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Las réplicas son musicales

Las secuelas del terremoto llevaron a la Orquesta Sinfónica a tocar en el Aula Magna del Liceo Manuel de salas, dada las reparaciones que se están realizando en el Teatro Baquedano. Incluso uno de los solistas desistió de tocar debido a los temblores que aún nos ponen en alerta.

24 de Marzo de 2010 | 10:36 |
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Alexander Panizza debió sustituir a Adam Neiman, quien desistió de tocar por temor a las réplicas.

El Mercurio

Una de las muchas consecuencias del terremoto que nos afectó, está el hecho que los conjuntos capitalinos han debido o reprogramar sus temporadas, además de verse en la necesidad de buscar salas donde ofrecer sus conciertos, mientras se repara los daños en las propias.

Es lo que tuvo que realizar la Orquesta Sinfónica de Chile, que dirigida por su titular Michal Nesterowicz debió fundir sus dos primeros programas en los que se incluían los dos conciertos para piano de Frédéric Chopin, como uno de los tantos homenajes en el Bicentenario de su nacimiento, además se  vieron obligados a llevar el programa al Aula Magna del Liceo Manuel de Salas, debido a que aún no concluyen las reparaciones de estuco del Teatro Baquedano.

El programa consultó los dos famosos y no menos bellos conciertos para piano y orquesta del compositor polaco, y en razón que el solista que debía enfrentar el “N° 1” desistió por temor a las réplicas del sismo, ambos conciertos debieron ser asumidos por el canadiense Alexander Panizza, quien superó casi exitosamente los nervios propios de un extranjero no acostumbrado a estos eventos.

Ante una sala casi colmada, pues todavía existen muchos aficionados que se resisten a los eventos en recintos cerrados, la Orquesta Sinfónica de Chile conducida por Michal Nesterowicz, mostró una vez más el homogéneo y hermoso sonido logrado, a pesar de contar con una acústica que no la favorecía, demasiadas cortinas en el escenario que en general opacan el sonido.

Cambio de pianista

El “Concierto N° 1 para piano y orquesta en Mi menor", Op. 11 que debía interpretar Adam Neiman, fue interpretado también por Panizza en una demostración de solvencia, pero tal vez por el hecho de asumirlo más bien a última hora, además de los nervios telúricos, impidieron que su versión fuera de primer orden.

Su rostro tenso y algunas frases inseguras o sucias dan cuenta de ello, todo a pesar de contar con toda la colaboración de Nesterowicz y sus músicos.

En el primer movimiento destacó la introducción orquestal de cuidadosos fraseos y contrastes, en el caso de Panizza diremos que su inicio fue musical y fino, pero avanzando el desarrollo el sonido se volvió un poco duro, particularmente en las progresiones, sin duda lo más notorio fue una pequeña “laguna” que logró salvar exitosamente.
Mucho más certero en el enfoque y en lo musical se mostró en la “Romanza” con derroche de lirismo.

El “Rondó” final en el que Chopin se vuelca hacia lo popular, fue en general bastante correcto, aunque sin el vuelo romántico requerido, y una vez más en algunas secciones atrasó.

La segunda parte donde abordó el “Concierto N° 2 en Fa menor,  Op. 21” el cambio fue notable, se le vio con más aplomo, creemos que en esta obra se pudo apreciar mejor su musicalidad, pues fue evidente una mayor tranquilidad con un estupendo manejo de las progresiones y contrastes dinámicos. Asimismo los diálogos con la orquesta se complementaron en gran forma.

Su segundo movimiento “Larghetto” fue sensible y expresivo, con una complementación estupenda piano-orquesta en los rubattos, no podemos dejar de señalar los poéticos pianísimos logrados por el solista.
El “Allegro vivace” con que finaliza fue un gran logro colectivo, con enfoque y carácter coherente, yendo de lo lírico a lo apasionado.
Sería injusto no mencionar la estupenda participación del corno I en su fragmento solo.

Las ovaciones al final fueron muy merecidas tanto para la orquesta como para Alexander Panizza quien al final logró superar sus nervios ante los posibles movimientos telúricos, al tiempo que el público recibió una dosis de la mejor música que va en pos de calmar los espíritus.