El verano de 2010 va a quedar registrado en la vida de Soledad del Río como en la vida de cualquiera que al igual que ella haya estado el 27 de febrero de este año en Pelluhue. Chile sabe ahora que Pelluhue fue uno de los lugares costeros devastados por el maremoto que esa noche barrió con varias localidades del litoral, y la propia Soledad tuvo que correr para escapar de la marea. Pero ella ya había estado un año antes en el mismo lugar. Y ese verano de 2009 también va a quedar registrado, en este caso grabado literalmente en un disco.
En enero de ese año Soledad del Río y su colega músico Juan Pablo Escares visitaron cada uno por separado lugares como Tomé, la misma Pelluhue y, en el caso de ella, Chanco, que es otro epicentro por derecho propio: el epicentro de las rancheras y corridos con sede en el Festival del Cantar Mexicano Guadalupe del Carmen celebrado allí cada verano. "En la plaza y en todas partes se escuchan rancheras, es parte del folclor", recuerda ella. "También fui a un par de fiestas en el sur con bandas de batería, guitarra y bajo eléctrico y un cantante con acordeón", agrega Escares. "Y los dos llegamos a Santiago con la idea de hacer una ranchera".
Hoy esa ranchera es "Rancherita pa' la mamita" y es una de las canciones del primer disco de estos músicos. El disco se llama Virgen, el grupo se llama La Guacha y la ranchera vino a contribuir a un marco teórico entre las dos ideas. "Necesitábamos la canción que englobara todo el disco, que hablara de qué significan para nosotros los conceptos de la guacha y la virgen, e hicimos esta ranchera basada en unos textos de Sonia Montecinos", explica Escares, con cita a la antropóloga chilena autora de libros como Cocinas mestizas de Chile: la olla deleitosa (2006), Sangres cruzadas: mujeres chilenas y mestizaje (1993) y el reconocido Madres y huachos: alegorías del mestizaje chileno (1991), de donde La Guacha tomó esas citas.
-Leímos el libro y armamos la canción sobre esas ideas -recuerda él.
-¿Y Sonia Montecinos sabe que la citó un grupo llamado La Guacha?
-No, pero me encantaría que supiera -invita ella-. Y que nos presentara el disco.
La virgen como la madre del guacho
La Guacha es un grupo integrado desde sus inicios en 2008 por Soledad del Río (voz), Juan Pablo Escares (guitarra y arreglos) -ambos compositores de las canciones-, Alexis Bugueño (bajo y contrabajo) y Rodrigo Mora (batería), además de Lautaro Álvarez en percusión y de Franz Mesko y Antonio Espinoza en los vientos en vivo. Y en su primer disco hay una fusión de ritmos y rumbos que incluye desde son cubano hasta el huayno que inicia el viaje y que se llama "Virgen".
-Es un huayno por las procesiones de los pueblos nortinos en torno a la virgen. Por eso el nombre del disco -explica la cantante.
-¿Además hay una relación entre virgen y guacha?
-Claro. Guacha es porque somos todos guachos al final, porque Latinoamérica es guacha, por la imagen del guacho latinoamericano como centro, como columna. Y la virgen como madre del guacho.
-Somos un continente donde se venera mucho a la virgen como nuestra madre -agrega Escares- y donde ella representa mucho a la mujer latinoamericana. Porque la virgen latinoamericana no tiene mucho que ver con la europea, que es más inmaculada.
-¿En cambio la americana?
-En cambio la virgen latinoamericana representa el sufrimiento de la madre, de la mujer que se hace cargo sola de su guacho -completa Soledad-. Si bien no todas las canciones hablan justo de eso, todas se refieren a quedarse guacho de alguna manera, a la soledad. Aparte de que el concepto de guacho y de virgen tiene otras ramitas de significado. La palabra guacho es muy común en nuestra cultura. Virgen también porque es nuestra primera vez...
-Y el juego de palabras con el disco virgen -agrega el guitarrista.
-Y otro juego de palabras es que guacha también significa una mujer bonita en chileno. ¿También tiene que ver con eso?
-Tambiéen, pues -sonríe ella-. Sí, a mí mucha gente me dice "¿Tú eres La Guacha?" "No, yo soy la cantante de La Guacha". Pero esa es la idea, que cada uno pueda interpretarlo.
La banda de nuestros sueños
Distintos rumbos siguieron estos músicos para llegar a La Guacha. La cantante se inició en los boleros y la música latinooamericana y actuó con Juana Fe en 2006. El guitarrista integró la banda de fusión y candombe Canfusión y estudió con el jazzista Jorge Díaz. El bajista Alexis Bugueño ha tocado rock y ha estudiado música clásica, el baterista Rodrigo Mora proviene de la banda de rock progresivo Efecto y estudió percusión latina con el músico cubano David Ortega, y todos han tenido formación académica en la Universidad de Chile, la Escuela Moderna o la Escuela de Música SCD.
Hace dos años los cuatro se adiestraban en la música cubana como parte de Son de la Plaza, un grupo que compartían con el actual percusionista de Juana Fe, Pablo Reyes, como director. Actuaron en el circuito salsero capitalino, entre la salsoteca Maestra Vida y Sala Master, como una formación acústica, con guitarra, tres cubano, contrabajo, bongó, tumbadora y más adelante timbal.
-Pura madera y cuero: ése era el sonido -recuerda Escares.
-Puros micrófonos, nada enchufado.
-Exacto. Puro acople -sonríe la cantante.
Pero era cuestión de tiempo pasar de esos instrumentos acústicos a guitarra y bajo eléctricos y batería. "Cuando Pablo Reyes se fue a Juana Fe nosotros nos quedamos guachos y decidimos hacer La Guacha", explica Soledad, "para dar espacio a las inquietudes musicales de cada uno. Porque si bien amamos la música cubana, queríamos hacer lo propio".
-¿Cómo ha cambiado la música desde entonces hasta el disco?
-Tratamos de popularizar un poco la forma, de acercarnos a la canción, a la simplificación en la estructura, porque al principio la música tenía muchas partes, muchos cortes. Pero queremos conservar la esencia un poco más compleja. La transformación se nota en el mismo disco.
-También tiene que ver con nosotros mismos -complementa Escares-. Como es la primera vez que hacemos un disco fue un aprendizaje. Quisimos hacer la banda de nuestros sueños, en cierta forma, tocar todos los estilos que nos gustan. El disco es muy variado y al hacer los arreglos también quisimos que fuera un desafío tocarlos.
-¿Este disco es como la foto de un proceso?
-Exacto, de saber qué somos. De conocernos, qué iba a resultar de La Guacha -plantea la cantante.
-Hay gente que nos ha dicho que es como una especie de tesis, de todo el aprendizaje que tuvimos -recuerda el guitarrista.
-Es que es nuestra primera vez. Somos vírgenes -dice ella.
Canciones elegidas como singles de Virgen son "Voy mal", "No hay", "Mal ojo", "Má' triste la cumbia" y "Triste triste". "Uno piensa que lo bailable va a ser lo más escuchado, porque la gente ahora anda en la volá de bailar y la mayoría de las bandas que tocan en vivo son bailables", considera Soledad. "Pero paradójicamente el 'Triste triste' es el que más escucha la gente en nuestro MySpace, por ejemplo. Esa canción tiene una llegada impresionante".
-Tiene unos violines inesperados también.
-Sí, tiene unos arreglos de contrabajo y chela. Chelo -precisa Escares.
-Buen lapsus para ser las diez de la mañana. ¿Eso nos habla del estilo de vida de La Guacha?
-Sí. Andamos con sed.
Guachos del estilo también
El viaje a través de Virgen es una expedición con paradas en las siguientes estaciones: huayno, ranchera, ska, drum'n'bass, jazz, son cubano, cumbia, música afroperuana, chachachá y reggaetón. Y son más puertos de embarque que estaciones incluso, porque el grupo considera estos sonidos como puntos de partida antes que como géneros fijos. Es lo que pasa en la canción "No hay".
-Musicalmente la idea era hacer un ska medio cincuentero -dice el guitarrista-. Pero igual salió más latinizado.
-Y bolerístico también -agrega la cantante, fiel a su primera escuela-. Es que yo antes cantaba boleros. Ahora por primera vez me enfrento a la composición, porque nunca había hecho una canción, excepto una vez en octavo básico, cuando me gané el concurso de canción a la Virgen, que no es menor. Pero ahora hice lo que tenía en la cabeza, que era el bolero. Las líneas melódicas tienen mucho de eso.
-¿Pero les gustan esas orquestas jamaicanas de ska viejas?
-Sí, como Skatalites… igual en el momento de hacer esa canción estaba escuchando a Amy Winehouse -se acuerda Escares.
-Pero no nos delatís -dice Soledad.
-Pero si no es lo mismo. Hay temas de Amy Winehouse que son ska, las bandas cincuenteras de soul tocaban ska también, y todos los músicos chilenos hacemos reversiones de cosas que copiamos. Ésa es la gracia de la música que sale de acá, que son reversiones de la cumbia, del rock and roll...
-¿De hecho el título de "Drama" es una reversión de drum'n'bass?
-Es un drum'n'bass. No hay drama. También hay temas que no son netamente jazzeros, pero que tienen más fusión, y todos los arreglos de vientos tienen esa influencia. Y con el arreglo de cuerda atmosféricamente se logra llegar a la tristeza, al sentimiento.
-Claro, es que la sonoridad de contrabajo y chela…
-Y ese arreglo fue inspirado en unos temas de Aerosmith -se acuerda de nuevo el guitarrista-. En la canción de Armageddon ("I don't wanna miss a thing", de esa película de 1998).
Y si él se inspiró en Aerosmith, ella recuerda haber pedido una mano de Violeta Parra para escribir esa letra. "Es que está escrita en décimas esa canción. La hice una noche en que no podía dormir y la escribí en mi cabeza. Y quería escribirla en décimas pero no me acordaba exactamente de cuál era la métrica. Entonces agarré una canción de Violeta (Parra), el 'Volver a los diecisiete', haciendo la comparación, para rimar de la misma manera".
-¿Todo esto en una noche de insomnio?
-Así mismo.
-La peor idea para tratar de quedarse dormida.
-Es que me entregué. Porque realmente no podía dormir, y aproveché el insomnio.
-¿Y ésa es la canción más escuchada en su MySpace?
-Sí, y es increíble porque no siempre la tocamos en vivo, como es tan triste y como normalmente tocamos en lugares más festivos. Pero en la última tocata que tuvimos no nos dejaron bajarnos: "Triste triste, triste triste", nos pedían. Y coreándola.
-¿O sea la gente ya no quiere cumbia? ¿La Guacha es el grupo que va a terminar con la moda de la cumbia?
-Sí -sonríe la cantante-, ¡muy bien!
-Igual tocamos cumbia porque nos gusta, pero sentimos un poco ya de eso de "ya no más cumbia, por favor" -agrega el guitarrista.
-¿Hay cumbia en Virgen? Una canción se llama "Má' triste la cumbia".
-Claro, es cumbia -dice Soledad-, pero también es como triste, tiene una melancolía, una cadencia un poco más suavecita.
-Una de las gracias que tiene esta banda es eso, que es fusión -comenta Escares-. Es la esencia de la fusión, de mezclar diversos ritmos, cosas, estilos, en una canción.
-Somos guachos de estilo, también -define ella.
Claro, el jipismo: los bemoles de la fusión
Una atracción especial del disco, que también se escuchará en el lanzamiento en vivo, son los cubanos tambores batá que se escuchan en la canción "Julieta y Elisa". "Los tambores batá tienen además un rollo religioso", destaca Juan Pablo Escares. "En el tambor batá hay que respetar el toque que hay que tocar, que se enseña por tradición oral. Eso de ¿inventemos un toque? no existe".
-¿Es lo contrario del tambor djembé? ¿Qué pasó en Chile con el djembé, por qué hay tantos?
-Yo creo que porque es fácil de adquirir y de tocar y puedes tocar cualquier cosa. Y es fácil de llevar arriba de la micro, no sé.
-Y de tocar arriba de la micro también. ¿A cuántos músicos han visto tocando djembé arriba de la micro?
-Miles -cuenta la cantante.
-Mortal -comenta el guitarrista-, aunque ninguno de nosotros es fan del sonido del djembé.
-¿Muchas veces la fusión es permisiva para mezclar las cosas, es un problema que tiene esta música?
-Claro: el jipismo -dice ella.
-Hay gente que de hecho no cree en la fusión, sino en la tradición de la música. Pero creo que la fusión resulta cuando uno aprende la tradición. Porque si te pones a hacer fusión de la nada obviamente no te va a resultar. Y a muchos grupos no les resulta bien.
-¿Igual ése un riesgo incluso para ustedes?
-Hay que estudiar -resume él-. Si no fuera porque tenemos voluntad de abordar la música desde el estudio no se pueden tener buenos resultados con la fusión.
-También hay que soltarse, pero con previo conocimiento, y saber lo que uno está haciendo.
-¿Por ejemplo la canción "Sola soledad" qué es? Suena como "Oye como va", de Tito Puente.
-Chachachá -define Soledad.
-Y también fue una copia, a un tema de Orishas -se acuerda otra vez Escares-. Pero es por la música cubana.
-¿Y "Mal ojo" qué es?
-Reggaetón -define ella-. Partió de eso.
-Daddy Yankee, Daddy Yankee -se ríe él.
-¿Es decir que La Guacha no tiene un prejuicio con el reggaetón?
-Nada, a mí me encanta perrear -reconoce la cantante.
-Nos encanta el reggaetón. Es que también se trata de no hacerse el tonto con nuestra realidad. Si en todos lados está eso. Tiene que ver con una maduración como músicos. Antes a lo mejor tuvimos prejuicios con muchas músicas que llegaban acá y que encontrábamos desechables, pero cuando empezamos a tocar nos abrimos a encontrar el valor en todo lo que escuchamos.
-Hay música para todos los momentos de la vida. Eso es lo que me gusta de este disco, que te puede acompañar en la tristeza, que te puede hacer bailar, que te hace ponerte romántico, un poco contestatario, tene el misticismo, la elevación. Y el reggaetón, a las cuatro de la mañana... el ritmo es contagioso, si para qué nos hacemos los lesos.
La Guacha rocks
Para el lanzamiento del disco, este jueves 1 de julio, La Guacha tendrá a una legión de invitados, algunos de los cuales grabaron en el disco, y será un concierto con entrada libre. "Queremos que sea gratis para que vaya harta gente. Vamos a dar un espectáculo con ocho o nueve músicos invitados y vamos a tocar un par de covers, también".
-¿De Aerosmith y Amy Winehouse?
-De Amy Winehouse, Aerosmtih, Orishas y Daddy Yankee. No: tocamos "Somos", que es un bolero muy antiguo -cuenta Soledad.
-¿"Somos", de Mario Clavell, la que grabaron Tito Fernández y Patty Chávez?
-Mira tú, uno no termina de aprender.
-Hasta Raphael la canta -dice Escares.
-Pero nosotros hacemos la versión de la (Orquesta) Huambaly, arreglada.
Más allá del paso de la cantante por Juana Fe, La Guacha reconoce una afinidad natural con grupos de su generación, como Tizana. "Después de Joe Vasconcellos todos venimos de un renacimiento de la música latina en las bandas de rock", comenta el guitarrista.
-¿Y La Guacha es una banda de rock?
-Ahora siento que el show es más rockero.
-Lo hemos ido conociendo y descubriendo -dice Soledad-. Cuando uno tiene una banda descubre el rock. A mí antes el rock no me gustaba, y ahora hay que rockearla arriba del escenario. El rock es una parada en el escenario, y frente a la vida y la desfachatez de hacer música.
-La diferencia es que no somos una banda de rock, ni de funk, ni de ska, sino una banda de música latinoamericana -concluye el guitarrista-. Ésa es la esencia y la columna vertebral.