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Rodriguistas EP

19 de Marzo de 2010 | 12:20 |
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Cuando un grupo se desintegra, las obras tempranas de sus ex miembros amplifican y extienden detalles del último trabajo que ellos mismos hayan hecho juntos. Más que un quiebre con el pasado, los debut solistas son una fragmentación del aporte del músico en el grupo que recién se separó. Ejemplos sobran: El Plastic Ono Band (1970) de John Lennon giraba en torno a la crudeza y regreso al rock and blues ya expresado en Abbey Road (1969), técnicamente el último de los Beatles. O el Jorge Gonzalez (1993), de Jorge González, cargado al electropop y la canción melodramática latina presentes en Corazones (1990), el último de Los Prisioneros.

Bajo esta lógica el debut de Arturo Rodríguez, profesor de música y guitarrista de los disueltos Jirafa Ardiendo, capitaliza su trabajo en la recordada banda: la integración de lo acústico, el ruidismo, la influencia de los Beatles tardíos. Pero, aunque Rodriguistas nazca de las cenizas de Jirafa Ardiendo, se proyecta hacia adelante. Partiendo con el formato EP, considerado por muchos el soporte perfecto para presentar una grabación: breve, sin rellenos, fácil de re-escuchar y que, por esto mismo, facilita el desarrollo de un concepto o diseño sonoro.

"Isla" se comienza con un sintetizador junto la voz con reverberancia y doblada al estereo de Rodríguez. Sin embargo al minuto entran los arpegios de una guitarra acústica y luego la electricidad y la batería. Tres "estadios" que ya estaban presentes en Pulmonía (2008), la despedida de su antigua banda. "Pan y paz" y "U" son hermosas pieza folclóricas, esta última con un fraseo de trombón. "RRT" es la pieza más optimista de Rodriguistas envuelta en un staccato de órgano a lo Zombies o Beatles y que es tan irresistible que no queda más remedio que escucharla de nuevo. "Todos para todo" tiene mucho del primer rock de riffs, el de los Kinks, los Small Faces o los Who, pero que inesperadamente se convierte a la calma, antes de explotar de nuevo. Y esa idea de las mutaciones, los cambios inesperados, lo ruidoso y acústico es la que hace a esta grabación una pieza viva, tanto en sus arreglos como estructura de canciones, tanto en la voz como el trabajo guitarrero. Un sólido debut.

—JC Ramírez Figueroa