Hace poco más de tres años un día perfecto para Las Niñas habría partido por salir juntas a cantar cuecas en las micros santiaguinas, amarillas en esa época, con el fin de juntar monedas para ir en la noche al Cuecazo del Roto Chileno en el restaurant Las Tejas de calle San Diego, y luego bajarse de la micro en la Estación Central, ir al mercado de los polleros que funciona ahí, llegar a cantar con los cuequeros veteranos del lugar, terminar bailando para un documental de cuecas bravas en rodaje, conocer a todo esto al actor y cantor Daniel Muñoz ahí mismo y terminar invitadas por él a cantar juntos esa noche en el Cuecazo del comienzo. Un día redondo.
En la historia de Las Niñas ese no es sólo un día perfecto: es un día real. Y un día clave, además. Todo aquello es lo que ahora recuerdan que les pasó a fines de 2006, justo antes de la primera vez que subieron juntas a un escenario y se bautizaron como Las Niñas, el nombre con que desde entonces han venido avivando la cueca en los escenarios capitalinos. Después de tres años, Andrea Céspedes, Pamela del Canto y Tania Gómez están además listas para presentar su primer disco, Fina, arrogante y dicharachera. Tres adjetivos que valen como otros tantos atributos de la cueca y de Las Niñas.
Más que arrogante: insultiva
Entre el inicio con "Caracol" y el cierre con "Levántate, flojo diablo" son dieciocho las cuecas del disco, de títulos como "En Coquimbo hay una farra" y "Vamos, niñas, a tomar", con Las Niñas en movimiento entre Coquimbo y Valparaíso, y "Salgo al campo a divertirme".
-Nos encanta esa cueca porque es súper dicharachera -cuenta Pamela del Canto, una de las fundadoras, mientras en otra vertiente del disco se escucha "Mañana va a ser muy tarde".
-La letra de ésa es la más arrogante de todas -define a su vez Andrea Céspedes, otra de las Niñas fundadoras.
-Insultiva -inventa una palabra Pamela para reforzar la idea. Y ahí está la primera estrofa para probar lo insultiva que es esa cueca: "Mañana va a ser muy tarde / cuando te acordís de mí / que a mí no se me da nada / lo poco y ná que perdí".
-¿"Levántate, flojo diablo" es arrogante?
-Dicharachera -dicen las tres Niñas.
-Y aparte de las arrogantes y dicharacheras, ¿cuáles son finas?
Pamela: "Caracol" es fina. "De la flor de la violeta" también.
Andrea: "No quiero querer a nadie" también… aunque la idea nunca fue aislarlas entre finas, arrogantes y dicharacheras. Fina, arrogante y dicharachera es la cueca en sí.
Tania: Sí, pues, la idea es no separar el concepto. Por eso citamos el relato del Nano, porque son palabras de él. Así define el Nano a la cueca, pero a la vez a la mujer.
Nano es Hernán Núñez Oyarce, cantor y autor de cuecas legendario, integrante de Los Chileneros, fallecido en 2005 y un referente para los nuevos cuequeros chilenos. Y Tania Gómez se refiere a su testimonio grabado en el disco Así fue la época de oro de la cueca brava (1973) y en el reciente libro "Mi gran cueca" (2005). Ella misma lo recita.
-Porque la cueca es un duelo, para bailarla y cantarla si uno no lo hace de corazón no sirve, y en medio de inmensa alegría, la dama con su clavel granate en el pelo, como toreando al galán, y él con su ganchito de albahaca en el ojal, como diciendo "Quién te comiera" -cita Tania-. Y ahí mismo dice Yo creo que la cueca la inventó Satanás, porque en ardiente y fogosa, y al mismo tiempo fina, arrogante y dicharachera.
Para el lanzamiento, este viernes 30 de abril (ver recuadro), Las Niñas harán dos salidas, una con el disco nuevo y otra con cuecas de sus inicios, con "Buenos días, mi casera", "El motemey", "Los melones moscateles", "Recoleta Carmen Lira", "El cartero" o "El chico Mesías".
-El entusiasmo está desde el primer año, pero ahora era el momento de hacer el disco -dice Tania-. Lo veo y estoy tranquila con lo que hemos hecho, orgullosa y con el corazón hinchado. Muy conforme. Creo que es un disco que va a gustar, y es una recopilación también de los tres años que llevamos.
Su morena, su rucia, su trigueña
Esos tres años cuentan desde la primera vez que Las Niñas subieron solas a un escenario, en enero de 2007 en el escenario de La Barcaza en la capital. Entonces eran un cuarteto: Andrea Céspedes y Pamela del Canto junto a Analía Andrade y la rubia Nilda Ibarra, conocida como la Painina por su cuna en la ciudad de Paine. Analía se alejó el mismo año y en su lugar llegó Tania, y Nilda partió a principios de 2009. En un par de actuaciones se sumó Paulina Cepeda, pero en abril de 2009 Las Niñas consolidaron su actual formación de trío.
-¿Cómo recuerdan ahora esa primera alineación, con Nilda y Analía?
Pamela: Como algo súper bonito, éramos amigas la Analía, la Andrea y yo, se unió la Rucia, éramos tal vez algo súper llamativo…
Andrea: … claro: mujeres, cueca brava, lentejuela…
Pamela: … su morena, su rucia, su trigueña, no sé. Pero esto también ha sido harto trabajo, dejar los egos afuera muchas veces y otras veces hacerlos notar también para que funcione.
En este tiempo el grupo han madurado repertorios de cuecas como "No quiero querer a nadie" o "Salgo al campo a divertirme", han organizado por tres años consecutivos la temporada "A pasar agosto con Las Niñas" antes de cada mes de Fiestas Patrias, protagonizaron un capítulo del citado documental "La cueca es brava" (2008) junto a Los Sementales de Playa Ancha y Los Canallas de la Cueca, y cantan invitadas al disco Cuecas de barrios populares (2009), de Los Chinganeros, veterano conjunto cuequero. Entre sus músicos figuran Cristian Campos y Fernando Barrios (guitarras), Cristian Mancilla (piano) y René Alfaro (batería y cajón), de grupos como los propios Chinganeros y La Gallera.
-¿La Gallera ha sido bien paralela a Las Niñas?
-Sí, pero ahora les ganamos nosotras -se ríe Pamela.
-Arrogante eso.
-No, pero no hay competencia entre nosotros -rectifica Andrea.
-Somos súper amigos. La Gallera son nuestros partners en verdad.
-¿No echan de menos a la cuarta Niña de los comienzos?
-Ése es el ideal de la rueda de los cuatro cantores -explica Tania, y se refiere a la forma tradicional de donde surge la cueca-, por eso nos presionábamos a que hubiera una cuarta. Pero dijimos Ya, tranquilicémonos.
-Era lo obvio buscar a la cuarta Niña, pero además de ser un grupo nosotras somos amigas, entonces es difícil que entre una cuarta sin tener ese feeling con el grupo -agrega Andrea-. Ahí decidimos no buscar más. Si llega alguna cuarta alguna vez…
-Si bien yo no participaba dentro de Las Niñas al comienzo ya estaba estableciendo una amistad con ellas -recuerda Tania-, porque nos juntábamos todos los martes, íbamos a todos los lugares, yo andaba con las chiquillas para todos lados juntas, nos hicimos amigas… Bueno, se dio la situación.
-Ya se venía ahí con el serrucho -sintetiza Pamela y sale la más espontánea carcajada a trío. Obvio que son amigas.
La cueca llama: es la idiosincrasia
Junto a sus citados compañeros de La Gallera o a las disueltas Peñascazo, Las Niñas son un grupo más nuevo que la generación de Los Santiaguinos, Las Torcazas, Los Trukeros, Las Capitalinas, los Porfiados de la Cueca, Los Canallas de la Cueca o los 3X7 Veintiuna que apareció entre 1998 y 2004. Y desde su debut en 2007 han registrado a su vez los cambios de lugares de la cueca, desde las sedes hoy inactivas del centro cultural Ainil o La Posada del Corregidor en la capital.
-¿Qué importancia tuvieron esos lugares para ustedes?
Andrea: La Posada fue el lugar donde nos encontramos (en 2006). Llegamos de distintos lugares a escuchar cueca y ahí empezamos a meternos, a tocar el pandero.
Pamela: Ainil fue el lugar donde cantamos de verdad. En la Posada nos hicimos amigos, pero luego ese momento terminó y necesitamos otro lugar para hacer lo mismo, replicar la rueda, y surgió el espacio cultural de Ainil. Ahí fuimos como las dueñas de casa, con toda la incertidumbre de la primera casa, con poca experiencia.
-¿Cómo ha cambiado la cueca en estos años?
Pamela: Ha cambiado mucho. El Ainil se cerró y se consiguieron el Galpón Víctor Jara, y ahí todos los martes cantan cueca pero frenéticamente, desde el año pasado.
Andrea: Ahora hay más gente, más jóvenes que cuando llegamos.
Tania: Los Chinganeros han traido harto público universitario. Varios de ellos estudian música, han hecho un trabajo de traer a gente. Mario Rojas también hizo un taller en Balmaceda 1215 y ahí también están saliendo lotecitos. Se ha incrementado bastante el público. Desde el año pasado que está fuerte la onda, como el país de la cueca.
-¿Sólo del año pasado? ¿No viene de antes, con el redescubrimiento de Los Chileneros, o con Daniel Muñoz, incluso con Los Tres...?
Pamela: Yo creo que la cueca se está estableciendo como parte de la fiesta chilena, de la fiesta que ojalá empiecen a preferir todos los jóvenes. Y también se está produciendo el encuentro de los cuequeros con el resto del mundo, porque no tienen por qué ser unos aislados.
-¿Eso pasó en paralelo con la historia de Las Niñas?
Pamela: Yo creo que es el carrete, la onda, sentirse parte de tu identidad bailando cueca y pasándolo bien. Porque hace diez años el sinónimo de bailar cueca no era pasarlo bien, era estar a las cinco de la tarde, comiendo pernil con papas, y a las siete se había acabado.
Tania: Se confundía con la cueca impuesta en los colegios.
Pamela: En cambio ahora que bailar cueca signifique algo entretenido, un carrete, nos valida como jóvenes en esa identidad. Igual uno lo puede pasar bien bailando reggaetón, yo lo paso increíble, pero es otra cosa pasarlo bien bailando cueca.
-¿Notaron cuando por ejemplo en los cuecazos se empezaron a escuchar cumbias, y no cuecas, entre grupo y grupo?
Andrea: Sí, y yo lo encuentro bueno igual.
-¿O ver que la gente empezó a bailar la cueca como cumbia?
Andrea: Eso es distinto, ahí me crea un conflicto cuando la gente baila la cueca como cumbia. A mí por lo menos no me gusta.
-¿En qué se nota eso, cuál es la diferencia?
Pamela: Es con más cadera.
Andrea: O ni preocupado de pañuelo (se ríe). Cumbia, po.
Pamela: Pero eso pasa también con el copete, con el alcohol.
Andrea: Pero uno también va comunicando. Aquí mismo en la población Dávila casi todos son hiphoperos los chiquillos, y nunca se habían ido a meter a un carrete de cuecas hasta que yo empecé a hacerlos. Y algunos han alucinado y hoy en día me preguntan. Así es como van llegando todos.
Pamela: A mí me gustaría que la cueca estuviera en todas partes. Que en una disco donde se baila cumbia y reggaetón los cabros chicos también bailen cueca, y tocar en otros lugares también.
Tania: Nos hemos imaginado en la Blondie, jugando con pelucas de colores y con las lentejuelas. Porque es tanta la gente que baila cueca. Y llama. Es la idiosincrasia.