol juega tu propio grupo en todo esto, Dick el Demasiado y sus Exagerados?
-Tienen rienda suelta y en conjunto somos estampida sonora. Qué alegría haber logrado las dos formas de tocar, con máquinas y con banda. Intentamos tocar en lugares muy diversos, justamente llegar a las afueras de las referencias de cumbia, del pop y el rock. No tenemos nada de músicos casados con un proyecto y ensayamos muy pco, pero siempre vamos al asado después.