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"Tenía ganas de reencontrame con ustedes"

La cantante española habla aquí de Tu labio superior, el disco que presenta este viernes 9 de abril en el Teatro Nescafé de las Artes en Santiago.

09 de Abril de 2010 | 11:17 |
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Dos conciertos dará la cantante, este viernes y sábado en el Teatro Nescafé de las Artes de la capital.

Sitio oficial

Este viernes la cantante española Christina Rosenvinge vuelve a tocar en directo para el público chileno, y además de una carrera conocida hace ya más de una década por canciones tempranas como "Tú por mí" o "Voy en un coche", de cuando tocaba con Christina & los Subterráneos, trae un disco nuevo, Tu labio superior (2009).

-Tenía mucho empeño en que este disco saliera en Chile -dice la cantante por teléfono desde Madrid, antes de su viaje a nuestro país-, y he dado la lata todo lo que he podido a la compañía, porque creo que conozco un poco el espíritu de la gente allá y creo que les va a gustar. Tenía ganas de volver y de reencontrame con ustedes.

"La distancia adecuada" es la canción de presentación de Tu labio superior, un disco grabado con una banda formada por los músicos estadounidenses Steve Shelley (baterista de Sonic Youth), Chris Brokaw y Jeremy Wilms (guitarras y bajo) y el español Charlie Bautista. El propio álbum fue grabado entre esos dos países: EE.UU., donde Christina Rosenvinge tuvo una estada de cinco años, y Madrid, donde volvió a vivir hace seis años.

-¿Cómo se mezclan esos dos lugares en el disco nuevo?
-Lo hice en tres etapas. La primera fue en Hoboken, New Jersey, con el bajista y el batería americano con quienes he estado tocando en la última década. Lo grabamos prácticamte en directo, todos a la vez  en dieciséis pistas, analógico, a la antigua usanza. Y una vez que tenía las pistas y todo el material en bruto, volví a España, hice algunos recordings de cuerdas que necesitaba y alguna guitarra más y alguna voz que cambié letras, y luego volví a Hoboken a un estudio más grande y lo mezclé.

-¿Estar en un lugar o en otro determina la música que sale de ahí?
-Sí que hay una relación, porque la música es una respuesta a lo que estás viviendo. Desde el primer momento, cuando estaba viviendo allí, me salía naturalmente escribir en inglés, la lengua con la que me manejaba a diario. Y aquí me sale hacerlo en español, porque las ideas nacen en este idioma y porque estoy tocando sobre todo para gente que habla español. Con el público hay una especie de diálogo, y cuando tocas mucho en directo todavía más. Según cómo la gente respira con las canciones muchas veces te inclinas hacia un lado o a otro.

-¿Y el sonido también es diferente?
-En ese sentido, después de muchos años, resumiendo mucho, he llegado a aplicar en casi todas mis canciones este sistema, y es que la base suena más parecida al underground americano y la melodía y la voz suenan más parecidas al pop europeo. Entonces es una mezcla entre algo más rudo y primario de base y luego la melodía y la voz más dulces, al tiempo que las letras son a veces más áridas o más sensuales. Creo que los contrastes muy fuertes al final son los que han conformado mi estilo. Es algo que he ido buscando durante años y que en este último disco estoy particularmente contenta.

-No es que seas una en Nueva York y otra en Madrid.
-No realmente. No creo que haya dos mundos distintos. Para mí es la misma cosa, es muy importante la conexión entre los dos. Los cambios geográficos te obligan a esforzarte más, a adaptarte, a aprender, te sacan de la comodidad.

-¿Desde antes de vivir en EE.UU. ya tenías una relación con esa cultura? En una canción del primer disco con los Subterráneos hablabas de que hasta Lou Reed se pasea con traje y llama a su novia desde el hotel.
-Y no solamente eso, sino que incluso un día toqué en un club pequeño en Nueva York y apareció Lou Reed y vio mi concierto, y estuve hablando con él un rato.

-¿Y andaba con traje?
-No, no iba con traje -se ríe-. Pero efectivamente tal como dije en mi canción era una persona reformada que no comete ningún tipo de abusos. Tuvo la evolución que yo sospechaba cuando escribí esa canción.

-¿Es haber querido estar en Nueva York antes de ir, en tu música se adivinaba eso?
-Sí, efectivamente. Tienes razón en que eso estaba antes de hacer el viaje. Nueva York es una ciudad estimulante, apasionante, muy dura también, pero que para cualquier persona que haga una actividad creativa creo que es una especie de bautismo de fuego, porque hay muchísima gente haciendo lo mismo que tú y mejor, y hace falta ser muy humilde pero también muy audaz.

-¿Madrid es tal vez más confortable?
-Es mi ciudad, he crecido aquí, aquí las cosas son muchísimo más fáciles para mí. Pero recomiendo pasar una temporada muy lejos de tu país, porque es una experiencia muy importante para madurar.

Piezas de un puzzle

-Considerando que tienes a Steve Shelley en la batería, ¿algunas de tus canciones se conectan con las de Sonic Youth, al menos con las más melódicas de ellos?
-Para mí el enorme valor de Steve Shelley como batería es que es un tío que no se escucha sólo a sí mismo. No está metido dentro de lo que suele ser el ego trip de los músicos, sino que tiene una visión de conjunto, está escuchando a todo el mundo, la voz, la armonía, todo. Y en las ideas que propone no es que se luzca como músico, son ideas sencillas, que ensalzan la canción y la melodía. En el caso de Sonic Youth lo que él hace es ordenar rítmicamente un sonido muy salvaje. Él es el que lo dvide en partes.

-¿Hace falta alguien así para Sonic Youth y también para ti, aunque no seas tan salvaje?
-Sí, es un tipo de músico que me apasiona. Los músicos cuya técnica a lo mejor, puramente hablando, no es perfecta, pero tienen una personalidad y un sentido del conjunto muy esenciales o muy propios. Steve nunca toca con metrónomo, por ejempo, su velocidad fluctúa para arriba, para abajo, pero es muy armoniosa con la interpretación de los demás.

-¿Ahora a las distancia puedes ver tus discos neoyorquinos como una trilogía?
-Pues mira, sin que yo lo haya pretendido de alguna manera mi vida se ha ordenado en trilogías. Primero hice tres, que forman parte de lo mismo: Que me parta un rayo, Mi pequeño animal y Cerrado, son los tres discos que hice en español y siguiendo un poco un esquema parecido aunque suenen distinto. Y ahora estos tres disco en inglés tienen otra intención, son mucho más intimistas, personales, arriesgados.

-¿Y ahora?
-Y esta nueva etapa, que probablemente se traducirá en tres discos, es una manera de aunarlo todo. Es decir que son historias en español, que puede entender cualquiera, algunas son muy muy sofisticadas musicamente aunque no lo parezca, porque son canciones de tres minutos pero tienen inversiones de acordes mucho más arriesgadas, y otras acústicas que son como clásicos. En esta última etapa para mí se ha juntado la experiencia de Nueva York con la experiencia anterior de escribr en español.

-¿Si lo comparas con Que me parta un rayo es mucha la distancia?
-Para mí este disco es heredero de Que me parta un rayo, en el sentido de que aquí he conseguido muchas cosas que estaba buscando en ese disco. Si ahora pudieea regrabar ese disco disco sonaría muy parecido al actual, con todo lo que he aprendido.

-¿Y te pasa en más de un país que muchas de la canciones de ese disco siguen siendo éxitos ahora, "Voy en un coche", "Tú por mí", "Mil pedazos"?
-A mí eso me encanta. En España ésas son canciones que todo el mundo se sabe por la calle. Y me hace mucha ilusión encontrame con que "Tú por mí" es un himno para una generación. Eso me llena de orgulllo, haber sido capaz de escribir algo que otra gente estaba pensando en ese momento. La música se hace por motivos personales, pero desde luego hay una voluntad de comunicación y diálogo con la gente.

-¿No hay un riesgo de quedar atrapada en eso, que la gente lo valore más que un disco nuevo?
-Siempre voy a tener fans en distintos niveles. Están los que conocen las canciones que han sonado en la radio, y luego los que han profundizado en los discos. Meparece bien que funcionen los dos. Todas las canciones son como piezas de un puzzle, pero si "Tú por mí" le encanta a alguien también me alegro.