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Rock, viajes y spagueti western

Con tres actuaciones seguidas este grupo chileno inaugura su año y sigue presentando su nuevo disco, El infierno de Juan, mezclado por Carlos Cabezas y estrenado arriba de un furgón por Argentina, Uruguay y Brasil.

07 de Enero de 2010 | 13:17 |
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Familia Marlon: Sebote el Iracundo (bajo y coros), Sebastián Marlon (voz y guitarra), Juan el Absoluto (teclados y coros) y Giorgio Marlon (batería), de izquierda a derecha, son La Puta Marlon e inician el año con tres fechas consecutivas en vivo.

Foto: Carolina Brinck.

Primero lanzaron un disco y luego se lanzaron personalmente a la carretera en una gira en furgoneta por tres países hermanos, desde Argentina a Brasil pasando por Uruguay. Puta Marlon es un grupo chileno de rock que lleva cuatro años de historia, pero 2009 fue en particular más intenso a partir de la salida de su disco El infierno de Juan, descargable gratis en el sitio del grupo en Internet. Y este inicio de 2010 llega con señales similares.

Con tres actuaciones durante enero en los bares y clubes santiaguinos Mist, Loreto Estudio Elefante el grupo seguirá presentando su disco. "Cada show es distinto ya que es clave para nosotros la improvisación, nunca sonamos igual ni las canciones están del todo terminadas", explican el bajista y el tecladista de Puta Marlon, y si ya es sonoro el nombre del grupo, los de sus integrantes están a la altura: el cuarteto está integrado por Sebastián Marlon (voz y guitarra), Sebote el Iracundo (bajo y coros), Juan el Absoluto (teclados y coros) y Jorge Marlon Elwein (batería), tras el reciente alejamiento de su vocalista.

-Ahora que la banda ha ido decantando hacia un estilo más propio, alejándose de los estereotipos, repartimos las voces como los Beach Boys, preocupándonos de los arreglos armónicos y la pulcritud, sin perder el vigor y la rebeldía del punk. Eso no va a pasar –explican. En El infierno de Juan se escuchan canciones en el eléctrico estilo del rock surf junto a otras con títulos como "Pinochet", "Kreutzberger" y "Van Cleef", y el grupo tiene otro nombre célebre anotado en su reseña en MySpace: "Así como los Beatles: Puta Marlon".

-¿En qué se parecen los Beatles a Puta Marlon?
-En que somos cuatro y nos gusta la experimentación y el pop. Tratamos de conciliar esas dos vetas. Además que a todo el mundo le gustaría ser como los Beatles.

-¿Cómo surge la iniciativa de titular dos de las canciones con los apellidos de Pinochet y Kreutzberger? ¿Es coincidencia que sean las dos más densas del disco?
-No es coincidencia. Dentro del hermetismo que puede contener una banda de influencias psicodélicas como Puta Marlon, a través de la imagen y los íconos pop, como en estos dos perversos sujetos, podemos hacer crítica social. La idea es salir del cripticismo y mostrarse abierto a incorporar personajes que sean reconocibles por el grueso de la gente, con nombre y apellido.

-¿Y lo de Lee Van Cleef sí es un tributo? ¿Es a propósito que ésa suene más como de western?
-Es un tributo. Somos consumidores del spaguetti western, en el disco del 2008 hicimos un tema a Sam Peckinpah también. Nos interesa la visión del mal, de la soledad y el exceso que se ven en sus películas. En Leone (el director italiano Sergio Leone) también encontramos una estética que nos es muy atractiva, el pop, la desolación y la violencia. Mención aparte para las magistrales intervenciones musicales de Ennio Morricone en el género.

-¿De dónde viene el gusto por ese sonido surf o rockabilly de la mayoría de las otras canciones? ¿Fueron esos gustos comunes los que hicieron que el grupo se formara?
-No necesariamente, son influencias que aparecen y que pueden desaparecer. El grupo se forma con influencias del punk, la psicodelia y el post punk, pero somos auditores de toda música. Gustamos del folclor, el jazz, la bossa nova, la música clásica y experimental. Toda ella va drenando a la hora de componer. De hecho lo que lleva de avanzado el próximo disco se sacude un poco del rockabilly.

Los demonios y el infierno

La primera actuación del grupo fue en una fiesta en el barrio Portugal en Santiago. Luego, tras lanzar su primer disco, Demonios (2006), Puta Marlon hizo una reedición en 2008 y hoy esas grabaciones dejan ver qué cambios ha habido en el grupo.

-Demonios fue grabado artesanalmente. Es un disco muy crudo y denso, con varias pistas de guitarras, voces, sierras eléctricas, grabaciones de películas, todo hecho por nosotros. El infierno de Juan es pulcro, grabado en directo con todos los cuidados profesionales, con una mezcla extrañísima de Carlos Cabezas que suena de lujo. Es algo muy distinto, quisimos que otras manos, con más experiencia, se incorporaran, que nos sorprendieran, y fue muy grato.

En efecto, El infierno de Juan fue grabado en el estudio del dúo de rock y blues callejero Perrosky, lugar reconocido por sus máquinas análogas en oposición a los estándares digitales más habituales. Y luego fue mezclado y masterizado por el músico Carlos Cabezas, solista, productor musical y artífice del grupo Electrodomésticos.

-¿Hay afinidades entre la música de Puta Marlon y esos grupos, por ejemplo?
-Es una apuesta híbrida de conciliar la experiencia de nuestro admirado Cabezas y el frescor y gusto por lo garage del Perro (Perrosky). Gustamos del trabajo de ambos y ver como se conciliaban era un desafío. A Cabezas, desde su irónico escepticismo, le parecía bien la apuesta, se divertía conversando de referentes como Soft Machine a la hora de planear la mezcla. Decía que hace mucho tiempo que ni siquiera escuchaba esa banda, se sorprendía que a alguien todavía le pudiera gustar.

-¿Y qué efecto tuvieron esas opciones en la música del disco?
-Priorizamos el sonido analógico, es una cosa de gustos más que nada, por lo que con Perrosky no hubo ni una tensión. Sin embargo Cabezas está más metido en la sonoridad digital. Cuando escuchamos por primera vez su intervención nos asustamos, recuerdo que no nos reconocíamos, era como que nos hubieran puesto maquillaje, y aunque discutimos algunas cosas, finalmente nuestra apuesta era sorprendernos con nosotros mismos. El híbrido era someter nuestro trabajo a dos espíritus críticos y experimentados completamente distintos, casi opuestos, y de a poco nos fuimos acostumbrando a la sonoridad del disco.

-Después de esa gira por Argentina, Uruguay y Brasil del año pasado, ¿hay diferencias entre tocar en esos lugares y en los sitios del circuito en Santiago?
-Sí, en Argentina el público es más analítico, la gente se sienta a escuchar, te hace comentarios al final. En Uruguay todo es rock así medio stoner, súperduro, nosotros sonábamos casi pop allá. Brasil es cuento aparte, es una locura, una cantidad infinita de bandas. Nos sorprendió la cantidad de rock que hay allá, y la diversidad de estilos que conviven. Es alucinante.

-¿Cómo sale la intención y sobre todo la viabilidad para hacer esa gira?
-De viable muy poco, dilapidamos todos nuestros fondos. Pero somos amantes de viajar y una furgoneta por la carretera era un sueño de todos. Fue realmente hermoso, lamentablemente ahora tenemos que trabajar en cualquier cosa para comer.

-De hecho para el 6 de mayo estaban en la quiebra, según tienen registrado en el blog de la gira.
-Así es, tuvimos que suspender Sao Paulo y Rio para considerar la plata de bencina para la vuelta.

-En Uruguay leyeron a Onetti, según el mismo diario ¿Tiene algo particular que ver Onetti con el grupo, es una lectura de cabecera?
-Nos gusta mucho Onetti (el escritor uruguayo Juan Carlos Onetti), al menos tres de la banda nos revolcamos en su depresión y El infierno de Juan algo tiene que ver con ello, el triste y mediocre sujeto medio.

-¿Qué pasa después del 11 de mayo, momento en que se cortan las transmisiones? ¿Llegaron a Rio? ¿Y cuándo volvieron a Chile?
-Nos encerramos en Armacao, un balneario de Florianópolis, e hicimos una rutina de composición que armó la maqueta del próximo disco. Luego Juan y Giorgio (teclado y batería) vuelven por el Chaco con la furgoneta a Chile. Los Sebastianes (bajo y guitarra) siguen hacia el Amazonas en larga vuelta, volviendo por el norte de Bolivia.

-En esa gira decidieron el nombre del futuro disco del grupo: Puta Marlon & The Perfumados. ¿Sigue siendo ése?
-Sigue siendo. Los Perfumados será una orquesta de ruidos, esa es una buena sorpresa.

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