Como los pájaros migratorios, el cantautor mexicano Fernando Delgadillo ha elegido hasta ahora la misma estación del año para volar hasta Chile. El mismo mes, incluso. La primera vez estuvo aquí el 22 de abril en 2004 para dar unas pequeñas actuaciones. Volvió el 14 de abril en 2005, esta vez al Teatro Oriente de la capital. Y ahora va a estar de nuevo el 15 de abril en 2010, en el Teatro Nescafé de las Artes. Si abril no es cábala, al menos Delgadillo ya tiene experiencia previa.
-Me llevé una muy buena impresión (de la vez anterior). Recuerdo a un público muy atento, muy amable, sobre todo pues escuchando las letras, que es lo que yo trabajo básicamente -dice el músico por larga distancia desde Ciudad de México, unos días antes de embarcarse a su tercer viaje al Cono Sur, que esta vez también incluirá su debut en Argentina.
-¿Y recuerdas que fuera un público conocedor o primerizo?
-Hubo un poco de ambos, porque bueno, ahora con el Internet podemos estar al tanto de tantas formas culturales como permita nuestra curiosidad. Pero sí también había gente que fue a ver qué se trae este cuate, ¿no?
Lo que se traía este cuate era un considerable contingente de canciones, tras 24 años de carrera, catorce discos publicados y más de ciento cincuenta canciones inéditas. La nómina de discos incluye los títulos Con cierto aire a ti (1992), Crónicas de Bruno del Breñal (1994), Desviaciones de la canción informal (1994), De vuelos y de sol (1995), Primer estrella de la tarde (1997), Entre pairos y derivas (1998), Campo de sueños (2001) y el muy reciente Desde la isla del olvido (2009), además de la serie de tres discos en vivo Febrero 13 (1999) y otras grabaciones de ese tipo como A todo color (1994) y Parque Naucalli (2006). Y todos ellos editados de forma independiente.
-¿Tocas las canciones de esos primeros discos, por ejemplo?
-Pues trato de mantenerme vigente. Por suerte hay muchos temas, hay algunos que ya no voy cantando, porque eso que dije entonces ya pues lo puedo decir con otra canción que hice más adelante.
Por ejemplo Pink Floyd
Esta gira de Delgadillo se inició en noviembre de 2009 en el siempre majestuoso Teatro Metropolitan de la Ciudad de México, y está planteada en dos partes, explica.
-Es una fusión de esas dos partes: la primera es la hora del autor y la segunda es como la hora de las peticiones del público. De las que me acuerdo -explica. Porque al menos en México, no por ser alternativo Delgadillo es incomprendido. Dos de los volúmenes de su serie de discos en vivo Febrero 13 (1999) ocuparon el primer lugar de ventas en la cadena de disquerías mexicana Mix Up durante meses.
-Recién hablaste de Internet, pero tú vienes cantando desde antes apartado de los grandes sellos. ¿Cómo era eso cuando no había Internet, o no tanto al menos?
-Antes eran las empresas transnacionales las que buscaban que a uno lo pusieran en la radio, pero ahora el Internet pues es otra radio y fuente de información. Ése es el plan que he tenido siempre en la música, de lo contrario se notan mucho las transformaciones de los artistas que trabajan para las disqueras. De repente hay material para dos primeros discos y luego como se convierten sus vidas en ese torbellino de viajes y cambios, cuando aparece el tercer disco son canciones ya medio pegajosas.
-¿No te interesó aprovechar esa industria para tus propios fines?
-No he tenido esa ambición. Hay también ese impulso de querer ser muy célebre que no tengo.
Desde la isla del olvido es el más reciente de sus discos. "No es una isla existente, es una idea, a partir de una lectura de 'El laberinto de la soledad', de Octavio Paz, que me hizo figurarme ese ser solitario que es uno mismo. Y por las experiencias de viajes. Hemos ido mucho al sureste de México, cerca del mar, y ahí creció la idea de hacer este disco que habla de redescubrir su entorno. Los discos que más me han gustado en estos años son lo que se tratan de una idea".
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo Pink Floyd, The dark side of the moon (1973), me gusta mucho. O no sé, Amaury Pérez, un disco que se llamaba José Martí y sus intérpretes (1980), y son puros poemas de Martí. O por ejemplo el unplugged de Charly García, que quizás no tiene que ver más que consigo mismo, pero me pareción un trabajo muy seleccionado, ¿no? Híjole, está bien bueno.
Con dos guitarras basta
En materia de viajes, Delgadillo ha pasado por España, Colombia, Guatemala, Costa Rica, Chile, el Festival Internacional de la Juventud en La Habana y el Festival Internacional de la Televisión de Beijing (1997).
-¿Cuándo empezaste a cantar fuera de México?
-Pues han de haber pasado unos diez años. Los primeros viajes que hice fueron para Cuba, para conocer a trovadores de la isla, lo siguiente fue una invitación al festival en China.
-¿A quiénes conociste en Cuba?
-Me llamó mucho la atención el trabajo de Santiago Feliú, su guitarra es muy libre y muy impresionante, genial en ocasiones. Mucho el de Frank Delgado, como un poco más de su comunidad, sus canciones de Angola en su momento, pues estaba Carlos Varela y otros muchachos. Hay toda una suerte de generaciones, lo que se llamaba la Nueva Trova , luego había la novísima trova, además de Polito Ibáñez y Carlos Varela, y todavía más nombres. Como que hay una escuela siempre vigente, publicando trabajos.
-¿En México es así también?
-Ha habido un poco de todo. En México ha habido buenos períodos, y luego se espacian un poco esos lapsos y de repente se viene como una sequía, es poquito que sobrevive -dice, y entre esos menciona a Alejandro Filio, Alfonso Maya, Mauricio Díaz o David Aguilar. En Chile, en cambio, Delgadillo es honesto y dice que no conoce a colega alguno, así que viene a enterarse. Ligero de equipaje y solo sobre el escenario.
-¿Sólo con guitarra?
-Sí, y pues nada más me voy a llevar a dos. No tiene caso que cargue con todas. Total sólo puedo tocarlas una por una.