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El sol brilla para todos

"Circo del sol" y "Sol del Illimani", en alusión al nombre de una de las altas cumbres andinas, son los significados de Cirque du Soleil y de Inti-Illimani. Y el nuevo disco del conjunto chileno consagra esa coincidencia, grabado con la cantante de esa célebre compañía canadiense, Francesca Gagnon. "El Cirque du Soleil es la revolución más grande en el espectáculo en los últimos cincuenta años", dice Jorge Coulon, fundador del grupo. "Revolucionaron todo".

28 de Julio de 2010 | 22:28 |

En los mismos días en que el Cirque du Soleil se ha instalado en Chile con su espectáculo "Quidam", hay un lazo más fino que une a esa compañía artística canadiense con nuestro país. Un lazo musical, en el nuevo disco del grupo Inti-Illimani, grabado en conjunto con la cantante de esa agrupación, Francesca Gagnon, cuya voz se hiciera célebre con la música de la obra "Alegría", estrenada en 1994.

Ese disco se llama Meridiano y es el trigésimo sexto de la historia que este grupo viene registrando desde su inicio en 1967 a la fecha, integrado hoy por  los hermanos Jorge y Marcelo Coulon, Efrén Viera, Daniel Cantillana, Manuel Meriño, Christian González, Juan Flores y César Jara. Pero también es el resultado de un encuentro inesperado, cuando a fines de 2008, en Montreal, Canadá, la cantante se les acercó en un concierto de Inti-Illimani al que asistió como parte del público, y les propuso grabar juntos.

-Y un poquito en broma Marcelo le dijo "Pero te tendrías que ir para Chile" -recuerda ahora Jorge Coulon-. Y al mes estaba acá.

En el verano siguiente la cantante y el grupo hicieron en nuestro país sus primeras actuaciones juntos. Luego tocaron en EE.UU. y Gagnon volvió a Chile en noviembre y diciembre de 2009, esta vez para grabar el disco y actuar con ellos en el Teatro Municipal de Viña del Mar o en el funeral de Víctor Jara, donde ella cantó "Alegría".

-Su estadía se triplicó en tiempo -recuerda Marcelo Coulon-, porque en principio venía a grabar el disco, pero se molestaba mucho de no poder hablar en español cuando la entrevistaban, entonces se quedó tres meses más, hasta fines de febrero, para interiorizarse en el idioma y cantar con más propiedad. Fue un esfuerzo extremadamente hermoso el que hizo.

El esfuerzo tuvo una consecuencia extraordinaria también: por la prolongación de su estada en Chile, Francesca Gagnon estaba en suelo santiaguino el pasado 27 de febrero en la madrugada. Para apenas unas horas más tarde tenía reservado el boleto de avión en el que volvería a Canadá. El terremoto determinó otra cosa.

-Se tuvo que quedar hasta que abrieron el aeropuerto. Como una semana más -calcula Jorge Coulon-. Y cuando volvimos a tocar juntos en EE.UU. y Canadá, ella ya contaba que era chilena. Para ser chileno había que pasar un terremoto de los grandes.


Meridianamente claro: el punto de encuentro


El repertorio de Meridiano incluye composiciones previas grabadas por Inti-Illimani como "Canna austina", del autor italiano Roberto de Simone, y "Cuando me acuerdo de mi país", de Patricio Manns, pero la mayoría de la música corresponde a arreglos del grupo para el repertorio del Cirque du Soleil, una compañía iniciada en 1984 y reconocida por montajes como "Saltimbanco" (1992), "Mystère" (1993), las mencionadas "Alegría" (1994) y "Quidam" (1996), "O" (1998) y la más reciente "Totem" (2010).

-Sobre la marcha definimos que el núcleo del disco fueran temas del Cirque du Soleil, porque eso iba a darle una coherencia, un lenguaje musical en los arreglos -explica Jorge Coulon.

-¿Ese proceso se fue dando en el escenario?
-Empezamos a ver qué sentido tenía esta colaboración y partimos por hacer una versión de "Alegría", porque ella casi tiene como apellido "La Voz de Alegría".

-La Pancha Alegría le dicen -dice Marcelo Coulon.

-Ella propuso varias canciones para trabajar -recuerda César Jara- e hicimos un trabajo de taller, de escuchar y llevar a instrumentos acústicos la música del circo, que es para espectáculo. Eran sonidos muy lejanos, y había que poner elementos latinoamericanos, del lenguaje de nosotros, que no quedaran como especies de postales. Buscar algún punto medio.

-¿Cómo resolvieron ese punto de encuentro?
-El aspecto rítmico era el más complicado -puntualiza Juan Flores-. Porque no se trataba de sobreponer los instrumentos nuestros a los que ya estaban, eso no es Inti-Illimani. Necesariamente había que buscar el color latino, sobre todo rítmico. Si no se transforma en algo anecdótico.


-El disco completo tiene un sonido totalmente diferente -agrega Christian González-. Nuestro sonidista, Alfonso Pérez, lo trató no desde el mismo punto de vista de los discos que ya habíamos grabado con él. Este disco es mucho más amplio.

En la historia de Inti-Illimani ya existen discos previos grabados con cantantes invitadas, como la finlandesa Arja Saijonmaa y la estadounidense Holly Near, con quienes el grupo grabó Jag vill tacka livet (Gracias a la vida) (1979) o Sing me to the dream (1984) respectivamente. "Ahí radica el verdadero desafío de este trabajo", apunta Marcelo Coulon. "Cuando hicimos el disco con Arja Saijonmaa ella se vino completamente a la música nuestra. En cambio aquí el desafío era hacer vivir por sí sola cada canción y no inti-illimanizarla cien por ciento. Fue como los faxes, que se mandan pitos primero y después pasan. Así estuvimos al principio (hace unos ruidos). Y después pasó el fax".


Cuando me acuerdo de mi país: más allá del exilio


Años antes de ese encuentro en Montreal en 2008 ya había tenido lugar un primer contacto de Inti-Illimani con el Cirque du Soleil. En 1983, en Nueva York, músicos del grupo asistieron a la primera gira internacional del elenco canadiense, según recuerda Jorge Coulon.

-Una tarde alguien dijo "Oye, hay entradas para el circo, ¿quién quiere ir?" Yo me imaginé el circo norteamericano, y fuimos, el Horacio (Durán, hoy integrante de Inti-Illimani Histórico), yo, y nos encontramos con esto. Tú sabes que ese día yo lloré de emoción, llegué absolutamente desprevenido a ver una de las cosas más bellas que he visto en mi vida. Creo que el Cirque du Soleil es la revolución más grande en el espectáculo en los últimos cincuenta años. Revolucionaron todo. La impresión mía es que había una apuesta a la belleza total, porque por primera vez vi que hasta el que vendía las cabritas en el circo formaba parte del espectáculo.

-¿Hay un sentido en común con Inti-Illimani?
-Cuando salió "Alegría" (en 1994) yo pensaba que eso tiene que ver con nosotros. En crear un mundo a partir de muchas cosas, en nuestro modesto caso un mundo sonoro, un mundo que no existe, que es utópico o ideal. Creo que en eso hay una coherencia de objetivos, por lo menos. Por eso cuando ella llegó fue algo increíble. Sabíamos de ella desde luego por "Alegría", que en todos los espectáculos del Cirque du Soleil es el que musicalmente más trascendió, creo que en buena parte también por su voz y por ella misma. Y ella sabía del grupo por referencias también, pero no nos había visto.

-¿Cómo fueron elegidas las canciones de Inti-Illimani que hay en el disco?
-La "Canna austina" perfectamente podría ser un tema de algún espectáculo del circo -considera Marcelo Coulon-. El Cirque du Soleil siempre trata de hacer sus espectáculos como un mundo sin pertenencia a un país. Por eso le cae muy bien "Cuando me acuerdo de mi país".

-La Francesca es súper estudiosa -agrega Christian González-, y siempre andaba con audífonos cantando y escuchando música chilena. En una de esas agarró "Cuando me acuerdo de mi país". Entonces eso fue lo que unió el disco a Chile. Ella le dio un sentido que yo no pensé que una persona que no hablara español fuera capaz de encontrar. Lo entendió perfecto, fue una cosa emocionante.

-Esa es una canción sobre el exilio. ¿Ahora gana otro significado con esta nueva versión?
-Ella dice que la siente mucho por su condición de quebecoise (habitante de Québec), de canadiense francesa -dice Jorge Coulon-, que el inglés lo habla con muchísimo acento. Y lo que me impresiona es cómo ella se apropió de esa canción, lo que habla de que trasciende la sola experiencia del exilio. Lo otro curioso es que le pareció fantástico como canta el (Patricio) Manns, ese desgarro. Y trataba de llegar a ese desgarro.

-Lo dijo de una forma más bruta -precisa Marcelo Coulon-. Dijo "Yo quiero bramar como ese hombre".

-Yo siento que esa canción, siendo tan del exilio, quizás a la parte que no ha sido exiliada del grupo nos llega por la historia de las giras -explica Christian González, uno de los integrantes más jóvenes del grupo-. Yo escucho esto en las giras y lloro (sonríe). Al estar fuera del país, no obligados pero sí como músicos trabajando afuera, tú dejas tus afectos acá. La canción también llega por ese otro lado.

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