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Los sacrificios de los más radicales fanáticos de Metallica, a la espera por ver a sus ídolos

Más de 32 horas en la fila y 30 grados de temperatura soportarán los más devotos seguidores de la banda norteamericana, que desde ayer hacen guardia en las afueras del Club Hípico. Éstas son sus historias.

26 de Enero de 2010 | 12:09 | Por Ignacio Palma, Emol
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Dos buses con 40 fanáticos cada uno llegaron esta mañana al Club Hípico, directamente desde Concepción.

Ignacio Palma, Emol

SANTIAGO.- A las 7:00 horas de hoy llegó el bus donde viajaba Jaime Cisternas desde su natal Concepción hasta el Club Hípico. Junto a 40 coterráneos, y otros 40 en un segundo autobús, arribó a las afueras del recinto tras haber pagado 16 mil pesos para un traslado ida y vuelta a los organizadores del grupo de Facebook "Soy de Conce y voy a ver a Metallica".

"En el bus nos vinimos escuchando Metallica todo el viaje. Estoy totalmente emocionado porque podré ver a la mejor banda del mundo", dice este fanático que para capear el calor trajo agua, y para calmar el hambre comerá unos sándwiches.

Como Cisternas, ya son más de mil los fanáticos que en estos momentos cubren casi todo el perímetro de la Avenida Blanco Encalada y Alonso Molina, esperando ansiosos que lleguen las 15:00 horas para que abran las puertas del Club Hípico.

Poleras negras con estampas de carátulas tan disímiles como Kill em All y St. Anger, son ocupadas por hombres y mujeres que desafiarán a una temperatura que, se estima, llegará a los 30 grados.

Pero ése no es ni de cerca el clímax del sacrificio. Los fanáticos más radicales hacen la fila desde tempranas horas de ayer. Muchos de ellos están ahora descalzos, tratando de aminorar el calor que desde temprano se deja sentir.

Mientras unos duermen para recargar las energías de cara al evento de las 21:00 horas, que para ellos será histórico, otros escuchan canciones como "Fade to black" desde su celular, y toman desayuno con sándwiches y jugos. Para otros ese momento ya pasó y, como buenos rockeros, ya es la hora de la cerveza, que durante la noche corrió con mayor abundancia.

Pero sin duda, los hermanos Danilo y Nicolás Martínez son los más envidiados de la fila, tras haber sido los primeros en "colonizar" esta zona a las 12:30 horas de ayer. "Veíamos foros y mucha gente decía que iba a venir muy temprano, pero nos pillamos con la sorpresa de que éramos los primeros. Después de como cuatro horas empezó a llegar la otra gente", dice Danilo, quien anoche no durmió nada haciendo vigilia junto a los demás fanáticos.

Y si ayer podía esconderse del sol trasladándose por las sombras de los árboles, hoy aguantará el caluroso día sólo con "agua y comida liviana, como galletas", dice, para que no le quiten el puesto.

El esfuerzo y fanatismo al 100 por ciento también se ve reflejado en Marco Pozo, funcionario público que no asistió a su trabajo en Arica y viajó por un día y medio junto a tres amigos, para llegar con carpa y sacos de dormir a las 18:00 horas de ayer. Si bien sus jefes no lo han llamado, "es un sueño de tantos años que no hay comparación. La verdad es que si me hubiesen dado a elegir entre mi trabajo y venir acá, no me arrepiento", dice este hombre que la segunda vez que vino Metallica, en 1999, no pudo asistir por haber estado justamente trabajando.

Otros, en cambio, no pudieron asistir en esa ocasión porque ni siquiera sabían de la existencia del grupo. Daniel Santibañez, de 14 años, es un claro ejemplo de ello. Hace cuatro años que es fanático de Metallica, y por primera vez asistirá a un megaevento. "Al principio me costó convencer a mis papás, pero después de a poco me dieron permiso y hace un mes compré la entrada".