Los Armandos

Quienes hayan asistido a la evocadora puesta en escena del Santiago musical de los años '50 que el musicólogo Juan Pablo González presentó en 2007 en "Una noche en el Goyescas" ya habrán visto a Los Armandos: ellos son el cuarteto que personifica a una pionera banda de rocanrol chilena en ese espectáculo. Dos años más tarde el grupo tiene su propio disco ahora, y de varias maneras confirma que su interés es tocar música popular con historia.

Esa historia se localiza en la canción de moda en Chile en algún período entre los años '60 y '70, y la señal retro que manda esa radio a tubos en la carátula es un primer aviso. En orden de aparición en esa historia, el grupo toca un bolero en "Mirando por la ventana", se oye bien a gogó en "Portal", da con una tristeza de quinta de recreo eléctrica en "Cartagena" y todos los instrumentos de Los Armandos suenan como los de Los Ángeles Negros en "Ausencias y penas" o como Los Galos o Los Golpes en "Un café". El rol del tecladista es clave en eso. La primera canción tiene piano y la segunda órgano, y esos dos timbres llevan continuamente estas canciones hacia un borde bohemio o colérico según sea el caso.

Con esas distintas fuentes, a ratos Los Armandos parecen ser esa clase de grupo nacida completa de lo que Los Tres hicieron por primera vez en "Un amor violento" en 1991, que es un bolero acústico tocado por un grupo de rock, o bien remiten a lo que diez años más tarde iban a profundizar los Pettinellis con guiños a Buddy Richard o a Los Ángeles Negros. Y las letras tienen ese mismo sentido que en el último tiempo se ha llamado "melodramático". "Ojos negros de mirada profunda", entona en la primera canción el cantante Cristóbal Pacheco, con las mismas sílabas de esos "ojos verdes de mirada serena" que cantó Nat King Cole. Alguna vez actuaron como rocanroleros chilenos de los '50, y tampoco es raro que algunos de estos músicos hayan tocado en un grupo de cueca tradicional tan añoso como Los Chinganeros. Los Armandos se remontan a la música como quien va en busca de recrear parte de una historia.