Con la historia de una madre ausente y de la editorial Quimantú, Chile compite en el Bafici

BUENOS AIRES.- Una madre que desapareció hace 26 años y fue silenciada por su familia. Una serie de libros rescatados de las hogueras. Con estos elementos, el director chileno René Ballesteros intenta reconstruir en el documental "La Quemadura" la historia de una ausencia, la de su propia madre.

El filme, que se estrenó hace apenas dos semanas en el Festival Cinema du Reel, de Francia, es el único chileno en la competencia internacional del Buenos Aires Festival de Cine Independiente (BAFICI), donde se enfrenta a 18 títulos de países como Argentina, Brasil, Perú, Francia y Estados Unidos, entre otros, por el premio a la mejor película, mejor director, mejor actor/actriz y el premio especial del jurado.

A lo largo de la cinta se observa a René y su hermana, Karin, dos jóvenes que se encuentran a mitad de sus 30 años, tratando de reconstruir el por qué de la desaparición súbita de su madre. Una tarea que René emprendió cámara en mano.

"Para mí es difícil diferenciar el proceso de hacer la película y conocer a nuestra madre, porque era algo que hace años quería hacer, pero no me atrevía a hacerlo. Finalmente, cuando comencé a hacer la película, el proceso no se pudo detener", explicó René Ballesteros (Temuco, 1975), quien reside actualmente Lille, en el norte de Francia.

En el marco de ese proceso los dos hermanos interrogan a su abuela, ya senil, que asegura no recordar qué pasó; tratan de sonsacar a su padre, con el que apenas tienen relación; revisan viejas fotos de su infancia; pero sobre todo, comienzan a buscar en librerías de viejo algunos ejemplares de la mítica editorial chilena Quimantú, nacida de un proyecto del gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende en 1971, con la idea de volver más accesible la literatura chilena y cuyos libros ardieron en las hogueras del régimen pinochetista.

"Cuando éramos pequeños teníamos una biblioteca en la casa y ese recuerdo es el que nos llevaba a pensar en nuestros padres, sobre todo en nuestra madre. Era un material que nos llevaba al pasado. Encontramos algunos libros de Quimantú en casa de mi padre, pero con el nombre de mi madre tachado, y hay algunos que desaparecieron", explicó Karin, que es bibliotecaria.

Según aclaró René, la desaparición de su madre no estuvo relacionada con una militancia política. Sin embargo, la dictadura pinochetista es introducida en la cinta a través de la historia de la editorial Quimantú.

"La asociación con los libros y lo que fue Quimantú tiene que ver con la memoria", explicó Karin. "En Chile no hay mucha producción de libros, son muy caros, y eso ha sido siempre así. En 1971, con la creación de Quimantú, hubo un corte: se empezaron a producir muchos libros, muy baratos, que costaban lo mismo que una cajetilla de cigarros".

Por eso, según dijo, la dictadura no es un tema ajeno a la desaparición de su madre por más que ésta no se fuera de Chile como exiliada política. "Nuestra madre se fue en el contexto de la dictadura y en las dictaduras hay mucha censura; ella también fue censurada en la familia. En ese momento histórico se hablaba de muy pocas cosas, el silencio era importante, se borraba a las personas. Lo mismo pasó con nuestra madre".

El filme no abunda en respuestas; ni siquiera queda contestada la pregunta acerca de los motivos del alejamiento de la madre. En "La Quemadura", René Ballesteros intenta más bien un ensayo sobre la memoria, sus deformaciones, sus agujeros negros, sus creaciones.

"Con Karin pensamos que había cosas que tenían que estar, que pertenecían a la película, y cosas que no, que tenían que ver con la experiencia personal. Yo creo que había que guardar un espacio personal, de protección", concluyó René.