Lorin Maazel, Del Monaco y Gallardo-Domâs convierten "una operita en un operón"

SANTIAGO.- Lo que se comenta entre los operáticos españoles es que entre el regisseur Giancarlo del Monaco, el director Lorin Maazel y la soprano Cristina Gallardo-Domâs van a convertir “una operita en un operón”. Se refieren a “La vida breve”, de Manuel de Falla, que se estrena este jueves 25 de marzo en el Palau de les Arts de Valencia.

La obra, terminada y premiada en 1905, pero estrenada en 1913 (en Niza y en francés), cuenta con libreto de Carlos Fernández Shaw y su trama de concentra sobre las desdichas de Salud, una joven de Granada que primero espera eternamente a su novio, Paco, para después morir al éste desconocer su compromiso con ella y casarse con otra.

El director escénico Giancarlo del Monaco (hijo del famoso tenor Mario del Monaco) dice que se ha propuesto despojar la obra de tópicos, con el objetivo de ofrecer una dimensión más profunda de su problemático libreto.

“Un texto puede ser bueno o malo, pero en cualquier caso mantiene la sustancia dramatúrgica que inspira la música del compositor. Concretamente, esta ópera tiene un componente conceptual y psicológico muy fuerte, brutal, inmerso en un pesimismo desolador y en premoniciones que transcurren en el subconsciente de la protagonista, que sufre el terrible mal de amor. Las frases iniciales de los obreros en la fragua ya son premonitorias: ‘¡Malhaya quien nace yunque en vez de nacer martillo!’. Más negativas aún son las palabras de Salud, pues su aria es un monólogo de sí misma con reflexiones tan desmoralizadoras como ‘¡Vivan los que ríen! ¡Mueran los que lloran!’ o ‘¡Qué felices son las flores, que apenas pueden enterarse de lo mala que es la vida!’ ”, dice Del Monaco, quien ha encontrado en la soprano chilena Cristina Gallardo-Domâs la personalidad artística que pensó para su concepto.

“Otras producciones de ‘La vida breve’ son más naturalistas y realistas. Ésta no. Considero que la obra mira a las puertas del marxismo y del existencialismo, que además supone una crítica social importante. La ópera comienza con una metáfora muy interesante. La Abuela aparece en escena con un pájaro moribundo que simboliza el destino fatal de Salud: ‘Esta pobre pajarilla se va a morir’, dice la anciana mientras mira a su nieta. Poco después la vieja dirige la mirada a los espectadores y exclama ‘Reíd. ¡Qué algún día tendréis que llorar!’. Con este recurso, tan cargado de negatividad, Falla y Fernández Shaw pretenden atrapar la capacidad emotiva del espectador y, en definitiva, que el público se identifique con el drama”, explica Del Monaco.

“Lista para Carmen”

Cristina Gallardo-Domâs está feliz con este encuentro: “Con todo. Con Salud, con mi salud, con Del Monaco y con Lorin Maazel. Todo en este teatro funciona a la perfección. En cuanto a mi salud propiamente, no sé qué tendrá esta ciudad de Valencia que mi cuello se comporta de maravilla”.

“Y respecto de ‘La vida breve’, ayer (lunes) fue el ensayo general. El teatro estaba lleno hasta no poder. La propuesta de Giancarlo Del Monaco ha sido hecha en realidad para mí. Así lo siento. Esto ha pasado a ser como una Butterfly a la andaluza, ya que estoy en escena desde antes que comience el espectáculo hasta que acaba la obra, sin poder abandonar el escenario en ningún momento. El concepto de Del Monaco es que esta ópera es un psicodrama tremendo; de ahí que no abandone en ningún momento la escena, cante o no. De hecho, cuando no canto es cuando viene toda la parte actoral que se me exige”.

—¿En términos vocales, el personaje de Salud le va bien?

“Vocalmente, me parece como estar vocalizando; me siento tan cómoda que gracias De Falla me he ido dando cuenta que ya la voz está lista para ir abordando otros roles en esta tesitura, tipo Carmen, por ejemplo”.

—¿Y qué mirada tiene sobre esto Lorin Maazel?

“Del Monaco, como en su momento lo hizo Anthony Minghella, ha dejado en mis manos toda la responsabilidad del rol. Todo es rojo y mi traje, negro. Debo andar descalza porque esta Salud es como un animal. Con Lorin Maazel, que también es debutante en esta obra, hemos hecho un trabajo muy de conjunto, enfatizando los tiempos lentos para realzar más el drama y el texto. Una propuesta difícil, ya que la parte también vocalmente requiere de momentos de comodidad. Ha sido un desafío abordar los puntos estratégicos que Maazel propone”.

—¿Se grabará alguna función?

“Sí. De hecho se ha decidido hacer una grabación comercial con Unitel, ya que tampoco existe material visual de esta obra. Será algo único y muy diferente, pero que afortunadamente quedará registrado”.