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Fiesta primate

15 de Julio de 2010 | 18:37 |

El ska no es un juego de velocidad; es un juego de velocidades. Si alguien recuerda haber escuchado esta noción aplicada al fútbol en más de algún relato televisivo del recién pasado campeonato mundial, aquí llega la Sonora de Llegar a aplicarla al ska, este ritmo de origen tradicional jamaicano y expandido al mundo. El juego de velocidades queda probado en las canciones del segundo disco de esta banda de Villa Alemana, entre el pulso cercano al reggae de su canción "Pitilla ska", el ritmo más ligero de "Viernes" y "Normalité" y la aceleración total de "Checho López", "Shilean shit" o "Livin' la vida tóxica".

Sobre esa base, el cantante Mauricio Miño lanza versos disconformes, desde los de "Normalité", canción contra el aburguesamiento de parte de un grupo de músicos con nombres como Lucho Rojas o Pancho Contreras, hasta una declaración perfecta para aterrizar el debate sobre las eventuales y millonarias pérdidas nacionales que provocarían algunos días feriados más o menos en las próximas fiestas patrias: "La crisis del capital nos importa una raja / siempre hemos estado igual", dicen a coro en la Sonora. Un poco menos de macroeconomía, un poco más de microeconomía.

A partir de la raíz ska original, este grupo sigue abriendo ventanas luego de su primer disco, Sonora de Llegar (2007). Aquí "Lo que nunca llega" es cumbia, pero ellos tienen la delicadeza de invitar a una colombiana verídica, Gina Lollobrigida de la Hoz, de La Chilombiana, a que toque la tambora. Y Sonora de Llegar se abren a la vieja guardia también. "Boogie muli" es un eco claro de "Woolie bully", un éxito rocanrolero de Sam the Sham & the Pharoahs que ya fue grabado por los estupendos Diablos Azules en su LP Pat Henry y sus Diablos Azules... con "acompañamiento"! (1965), mientras en "Surfeando en el Marga Marga" estos porteños se apropian de sonidos de guitarra surf, batería de twist y arreglos de bronces a lo 007, ese estilo que tanto gusta a la porteña orquesta de los Blue Splendor, quienes por cierto también están homenajeados aquí con todo respeto en una versión de la excelente "Visión de otoño". Esta sonora toca ska y rock con bronces, fieles al estándar, pero también logran aciertos propios, rítmicos en "Humos" y armónicos en "Viernes", y tampoco se olvidan del hardcore punk en "Paga": un minuto y tres segundos de pura aceleración. No es velocidad. Son velocidades.

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