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Combinado universal

Una autentica selección de nombres y estilos ofreció el DJ nacional en la presentación de su disco Colour. Un lanzamiento tardío, pero de un nivel que recompensó con creces la espera.

09 de Agosto de 2010 | 13:28 |
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El maestro de la ceremonia. Con sus toques simples y ritmos veraniegos, la música de Latin Bitman se tomó el espacio de Amanda.

Luis Jaqui

Enumerar nunca es muy entretenido, pero esta vez es necesario: Cuti Aste, Titae Lindl, Chico Claudio, C-Funk, Cristián Duarte, Mauricio Castillo, Agustín Moya, Cony Lüer, Moisés Villanueva y Carito Plaza, acompañan sobre el escenario a José Antonio Bravo, encumbrado con sus tornamesas justo al centro de una enorme pantalla LED, de ocho metros de ancho. Una selección que cualquiera se quisiera, pero que para el DJ más conocido como Bitman es apenas la primera. La segunda, en tanto, comienza a desfilar desde el inicio con "Help me", e incluye a Francisca Valenzuela, Ana Tijoux, Juan Sativo, Zaturno, Álvaro España, Jimmy Fernández y Julián Peña.

En el papel, no era la cumbre de nada. En la práctica, fue una verdadera cita del funk y el hip-hop nacionales, justificada en el lanzamiento del aplaudido disco Colour, del DJ nacional. Para muchos puede resultar sorprendente, pero a estas alturas ya no debería serlo: En cerca de siete trabajos, tanto en dupla como en solitario, Bravo ha sabido encontrar nuevos espacios para ennoblecer un oficio como el suyo, muchas veces menospreciado.

Hay que ser justos: Por largos años, la sigla DJ se transformó más en un rótulo que en una destreza, aprovechado por muchos con más afán comercial y social, antes que creativo. Sin embargo, artistas como Bitman, junto a colegas como Rafael Pérez (DJ Raff), lograron hacer de esta habilidad el vehículo de expresión de sus inquietudes estéticas y musicales, para configurar obras que de ninguna manera desmerecen ante las realizadas por músicos convencionales. Al contrario.

Lo sucedido la noche del viernes 6 fue el justo reconocimiento y, hasta ahora, la máxima expresión de esa trayectoria seguida por Bitman, mientras que lo visto sobre el escenario logró alcanzar la altura de esa casi desmesurada oferta del cartel, tanto en el juego individual como en el colectivo.

Desde la gracia de Francisca Valenzuela hasta el oficio de Chico Claudio, pasando por la marca registrada de Ana Tijoux (aunque haya cambiado la letra de "Insomnio" por la de "1977"), se ensamblaron a la perfección con un combo de grueso calibre, para recrear temas en claves funk ("State of my soul"), dub ("Someday") y hasta drum n'bass ("Gente frenética"). Todo en una atmósfera estelar, dada por las cuidadas luces y proyecciones.

Una combinación de calidad, que junto con incrementar el número de escalones ascendidos por Bitman, le dejan una deuda pendiente, que no es otra que la de abrir una presentación de tal nivel para nuestro medio hacia un entorno mayor al de la semi-exclusividad que ofrece un club como el Amanda. Un show así, lo tendría más que merecido.

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