Ejemplos y datos abundan en la obra de Best, pero ninguno en tono árido ni especializado.
Cuatro VientosSANTIAGO.- La discusión es de nunca acabar y asistimos a ella durante todo 2009: Qué esta encuesta sí vale, qué esta otra no vale, o que, al final, ninguna es demasiado creíble porque cada organismo la acomoda a sus intenciones.
De todos los estudios de opinión siempre hay alguien que duda, y la respuesta a esa inclinación la entrega con contundencia el sociólogo estadounidense Joel Best: El académico reunió en un libro cientos de ejemplos sobre cómo se han distorsionado escenarios sociales y políticos a través de cifras y supuestos estudios.
Se trata de "Uso y abuso de las estadísticas", que acaba de llegar a Chile a través de editorial Cuatro Vientos. En la obra, Best reconoce las más usuales formas de acomodar la realidad a través de números, entre las que se cuentan sostener una afirmación sobre la base de una estadística, pero descartando otra, o acudir a un recurso en desmedro de otro que puede ser más representativo.
Best pone el gráfico ejemplo del promedio, a través de los ingresos en una empresa (que perfectamente pueden ser los de un país): En ella, 90 personas ganan 40 mil dólares al año, nueve ganan 80 mil, y el gerente general se lleva 6 millones de dólares en igual período.
El sueldo promedio entonces es de 103.200 dólares por año, pero la cifra no puede más que ser acomodaticia y distorsionada, ya el 90 por ciento de los trabajadores de esa empresa ni siquiera gana la mitad de ese monto. En ese caso, sostiene Best, no es el promedio lo que mejor representa una visión global de esos ingresos, sino la mediana, es decir, cuánto ganan el trabajador 50 y el 51 en la escala de sueldos, y que en este caso corresponde a 40 mil dólares.
Pero ése no es el acomodo más grave, y el estadístico, así como se permite pasar por los estudios de opinión pública, también aplica su mirada sociológica a otras formas de parcializar la realidad: De este modo, pone el ejemplo de quienes han manifestado que la delincuencia en una ciudad de Estados Unidos no da para más, sobre la base de las imágenes de una calle. Es el poder de los ejemplos, dice, que en este caso se contrapone con las cifras oficiales de criminalidad.
Y aunque ejemplifica con datos duros y utiliza una terminología específica, el libro de Best no resulta ajeno para quienes no los manejan: El autor se preocupa de explicar los distintos ejemplos y situaciones que describe, de forma que sean entendibles para la mayor cantidad de personas.
De este modo, la obra busca abrir los ojos a quienes recibimos las estadísticas, pero también instalarse como un tirón de orejas a los encargados de producirlas.