Podrán poner una introducción con timbales y sonidos ambientales y hasta espaciales como la que suena al comienzo aquí, pero apenas empiece lo primero parecido a una canción, en manos de Keane ésa va a ser una canción pop. Ya en su cuarto disco, el trío inglés mantiene la dirección y la velocidad crucero que le ha granjeado su éxito entre el pop melódico internacional de los últimos seis años.
Esta vez Night train es un pasaje económico a Keane. Éste es un EP de ocho canciones que en realidad son siete, porque está dicho que lo primero es una introducción con timbales y sonidos ambientales y hasta espaciales. Novedades son el uso declarado de guitarras, considerable en un grupo que partió planteado como un trío de voz, piano y batería, con toda la armonía encargada al pianista y tecladista Tim Rice-Oxley. Es el rasgueo de una guitarra acústica el que parte en "Clear skies", y otros matices nuevos son la línea de bajo programada la que guía "Ishin denshin", con letra mixta en inglés y japonés, así como el sonido de pop sintético que hay en "Your love" y las rimas de rap de la canción "Looking back".
De todos modos Night train es una apuesta segura. Para Keane y para sus fans. Hay una continuidad de sonido con los tres discos previos, Hopes and fears (2004), Under the iron sea (2006) y Perfect symmetry (2008) -además de la simetría perfecta que hay en la regularidad con la que Keane los ha publicado-, lo que significa que éstas son melodías con garantía pop. Pero también es cierto que hay pocas sorpresas. Aunque sí hay una, al menos: al comienzo de la mencionada "Looking back" dan ganas de ponerse unos guantes de boxeo o de salir a sudar un buzo corriendo por la calle porque de verdad empieza como un cover de "Gonna fly now", la célebre composición de Bill Conti para "Rocky". Al final no es un cover. Pero parte con buen punch.