Goran Bregovic llega con su alcoholizada fiesta: "Trataré de hacerlos pasar un rato muy feliz"

SANTIAGO.- "Sé que no es tal vez el mejor momento, pero trataré de hacerlos pasar un rato muy feliz por dos horas", dice Goran Bregovic de entrada, antes de largarse a hablar con la prensa sobre el concierto que mañana ofrecerá en el Teatro Nescafé de las Artes.

Como todo extranjero que en estos días llega a Chile, la alusión al terremoto del 27 de febrero es inevitable, y esa cierta convalecencia que se respira en el ambiente no pasa inadvertida.

Sin embargo, para Bregovic no es ni de lejos algo que pueda llegar a inhabilitarlo. "Provengo de un lugar en que las tragedias ocurren muy a menudo, así es que sé bien de qué se trata. Pero la música es algo que acompaña al ser humano en todos los momentos, de tristeza y de alegría", dice recordando su natal Serbia.

Bregovic se presentará mañana en Santiago en el marco de su segunda visita a Chile, donde en enero de 2008 ofreció tres conciertos gratuitos que reunieron a cerca de 40 mil personas.

Pero lo que se vio entonces, asegura, es muy distinto de lo que se verá ahora. "Ahora vengo con mi conjunto de cobres, y sólo interpretaré canciones. La vez anterior toqué piezas que escribí para orquesta y coro, obras litúrgicas, cosas muy distintas. Mañana serán sólo canciones, y hasta habrá algunas nuevas", adelanta.

Entre estas últimas, incluso se cuentan dos piezas en español, que integran la venidera segunda parte de su disco Alkohol. La primera lleva por nombre Sljivovica, un aguardiente tradicional de Serbia. La segunda, en tanto, se titulará Champagne.

Un énfasis en el alcohol del que, aclara Bregovic, "no tengo que excusarme mucho. Provengo de un lugar en que la música está hecha para beber, no tenemos músicas clásicas".

Esos mismos principios fueron los que el músico recogió para su alcoholizado último disco. Según cuenta Bregovic, "estaba invitado a un gran festival de cobres en el sur de Serbia. En mis contratos normalmente dice que debo tener un poco de alcohol en el escenario, y además entrego dinero a los músicos. Eso es una costumbre en mi país. Y cuando observé por televisión una grabación de ese show, me di cuenta de que tomé más y mejor, y que le di más dinero a los músicos. Me dije 'creo que tomé muy bien, y a lo mejor tengo que hacer un disco que se pueda tomar' ".

De todos modos, el serbio aclara que tampoco se trata de hacer propaganda a la bebida ni de una incitación a emborracharse. "Como la mayor parte de las cosas de este mundo, uno las puede utilizar y también puede abusar de ellas. El alcohol es lo mismo", dice, y avisa que en su concierto de mañana "vamos a beber moderadamente, por supuesto. Esto no es una misa".