Enemigo de la piscola ahora analiza los destilados de toda América

SANTIAGO.- Aunque es evidentemente italiano, el sommelier Guglielmo Rocchiccioli quedó fascinado cuando conoció las bebidas alcohólicas producidas en Chile. Tanto que incluso escribió un libro al respecto: "Vinos y piscos chilenos" (2009).

Probó de todo, las más destacadas marcas y cosechas, y anotó detalladamente cada una de sus impresiones mientras las paladeaba, y es lo mismo que ahora volvió a hacer, pero con un recorrido por todo el continente.

"Destilados latinoamericanos" (Mago Editores, $5.000) lo llevó a probar distintos tipos de ron, tequila, cachaca y, por supuesto, pisco, tanto de Chile como de Perú. El libro lo presenta esta tarde (19:00 horas) en la librería Qué Leo, del Patio Bellavista.

Y aunque su gusto por el pisco crece tras cada libro, su opinión no cambia respecto de la más habitual de nuestras combinaciones: La popular piscola. "La considero verdaderamente poco aconsejable desde el punto de vista de una vida saludable", dijo al lanzar "Vinos y piscos...".

Esa opinión no sólo la mantiene, sino que —tras su análisis de nuevos destilados— la suma a otra combinación que se ha tomado los carretes chilenos: La roncola.

Claro que esta vez agrega matices: "Mi consideración es la misma en ambos casos, pero cuando hablamos de 'Cuba libre' el tema cambia. Permíteme una analogía metafórica: Ir a Cuba sin beber un Cuba libre, sería como venir a Chile sin degustar un pisco sour".

Esas combinaciones, más algunos cocteles (caipirinha, mojito, etc.) por razones "culturales", son las únicas que soporta, pero en regla general Rocchiccioli tiene la convicción de que un destilado debe beberse solo. Ni siquiera con hielo.

"De todas maneras un destilado se debería beber solo, porque agregando hielo se tapan, esconden o disfrazan las características gusto-olfativas; degustándolo con copas calentadas se apagarían y hasta arruinarían buena parte de las notas de cata. Por lo tanto, para apreciar un destilado y también los esfuerzos del maestro destilador, aconsejo degustar destilados a temperatura ambiente en copas con forma de tulipán", se explaya.

Por cierto, eso también vale para los piscos, que en la pugna entre chilenos y peruanos, Rocchiccioli opta por no tomar posición: "Si quiero combinarlo con un chocolate negro con cacao de Santo Domingo, me voy rumbo a un Pisco Acholado peruano, mientras que si quiero maridarlo con un chocolate blanco, invito a mi mesa un Pisco Especial Mal Paso chileno", dice.

Y aunque prefiere no reducir los piscos a un puñado de diferencias entre ambos, sí asegura que el que se produce en Chile tiene muchas más tipologías que su competencia en el país vecino. Por lo mismo, optó por no considerar en su análisis a la gama más consumida de piscos chilenos, aquellos cuyo valor comercial rondea los $2 mil.

"Los he probado, pero no los he puesto en mi libro porque las notas olfativas y gustativas de esa tipología son mínimas, y no te inspiran tanto como los demás. Son productos bien hechos, pero no tienen destacadas características para exaltar una degustación", explica.