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Miles de personas continúan despidiendo a Olga Guillot en Miami

La comunidad latina y residentes cubanos en Miami quieren dar un último adiós a la "reina del bolero", a quien ven como una de las últimas representantes de su generación artística.

15 de Julio de 2010 | 08:44 | AP
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La bolerista falleció a causa de problemas cardiacos, cuando tenía 87 años.

El Mercurio

MIAMI.- Los admiradores de Olga Guillot, la Reina del Bolero, llegaron a Miami vestidos con camisetas estampadas con la bandera cubana, algunos en sillas de ruedas y muchos con los ojos llenos de lágrimas.

"Estamos muriendo uno a uno", dijo una mujer que alcanzó a escuchar el alcalde de Miami, Tomás Regalado, cuando iba entrando a la iglesia. "Somos una generación que va muriendo".

"Éste es un momento muy triste, porque la gente se identificaba con ella", agregó Regalado. "La gente siente que también morirán como exiliados y eso es lo peor".

Miles de personas, la mayoría exiliados cubanos contemporáneos a Guillot, se presentaron el miércoles en la iglesa de San Miguel Arcángel para rendir un homenaje póstumo a la Reina del Bolero. Una serie de fotografías en blanco y negro de Guillot grabando sus canciones, en el escenario y con su familia se proyectaron sobre un muro, y dentro de su ataúd fue colocada una bandera cubana.

Afuera, una serie de altavoces inundaban el estacionamiento de la iglesia con la privilegiada voz de Guillot. Dos mujeres sentadas en una banca cantaban en voz baja.

"Esta muerte de Olga ahora, a mí me ha afectado mucho", dijo María Elena López, hija del músico cubano Israel "Cachao" López, cuyo funeral se realizó en la misma iglesia hace dos años. "Son muy pocos los que quedan".

Guillot era famosa por su manera única de interpretar temas que hoy son clásicos, como "Tú me acostumbraste" y "Sabor a mí". Fue la primera cantante latinoamericana que logró presentarse en el emblemático Carnegie Hall de Nueva York y en su carrera cosechó 10 discos de platino y 14 de oro. Murió el lunes a los 86 años en Miami Beach tras sufrir un infarto.

"No hay duda de que probablemente fue la mejor bolerista de todos los tiempos y que ayudó a llevarle el género a un público nuevo y más amplio", dijo Arturo Gómez, director musica l de la emisora de radio KUVO en Denver.

En Miami, la comunidad cubana también la recordó como una persona que se pronunció consistentemente en contra del régimen comunista. A principios de año, Guillot participó en una marcha encabezada por la cantante Gloria Estefan para apoyar a las Damas de Blanco, un grupo de esposas y parientes de presos políticos en Cuba.

Vicky Roig, una colega y buena amiga de Guillot que caminó con ella en esa marcha, recordó cómo los admiradores gritaban su nombre y la saludaban. "¡­Cómo me quiere la gente de Miami!", habría dicho Guillot, según Roig. "Ella estaba feliz de ver cómo le respondían".

Guillot nació en Santiago de Cuba y a los 13 años su talento comenzó a reconocerse, al ganar el segundo lugar de una competencia de canto con su hermana. A los 20, ya había actuado junto a Edith Piaf.

En 1961 abandonó su país, dos años después de la revolución que llevó al poder a Fidel Castro, y se estableció en México, donde pasó gran parte de su vida y donde fue ampliamente admirada. Su voz era fuerte y gutural, y su actuación simple y emocionante.

"Ella era muy particular en cuanto a las canciones que cantaba", dijo Gómez. "Tenía que cantar temas con los que pudiera identificarse. Y siempre la calidad de las letras era impecable".

Con la muerte de Guillot son menos los músicos cubanos que quedan de su generación, incluyendo al percusionista Cándido Camero, de 89 años, y el pianista Bebo Valdés, de 91, entre otros. "Nos están quedando muy pocos", dijo Gómez.