De la aldea real a la aldea global

"No te esmeres en buscarlo en el mapa porque Minta no va a aparecer en ninguno”. Richard Bona tiene autoridad para decirlo porque allí nació en 1967 y allí vio las dimensiones de una localidad rural en su país natal llamado Camerún. "En ese tiempo había cuatro casas, una iglesia y, por supuesto, un cura blanco", recuerda. 

Son los mismos tiempos en que inspirado por su abuelo Bona tuvo una iniciación en la música que parece casi cósmica: a los tres años ya tocaba el balafón, un tradicional idiófono del Africa Occidental, donde se ubica Camerún. A los cinco años era un niño prodigio protegido por toda la comunidad. Hoy, que tiene 42 años y vive en Nueva York, no sólo es un multi-instrumentista. También es uno de los músicos mejor conceptuados del momento.

Por eso la categoría estelar de Richard Bona, quien esta noche tendrá a su cargo el concierto final del Festival Providencia Jazz, un músico formado en el puerto camerunés de Douala, destacado en la ciudad de París y convertido en figura en la capital mundial del jazz, en los clubes del Village y la zona media de Mahnattan.

Bona se presentará con un octeto multicolor y multinacional que incluye instrumentos como el trombón (Marshall Gilkes), la trompeta (Michael Rodríguez), la guitarra (Jean Cristhophe Maillard), teclados modernos (Ettiene Stadwijk) y todo tipo de percusiones afrolatinas y africanas (Ernesto Simpson). Son los timbres que tienen sus composiciones mestizas, que se visten de patrones rítmicos y texturas de la raíz africana y también de complejas armonías jazzísticas. Esa mezcla es conocida como world jazz. “Pero yo sólo tengo una defición para mi música: buena música”, dice.

-¿Eso solamente?
-Es que esta música es la celebración de la vida nada más. Yo tengo muchísimas influencias. Te puedo nombrar a Herbie Hancock, Harry Belafonte, Cecil Taylor o Bobby McFerrin. Yo aprendo de todas las personas. Hay que abrir las orejas y aprender de las diferencias. El que no ve ni aprende de los otros es un ignorante. Hay muchas cosas que yo no sé. Yo toco muchos instrumentos pero todavía soy un estudiante de música.

-¿Cuántos instrumentos tocas?
-Un montón

-¿Cuáles?
-Balafón, bajo, guitarra, órgano, muchas percusiones y saxofón. Incluso aprendí a tocar en uno que estaba en mal estado, le faltaban piezas. Y cuando tuve un saxofón en perfectas condiciones no me gustó. Volví a tocar el otro.

-¿Y cuántos idiomas hablas?
-Otro montón.

-¿Más idiomas que instrumentos?
-Por ahí. Toco muchos instrumentos y hablo muchos idiomas: francés, italiano o japonés, y douala, banwele, bassa, pongo, ewodi, ewondo, que son lenguas de mi país. En Camerún hay 277 idiomas. No dialectos: idiomas.

-Tus canciones están en douala original ¿En quién te inspiras?
-En mi madre, que es la mejor cantante del mundo. Se llama Nyandzang Denda Nya Yuma Ecolo y canta piezas tradicionales de iglesia. A ella la escuché desde siempre, por eso nunca tuve que entrenar mi voz: simplemente canto. Al comienzo a ella no le gustaba que cantara en lugares que no fuera la iglesia. Ella canta en la iglesia y yo canto para los fumadores y bebedores.

-Pero al festival llegas principalmente como bajista. Así te conoce el mundo.
-Jaco Pastorius es el responsable de que yo lo sea bajista. Yo tenía 16 años y tocaba la guitarra. Un día el dueño de un club me mostró una colección enorme de discos vinilos. El primero que saqué era de Jaco y la primera cosa que oí fue su versión de "Donna Lee" de Charlie Parker. Imagínate la impresión. Esa misma noche le saqué dos cuerdas a la guitarra y me presenté en la banda para tocar así. Me despidieron. A los dos días ya era el bajista de otra banda. Y nunca más dejé de tocarlo.