Soprano Madgalena Amenábar explora el jazz: ”He tenido que ensuciar la voz”

SANTIAGO.- Son nombres que llegan a dejar helado: Calenda Maia, Ludus Vocalis, Estudio MusicAntigua, Voce Arcana. En todos ellos estuvo la soprano Magdalena Amenábar como intérprete de música medieval, que pertenece al ámbito de la música antigua. Pero ésta es en todo caso una música de otra antigüedad.

Su más reciente grupo se llama Old Fashion Jazz Band y no cuesta demasiado enterarse de qué va el proyecto cuando se expone desde su propio nombre. Es la vieja escuela jazzística, el trad jazz, como lo llaman los norteamericanos.

Magdalena Amenábar se presentará con este septeto este viernes 20 en la Corporación Cultural de Las Condes como parte de una trilogía de actuaciones de jazz femenino que la semana pasada tuvo al cuarteto de Rita Góngora y el próximo 27 de agosto se presentará Luz Eliana junto a la Los Andes Big Band. Todos los conciertos son a beneficio del Club de Jazz, que perdió su histórica sede de Ñuñoa.

Amenábar viene llegando de Alemania, donde viajó para presenciar cursos en el Festival de Bayreuth de adaptación de las óperas de Wagner (que mantienen un acento épico y grandilocuente) para los niños. “De esa mitología germánica brutal de Wagner me paso a los blues. El switch cambia pero no cambia la musa Euterpe. Uno observa a los grandes cantar y en todos los lenguajes existe es la misma fascinación, la misma inspiración y el mismo compromiso”.

-Pero es un ámbito musical totalmente nuevo.
-Yo me sumé en agosto de 2006 al grupo. Ha pasado mucho tiempo. Entonces era una aprendiz o ahora ya puedo decir otra cosa. Alfredo Puga (clarinete), Jorge Espíndola (trombón) o Enrique Planas (trompeta) son músicos que llevan mucho tiempo haciendo trad jazz y tienen una pasión tan poderosa que puedes abrir tu horizonte y empiezas a fascinarte con ellos. Pero al mismo tiempo ellos han sido muy prudentes y han ido contemplando mi evolución interpretativa y vocal. Yo era una cantante lírica inserta en un grupo de jazz y ahora puedo decir que estoy más en el lenguaje. He escuchado mucho mas a todas las grandes y sin parecerme empiezo a sentirme mas cercana.

-¿Qué es lo más difícil de un cambio así de fuerte?
-Negra no soy y parece que ya no fui. No puedo evitar tener una voz depurada en la técnica lírica, pero la he ido “ensuciando” de a poco. Aprendo de Dinah Shore, Lena Horne, Anita O’Day, que tienen elementos donde una dice que puede haber allí hay una técnica vocal. Son buenos referentes.

-¿Nunca quisiste echar pie atrás?
-Antes sentía que funcionaba un poco al debe.

-¿Ahora lo disfrutas más?
-Absolutamente. Las canciones son estupendas y además hay un vestuario entretenido con el que salimos a tocar. El grupo se presenta en vivo con un dejo dixieland, con sombrero y corbata de humita. Yo soy la única nena entre los chicos, entonces uno un collar de perlas que me asocia a los vestidos de corte largo de los años ’30. Es una fantasía.

-¿Los repertorios son tan antiguos como se dice?
-El conjunto ha hecho viajes a los años ‘40, pero lo habitual es ir mucho más atrás en el siglo. Hay una canción de 1916. El grupo quiere vivir en el jazz temprano y así todas las canciones tienen un “verse”, con que es el comentario cantado del inicio. Después viene el desarrollo de la estrofa.  Además hay otro elemento en nuestro repertorio. siempre nos preocupamos de buscar cosas que no se tocan mucho, canciones medio olvidados y cada tanto nos servimos de uno que otro hit de la época (risas).