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Rockers por fuera de la máquina

Después de cuatro años de pausa, uno de los grupos chilenos impulsores del rock y el ska contingente iniciado en los años '90 vuelve a tocar. Y elige el Primero de Mayo para la ocasión. "No somos un grupo de rock como te lo muestra la máquina", dicen los Sandino Rockers.

30 de Abril de 2010 | 01:37 |

-No somos solamente una banda de rock and roll ni de punk ni de rockabilly -aclara en un momento de la conversación Leo Ruiz, uno de los integrantes de Sandino Rockers, y basta entablar esa conversación para tenerlo claro más temprano que tarde. Este es uno de los grupos chilenos que en los años '90 se iniciaron en el ritmo al mismo tiempo festivo y combativo del ska, desde su inicio en 1994 han fusionado ese sonido con diversas influencias latinoamericanas y hasta la fecha tienen tres discos. Pero al mismo tiempo Sandino Rockers tienen que ver como asuntos como el modelo neoliberal, la situación mapuche o las luchas sociales de los trabajadores.


Por lo demás no es casual la fecha que han elegido para su regreso después de cuatro años de pausa. Sandino Rockers dará un concierto este Primero de Mayo, en el Galpón Víctor Jara de la capital y con invitados como los grupos Salvaje Decibel y Sudaka  Sound System (ver recuadro). En el Día Internacional del Trabajo volverá a trabajar también este grupo, integrado por Roberto Figueroa (voz y guitarra), Sergio Jerry Alarcón (voz y trompeta), Jorge Rojas (guitarra), Leo Ruiz (saxo y otros vientos), José Kiko Navarro (trompeta, instrumentos andinos y percusión), Carlos Marchant (trombón), Pablo Otárola (bajo), Roberto Tito Díaz (batería) y el bajista original Juan Pablo Tiznado.


Con todo el newen


La última actuación de Sandino Rockers a la fecha había sido en Talca, en noviembre de 2006.

-Ahí decidimos tomarnos este respiro -dice Pablo Otárola, el bajista-. Sandino era una banda bien extenuante en términos de agenda, tocábamos constantemente en poblaciones, recorrimos varios lugares en Chile y el ritmo nos empezó a agotar. Y lo mismo tiene que ver con el regreso; sentimos esa necesidad personal y creemos que también podemos ser un aporte a lo que está pasando en el país.


-Tienes que enfocarte también en la lucha que estás haciendo en el día a día, también para alimentarnos de nuestras ideas, del reflejo de lo que somo como seres humanos en un sistema imperante -agrega Leo Ruiz, el saxofonista-. Cada uno en el grupo tiene ideas sociales y políticas, la causa indígena, las organizaciones en las poblaciones, las radios populares, y vemos las cosas no como te muestra la película el sistema. No somos solamente una banda de rock and roll ni de punk ni de rockabilly, estamos viendo nuestro diario vivir, y eso hace más fuerte a la banda.


-Esos cuestionamientos son constantes también en reflexiones colectivas en los ensayos -retoma Otárola-. Claro, tenemos influencias musicales de todo tipo y podemos hablar de eso, pero también es parte de nuestra historia cuestionar nuestro tiempo y las cosas que están pasando. Y eso tiene que ver con el regreso. Esta dominación política y económica que siempre hemos vivido ahora es más manifiesta, es una dominación social y cultural. Entonces se hace necesario salir a decir algunas cosas, que hay harta gente que las está diciendo, pero por ahí los medios se ocupan de silenciarlos también.


-¿Es algo tan concreto como que salió Piñera en las elecciones?
Otárola: Eso lo hace un poco más evidente, a pesar de que creemos que Piñera es un gobierno de turno. Pero la Concertación tampoco fue una gran ayuda para los sectores populares, y esta transición a la democracia terminó de la peor manera, con estos señores de la derecha. Puede que se vean más explícitas esta políticas neoliberales, pero la Concertación hizo lo suyo.


-A pesar de que énfasis que se quiso dar el gobierno anterior tuvo que ver precisamente con la protección social.
Otárola
: Me parece que eso responde a la agitación que se empezó a vivir. Es un modelo económico tan desigual que en cualquier momento podía generar estos estallidos sociales que complican al poder. Entonces es necesario de repente soltar algunas luquitas más, generar cierto tipo de medidas sociales para aplacar, pero eso no va a solucionar las problemáticas de los sectores populares. Sobre todo en estos modelos neoliberales desatados.
Ruiz: Y son cosas que nos mete el sistema y que uno adopta. La misma palabra "temple" que tiene Piñera, la gente hasta la está usando, y uno jura que las terminologías y las cosas son así. Pero muchas comunidades en el sur siguen haciendo su trabajo como lo hacían los antiguos, y sí nos gusta cuando en las poblaciones se hacen preuniversitarios populares, de cabros más jóvenes que nosotros con sus ideales, que están con toda la fuerza, con todo el newen. Esa es la parte bella de la película, la que nos da la fuerza.
 
Escuela de artes y oficios


-¿Siempre tuvieron claro que querían volver a tocar el Primero de Mayo?
Otárola
: Es una fecha significativa para la banda. Nos consideramos todos trabajadores en el sentido más amplio de la palabra, en esa condición de hijos y nietos de trabajadores. Es una fecha de lucha, que recuerda a quienes están dando esta pelea por vivir mejor. Ninguno de nosotros vive de la música, tenemos distintas pegas y asumimos con todo el simbolismo que carga esa palabra.


-¿La música en ese sentido no es un "trabajo", tiene otra lógica?
Ruiz
: Nuestra música es una mezcla que requiere tiempo, paciencia, para mezclar el hardcore con la cumbia, para mezlcar un reggae con zampoñas. Antiguamente aquí había políticas de que los thrashers y los punk no se podían juntar con los hippies, y eso disuelve, desorganiza. Eso era una mula que metieron a nuestros hermanos mayores.
Otárola: La música se ha transformado un poco en nuestra terapia, en nuestra condición de estudiantes o trabajadores en otras cosas. Tratamos de hacerla con la misma rigurosidad, aunque acá no hay un jefe al que tengas que rendir cuentas.


-¿Así funciona Sandino Rockers, no hay una jerarquia?
Otárola
: Sí, las creaciones han sido siempre colectivas. A veces los procesos son un poco más lentos, quizás generas  mayores discusiones, pero tratamos de que las decisiones partan de un consenso. Creemos que es el camino, tiene que ver con la consecuencia y se gana una riqueza de la creación colectiva.
Ruiz: Eso nos ha mostrado que si a uno le gusta el sound system y a otro el folclor, la música nos enseña humildad, paciencia.


Entre esos oficios, el cantante y guitarrista es funcionario del Parque O'Higgins, el cantante y trompetista trabaja en instalaciones eléctricas para la construcción, el guitarrista opera en una radioemisora santiaguina, el trompetista es profesor de música en San Bernardo y ha formado bandas de música en poblaciones, el trombonista realiza trabajos esporádicos, el saxofonista trabaja en gráfica y es quiroterapeuta o masajista clínico, disciplina que descubrió en la cultura mapuche, el bajista es ingeniero de sonido para obras de teatro y profesor de física en un colegio, el baterista trabaja en una empresa de productos químicos y el bajista fundador es maestro y soldador.


-¿Es distinto tomar un instrumento después de haber estado trabajando como soldador, es una marca eso?
Otárola
: Es difícil abstraerse de eso. Quizás por eso las letras hablan de lo que hablan y la música nos sale de esa forma, porque están ahí plasmadas las conversaciones que tenemos, las vidas de nuestros padres, las vidas de nosotros.


Mapuche del futuro


-¿Cómo ha sido el reencuentro musical después de cuatro años, llegan con otras ideas?
Ruiz
: Es que nosotros tocamos todos los estilos.
Otárola: En ese sentido continúa la misma línea.  
Ruiz: No tenemos tabú con la música. Tocamos punk, ska, andino, tinkus, huaylas, reggae, roots, sound system, saya, purrun, que es el baile mapuche. Como somos mapuches del 2000, del futuro, el purrun sale distinto, es más melódicos, pero sigue siendo purrun.


-¿Mapuches del futuro vale para todos los Sandino Rockers?
Ruiz
: Estamos más cercanos a la tierra. Hemos tenido un contacto cercano con los mapuche, un día pescamos nuestras cuestiones y nos fuimos al sur a vivir al sur, a aprender de la cultura, en Alto Bío Bío, Ranco Lepoy, Santa Bárbara, lugares donde estaba fuerte el conflicto de los chilenos hacia los mapuche.


-Ahí está otra vez la nomenclatura. La mayoría habla del "conflicto mapuche", pocos dicen "el conflicto chileno con los mapuche".
Ruiz
: Es lo mismo que pasa en las poblaciones, cuando decían que la gente de allá nos va a venir a saquear, y los de acá se preparaban para pegar. Eso es lo que hace la clase política, y ha funcionado así desde los grandes imperios.


-¿En qué momento Sandino Rockers dejó de ser una banda de ska, que es como se hicieron conocidos en los '90?
Otárola
: El primer disco marcó a la banda y le puso este sello, perp te diría que incluso en esos tiempos ya había una necesidad de experimentar. Eso encasilló, pero la búsqueda siempre ha estado. Después llegó el Leo, se puso a mezclar todo esto y tratamos de que sea de la manera más armónica y respetuosa posible, pero ahí estamos nosotros en la música, con nuestra sangre, nuestras pegas, nuestros barrios.
Ruiz: Ahí está también la conciencia de nuestros abuelos y papás trabajadores. No somos un grupo de rock como te lo muestra la máquina. Eso es válido también, tengo amigos que son rocanroleros y los quiero, pero nosotros no vamos en esa línea.


-¿En sus inicios estuvieron más cerca de los grupos punk?
Otárola
: Claro.
Ruiz: Más punky, más rocker.


-¿Y ya había una diferencia musical?
Otárola
: Sí, de alguna manera era intencionada esa diferencia, ese logro de identidad siempre fue como un horizonte para nosotros. Si hacemos punk, que suene punk de Sandino Rockers. Igual hacemos un diagnóstico, conversaciones que tenemos por ahí, vemos que ahora el circuito está súper cambiado respecto de cuando paramos hace cuatro años o de cuando partió la banda. Antes se encontraban tocatas con bastante contenido, incluso con stands dentro de las tocatas, organizadas por los músicos. Ahora hay una hegemonía un poco de la pachanga y la cumbia que está dominando.


-¿Son críticos de eso?
Otárola
: Esta cumbia y estas bandas emergentes responden a las necesidades de ahora de la gente, que trabaja toda la semana, que llega el fin de semana y va a la tocata y carretea y baila, sin importarle mucho quién esté tocando. Se perdió ese norte de la banda arriba, de verla tocar. Pero no lo vemos como algo ajeno o negativo. Nos diferenciamos de eso, pero muchos de nuestros hermanos y amigos están ahí, muchas bandas amigas están en este circuito. Tratamos de agregarle ese contenido, y d que por cierto ir a una tocata de Sandino sea ir a una fiesta. Pero también con ideas, con propuestas.
Ruiz: Claro, que te pasen un fanzine (una revista autoeditada), porque así nos organizamos, así sabemos que se llevaron preso a un lonko en el sur, por ejemplo.
Otárola: Creo que está buena esa movida actual. Igual hay un rescate de cierta identidad popular que estaba perdida, pero creo que se la ha despojado un poco del sentido más reivindicativo de lo popular.
Ruiz: Es que calza justo con la sociedad chilena, con cómo es el chileno para carretear. Porque nosotros somos locos para carretear. Cuando estamos arriba de balón, ceacheí, somos toda buena onda. Y no somos tan buena onda de repente. Somos patrañeros, perjudicamos al prójimo, somos pusilánimes. Con copete somos todos buena onda y eso es muy chileno. Y eso le gusta al sistema. Te tiran la caña para pescar justo con lo que quieres y más encima loqueai con eso. Pero sinónimo de estar alegre y pasarlo bien no es que quedes loco. Y no se te va  caer la cabeza porque sepas más cosas. Y no sólamente copete, compadre. Todas las drogas del sistema funcionando. Yo creo que eso no es positivo para un pueblo, sobre todo cuando tienes hijos, hermano, que tus hijos no te salgan enfermos. Tengo hartos amigos que sus hijos están enfermitos de tanto consumir cosas. Eso es lo que nos cuestionamos.

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