Bombo Fica se demoró 24 años en hacer reír en La Quinta Vergara.
Juan Eduardo López, El MercurioVIÑA DEL MAR.- Bombo Fica se demoró 1 minuto en hacer olvidar a Coco Legrand. Entró a la Quinta Vergara en un auto clásico, con forma de huevo, se bajó de él y dijo: “Al Coco le gustan las motos, a mí me gusta el “hue’o”.
Con ese chiste de partida se ganó al “Monstruo”, que lo recibió entre aplausos y se sentó a disfrutar de su rutina. Ni siquiera sufrió con el supuesto peso que significaba salir tras el autor del “Lolo palanca”.
De blanco completo hasta los zapatos, como se ha hecho conocido, Bombo Fica hizo reír hasta cuando estaba callado. Como el mismo lo había anticipado, no iba a traicionar su estilo para ganarse los aplausos.
Su rutina se basó en los chistes pícaros, sobre los chilenos que “engañan a la señora” o que son tan “gorreaos” que tienen que disfrazarse de vecino para tener intimidad con la esposa.
Y como una metralleta, disparaba una talla tras otra: “Tengo un amigo tan amigo, que salimos abrazados hasta en la foto de carné; Tengo un amigo que es tartamudo, se llama Cristian y siempre le decimos cri-cri; Un conocido me contó que está trabajando en una compañía de teléfonos celulares para obesos morbidos, que no tienen menú”.
Tan prendido estaba, que hasta contó con éxito chistes viejos y repetidos hace años, como el del hallazgo de 5 kilos de drogas, que terminan convertidos en un papelillo cuando el acusado debe comparecer ante el juez.
Al público le encantó su show y exigió a gritos que le dieran antorcha de plata y de oro. Tras un exitoso bis, también se lo premió con la gaviota de plata. Y el público lo despidió con el "olé, olé, olé, Bombó- Bombó".