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De todo hay en la viña

La segunda versión de las óperas “Cavalleria Rusticana” de Pietro Mascagni y “Pagliacci” de Ruggero Leoncavallo mezcló voces extranjeras con nacionales. Por momentos los resultados han sido dispares.

24 de Mayo de 2010 | 09:21 |
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Afinación dudosa. La mezzosoprano uruguaya Adriana Mastrangelo encarnó a

Teatro Municipal

Ahora le correspondió subir al escenario del Teatro de la Escuela de Carabineros al elenco Estelar en la apertura de la Temporada Lírica 2010 del Teatro Municipal. Como ya es tradición, en el se mezclaron cantantes nacionales con extranjeros, los que dirigidos por José Luis Domínguez dieron vida a los dos primeros títulos “Cavalleria Rusticana” de Pietro Mascagni y “Pagliacci” de Ruggero Leoncavallo.

Los aspectos formales de régie, escenografía, vestuario e iluminación fueron analizados para el estreno del elenco internacional, aspectos que no variaron fundamentalmente, salvo que ahora quedó más en evidencia en la introducción de “Cavalleria” la aparente intención del regisseur de anticipar la tragedia en el juego de niños, del mismo modo sigue causando una gran pesadez visual el muro de piedras, que empequeñece más el escenario y que por alguna desconocida razón sirve de verdadero imán sobre los protagonistas los que en múltiples ocasiones terminan abrazándolo, es casi un muro de las lamentaciones, según el comentario de un espectador.

En todo caso pensamos que estos trabajos, con reparos para "Cavalleria..." y en mejor pie para Pagliacci están lejos de las capacidades de Fabio Sparvoli (régie), Giorgio Ricchelli (escenografía), Germán Droghetti (vestuario) y José Luis Ferruccio (iluminación) con el agregado que el traslado de la acción de ambas óperas a los años '40, no se constituyó en un real aporte.

Adriana Mastrangelo la mezzosoprano uruguaya encarnó a “Santuzza” de la Cavalleria, en esta ocasión no deslumbró como en ocasiones anteriores en el escenario del Municipal, pues a pesar de belleza escénica y vocal, tuvo algunos momentos de afinación dudosa, creemos que el sonido de la orquesta no llega bien al escenario, además la régie con algunas incoherencias –imprecaciones entre solistas que miran a cualquier lado, o ¡ándate lejos! mientras se retiene al echado- no fue de ayuda en su desempeño dramático, en descargo  diremos que sus escenas finales fueron emocionantes. Gonzalo Tomckowiack el tenor chileno se impuso con su hermoso timbre y canto aguerrido como “Turiddu”, pero su actuación fue mecánica y no siempre creíble, Lisandro Guinis, barítono argentino, asumió como “Alfio” en Cavalleria y como “Prólogo” y “Tonio” en Pagliacci. De él diremos que su voz es agradable pero excesivamente pequeña, factor que desbalanceó algunas escenas, no obstante su actuación es importante y es capaz de desdoblarse para sus papeles, muy interesante fue “Lola” de Claudia Godoy, mientras que Teresa Lagarde fue una ascética “Mamma Lucia” con lo justo en lo vocal.

La dirección de José Luis Domínguez llevó tempos que rescataron la esencia dramática logrando mantener la tensión en una progresión que culmina con la muerte de Turiddu ¡de un balazo! y en escena, la respuesta de la orquesta fue bastante buena en Cavalleria, aunque con desajustes y fallas de afinación en Pagliacci.

La estadounidense Kristin Sampson cantó con bella voz y con estupenda actuación el rol de “Nedda” del Pagliacci haciendo muy creíble su personaje, José Azocar como “Canio” construyó muy bien su personaje dando muestra además de sus grandes condiciones vocales, merecidas fueron las ovaciones para su “Vesti la jiubba”.


Una solvencia total como cantante y actor encontramos en Patricio Sabaté al asumir como “Silvio”, con hermosa y sólida voz Claudio Fernández cantó la Serenata de Colombina, correctos José Castro y Cristián Lorca en sus breves papeles. El Coro del Teatro Municipal sólido en lo vocal, no obstante tuvo algunos pequeños desajustes con la batuta de Domínguez. De todas formas un función que valida una vez más la opción de esta Ópera Estelar, que en forma invariable deja muy satisfecho a su fiel público.