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Scorsese y DiCaprio arrasaron en el Festival de Berlín

Ambos desataron el caos entre los fotógrafos, cuando se presentaron en el evento alemán para presentar su último trabajo, “Shutter Island”.

13 de Febrero de 2010 | 12:49 | EFE

BERLÍN.- El director Martin Scorsese desató hoy la primera tempestad mediática y cinematográfica del Festival de Berlín, al frente de “Shutter Island”, un film que arranca como thriller y deriva en la inmersión en la locura, protagonizado por Leonardo DiCaprio.

Con “Shutter Island” llegó el hasta ahora único bombardeo serio de flashes bajo el cielo berlinés y el lleno absoluto ante el estreno de la película de Scorsese, exhibida fuera de concurso.

DiCaprio regresó como astro-rey a la alfombra roja, diez años después de acaparar flashes con “La playa” y dispuesto a desatar la euforia, custodiado por Ben Kingsley, Mark Ruffalo y Michelle Williams, sus compañeros de reparto, y presididos por Scorsese.

"Pertenecemos a generaciones distintas, pero hace diez años que trabajamos juntos y hemos alcanzado nuevos niveles de cooperación, a lo que se une la increíble madurez artística de Leonardo”, afirmó el director, abriendo la ronda de elogios mutuos y recordando su trabajo conjunto en “Gangs in New York” y “The Aviator”.

"Ya no soy tan joven, pero cuando sí lo era entendí que habría que estar loco para desaprovechar la oportunidad de trabajar con Scorsese. Hemos desarrollado una especie de camaradería”, comentó DiCaprio.

En la madurez interpretativa de un DiCaprio que sigue sin haber borrado los contornos adolescentes de su rostro, se sustenta el tormentoso Alcatraz psiquiátrico en que Scorsese coloca al actor.

Teóricamente se trata de desenmascarar a psiquiatras de alma nazi, tan sedientos de experimentar con su cerebro como con cualquiera de sus pacientes/reclusos.

"Era un desafío. Un film que exigía mucha empatía, mucha emoción de todos. Por suerte, estábamos en buenas manos”, afirmó Ben Kingsley, otro amigo fiel del Festival de Berlín, como el propio Scorsese, quien dos años atrás provocó otra tempestad mediática en la apertura del festival acompañado de los Rolling Stones y su “Shine a Light”.


"Me preguntaron si iba a competición y dije que no. Fue así, ¿verdad?”, respondió Scorsese, haciéndose el despistado y buscando amparo en su productor, Bradley J. Fischer, a la cuestión de por qué no estaba entre los 20 aspirantes a Oso.

"Venimos a Berlín igual de contentos, dentro o no de la competición”, prosiguió.

Efectivamente, Scorsese no precisa ir a por los Osos para acaparar flashes y eclipsar a los dos aspirantes de premio proyectados en esta jornada, y que entran en el eje temático del evento: la familia.


"Submarino”, del danés Thomas Vinterberg, abundó en la tendencia de otros años en los filmes escandinavos en el festival de presentar la cara menos agraciada de su país: adictos al alcohol o a la droga -o a ambos-, predeterminados por progenitores asimismo marcados por la adicción a no abandonar el círculo vicioso.

"Eu cand vreau sa fluier, fluier” -"If I want wo whistle, I whistle"-, del rumano Florin Serban, se centra en un muchacho de 18 años, a punto de salir de su sórdida cárcel de menores, arrojado a poner en peligro la libertad que casi roza con la mano para evitar que su madre se lleve a su hermano pequeño, al que adora, a Italia.

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