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La metáfora perfecta del festival

El crooner canadiense hizo delirar la Quinta Vergara en la primera noche de Festival. Su energética mezcla de swing, hits de la era pre-Beatles, referencias rockeras, piropos al público y homenajes a sus amigos muertos era lo que el público y la "memoria festivalera" necesitaba.

23 de Febrero de 2010 | 08:55 |
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Rock swings: Paul Anka baja a desordenar el palco en la Quinta Vergara.

Foto: Juan Eduardo López.

A las dos de la mañana Twitter ardía: "viejo seco", "tengo que levantarme a las seis pero no puedo apagar la tele", "¡ahora hace un cover de Nirvana!", "mi abuelita tenía razón: Paul Anka es un grande". En la Quinta Vergara, el público –incluyendo por supuesto al fan club que lo seguía desde fines de los años cincuenta– estaba en éxtasis. Y es muy probable que los televidentes sintieran lo mismo, mientras el experimentado crooner pasaba de cantar sus hits a relatar anécdotas, saludar a la gente o recordar, emocionado, lo mucho que quería a Michael Jackson o a Sammy Davis Jr.


Tal como Tom Jones el 2007, Paul Anka enloqueció al "monstruo". Su repertorio y puesta en escena es todo lo que el Festival necesitaba. Desde que emergió entre la platea cantando "Diana" en clave disco-funk hasta el gran finale con "My way", el cantante emocionó, sorprendió, entretuvo y escenificó todo lo que entendemos por "show festivalero". Porque, ¿no es nuestro Festival de Viña el último espacio donde aun respira la canción popular melodramática?


El homenaje a Michael Jackson, donde interpretó "This is it" y por la pantalla gigante se vió al malogrado músico, provocó aplausos y gritos. Es curioso que cuando la canción fue exhumada tras la muerte de Jackson, el mismo Anka denunció que era un plagio. Ahora, sin embargo, narraba que él se acercó a su casa y fue fruto de un trabajo conjunto.


Su interpretación de "Smells like teen spirit" de Nirvana fue reveladora. Despojada de toda su furia rockera (que precisamente desbancó a Michael Jackson de los rankings en 1991), la canción sonaba domesticada y amable, gracias a su irónico cancherismo swing. Al igual que la energética "Jump" (Van Halen) contenida en el disco Rock swings (2005), donde Anka adapta hits del rock en otros formatos.


Y esta idea de "volver a la inocencia de los años cincuenta, antes de que los Beatles arruinaran todo" fue el punto fuerte de Paul Anka. Su interpretación de "You are my destiny", "Tonight my love, tonight" o incluso "Twist and shout" (original de Phil Medley y Bert Russell) fueron pruebas de esto. Su banda, un ensamble que sólo se soltaba hacia el final cuando los dejaban improvisar, lo apoyaba en esta misión: una presentación correcta, emocionante y edulcorada, a la medida del festival. ¿Cómo iba a faltar entonces "Let my try again", de la que es compositor y que precisamente en este escenario hizo historia?

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