José Emilio Pacheco dice arrepentirse de muchos de sus poemas

SALAMANCA.- El poeta mexicano José Emilio Pacheco, que acaba de recibir el Premio Cervantes, afirmó hoy en Salamanca que, a pesar de su dilatada y reconocida trayectoria, se arrepiente de muchos de sus poemas.

Esta situación se plasma, según el autor, en que cuando sale una nueva edición, algunos de sus poemas aparecen corregidos, "aunque haya mucha gente que se moleste".

Pacheco, que ha participado hoy en la Universidad de Salamanca en una jornada de estudio y reflexión sobre su obra, ha dicho que no quiere develar sus proyectos literarios porque tiene supersticiones "de torero gitano".

A su juicio, la concesión del Premio Cervantes marcará "un antes y un después" en su carrera literaria, aunque ha observado que todavía le queda "una última etapa" para poder escribir todo lo que no escribió o todo lo que ambicionó, sin descartar, no obstante, que la propia poesía le "jubile" por que le falte la inspiración.

Afirma que ha recibido "mucho más de lo que esperaba" y sobre la obtención del máximo galardón literario del mundo hispánico, el escritor asegura que se siente "muy agradecido, pero muy desconcertado todavía", dentro de una sensación de irrealidad de la que no se recupera.

Pacheco, que ganó también el Premio Reina Sofía de Poesía 2009, auspiciado por la Universidad de Salamanca, ha relatado en tono irónico que lleva desde entonces "diciendo las mismas cosas", por lo que considera que debería inventarse otra biografía y otras declaraciones o, de lo contrario, se volverá "aburridísimo".

El poeta mexicano que dice que desconfiaba de los autores, sobre todo los de poesía, que publicaban "libros gordos", ha confesado que ahora se siente abrumado ante la edición de un recopilatorio de 800 paginas de sus cincuenta años en el mundo de las letras.

"Es una cosa rarísima, no sé cómo me voy a reponer de todo esto y volver a la realidad", ha agregado.

Pacheco formará mañana parte del jurado del nuevo Premio Reina Sofía, lo cual le disgusta "enormemente", y sólo lo hace porque le corresponde, luego de haberlo recibido hace un año, dice medio en serio y medio en broma.

Desde entonces, ha comentado que no le ha dado "al boli" y no ha redactado "ni una línea" que no sea para discursos de agradecimiento o para contestar entrevistas por escrito.

Aunque se siente muy agradecido por haber sido distinguido con el Cervantes, considera que es "un poco ensordecedor y aterrador" el recibir un galardón de estas características.

En Salamanca también ha recordado el contratiempo que tuvo con su pantalón durante la ceremonia de entrega del Premio Cervantes —que se le cayó porque había olvidado ponerse tirantes—, incidente que no le gustó nada y que fue "una lección", tanto para los vanidosos como para él mismo.